“No soy independentista, pero que haya presos políticos en el siglo XXI es de vergüenza”
Hace tres años que Pau Donés comenzó una batalla a la que todavía no ha podido poner fin, aunque no será por falta de ganas. El cáncer llamó a su puerta para recordarle que “la vida es un regalo” y desde entonces no ha parado de pelear por salvarse y de concienciar a otros enfermos con ese optimismo innato que le caracteriza. Hace unos días anunciaba que el año que viene se lo tomará de descanso después de muchos años de carrera, y aunque no se fía del todo de sí mismo, espera no volver antes de tiempo.
Pero antes acabará su gira del 2018. Gira que le traerá a él, y a Jarabe de Palo al completo, a la Feria de Muestras de La Lechera este viernes día 10 para inaugurar el festival Vive la Feria de Torrelavega, encargado de poner música a las fiestas patronales. Allí, este artista se despedirá de los escenarios cántabros por un tiempo y demostrará por qué se ha convertido en uno de los referentes musicales del pop en español.
Se retira temporalmente después de más de 20 años sin parar, para por fin poder descansar. ¿Está seguro de que no va a caer en la tentación de volver antes de tiempo?
Estoy segurísimo de que voy a querer volver antes de tiempo, pero voy a intentar aprovechar ese parón. Lo he intentado tres veces y no he podido, pero esta vez si no soy capaz de hacerlo será porque el tema de la música me engancha sin remedio.
Ha vivido una vida intensa y por lo menos aparentemente feliz. Ahora da ejemplo a personas enfermas por su afrontar el cáncer, ¿siempre es tan optimista?
He vivido una vida feliz a tope y sí que soy optimista. Esto de la vida es un regalo que nos han dado y deberíamos aprovecharlo. En realidad es muy fácil, lo que pasa es que tenemos tendencia a complicarnos las cosas y a pensar que la vida es una complicación, y es justo al revés. La vida es algo que nos permite estar aquí y disfrutar... El mensaje se resume en una frase que es: “La vida es una y ahora”. Entonces aprovechemos y ya que estamos ¡pasémoslo bien!
Estará de acuerdo conmigo en que 'Humo' es una de las mejores canciones de Jarabe de Palo, pero también una de las más desgarradoras…
Lo que creo es que 'Humo' es una canción muy bonita. Sí que es cierto que quizá en algún momento es dura, pero sobre todo es una canción bonita, de amor a la vida. Y tampoco sé si es de las mejores, pero es bonita sí, desde luego.
Su incursión en la industria con Jarabe de Palo fue en 1996. ¿Cómo ha cambiado el panorama musical desde entonces para usted que lo ha vivido desde dentro?
Bueno, ha cambiado sin lugar a dudas. La piratería le pegó una hostia al negocio de la música muy potente y las consecuencias han sido, no sé si devastadoras, pero sí importantes en cuanto a la calidad, sobre todo, en el tema de la radio y en las radiofórmulas que es donde se escucha lo que suena, lo que está más de moda. Me viene a la cabeza el reggaeton y la música comercial, y es que ya no se hacen canciones como las de antes que tenían mensaje. Ya no hay una variedad musical de poner una balada, una canción de rock, de pop…
Digamos que todo se ha mecanizado y la música ha perdido el alma, y ya no interesa la música en sí, ahora interesa el artista. Ya no interesa lo que escriben los artistas sino los chismes, las novias que tienen, los tatuajes que llevan, y para mí es una pena. Pero hay unos cuantos de nosotros que seguimos emperrados en hacer lo nuestro a nuestra manera y tampoco nos podemos quejar porque mal no nos va, ¿no?
¿Es más complicado conseguir vivir de ello para los que empiezan ahora?
Antes, cuando nosotros empezamos, o tenías un mánager o ibas recomendado, o no había manera. Ahora, tú a través de las redes sociales puedes progresar. Pero también es verdad que a nivel del negocio poco interesa la música, hay mucho interés en ganar dinero y en vender artistas.
Lo bueno es que de golpe aparece gente que en teoría lo tendrían mal para prosperar y después es curioso porque es el negocio el que va a buscar a los artistas en internet. Eso también tiene su gracia porque ya no estás a merced de un tipo de una multinacional, sino que al final tú vas directamente a la gente y es esa gente la que opina y valora si puedes prosperar o no.
¿Le gustan las fronteras?
Me gusta la diversidad, las culturas distintas… Creo que le da mucho aliciente al mundo. Me imagino un mundo donde todos fuéramos iguales y no sé si eso me acabaría gustando. Otra cosa es que dentro de la diversidad haya diferencias sociales, eso ya es algo que me gusta menos.
Lo digo por el tema de la inmigración, que vuelve a situarse como foco importante en la política.
Tenemos muy poca memoria. España es un país de emigrantes, la gente del sur emigró en su momento al norte y en general los españoles emigramos. Emigramos a América, a Alemania, o al resto de Europa para buscarnos la vida porque aquí no había mucho que hacer. Y ahora de golpe nos hemos olvidado de todo eso y nos planteamos que qué hace toda esa gente viniendo aquí, cuando en realidad lo que hemos hecho a toda esa gente ha sido robarles porque el primer mundo durante muchos años se ha dedicado a expoliar al tercer mundo con nuestras colonias…
A nadie le gusta irse a otro país por no tener curro, con lo bien que se está en casa con tu gente, tu familia, tus costumbres... Pero, por otro lado, hay que ir con cuidado en cuanto a las concentraciones de población porque hay muchas culturas, muchas religiones, mucha diversidad y hay que tener en cuenta todas esas variables para que se mantengan.
También lo digo por el independentismo catalán, tema en el que usted ha indicado claramente que no está de acuerdo. Pese a eso, ha pedido la libertad para los presos políticos catalanes.
Esto me parece tercermundista. Yo no soy indepentista porque no creo en el individualismo, cada vez que el ser humano ha querido individualizarse nos hemos acabado dando leña. En cambio, cada vez que hemos intentado hacer las cosas por el bien común las cosas han funcionado mejor. Soy muy nacionalista -y eso que soy medio catalán y medio aragonés- y creo que está clarísimo que Catalunya es una nación, al igual que Euskadi, porque tiene un idioma, una cultura y una idiosincrasia que les hace tener su propia identidad. Eso hay que reconocérselo.
Por otra parte, que en el siglo XXI haya presos políticos en España y en Europa es de vergüenza. Nosotros viajamos mucho y cuando viajamos por el mundo la gente nos comenta que se nos ve como si fuéramos del tercer mundo, como si aún estuviese aquí Franco. Seamos sensatos, estamos en una democracia, en el primer mundo, en la vieja Europa y somos parte de ella. Comportémonos como seres civilizados. Está claro que durante la época del Partido Popular -ha sido el PP pero podría haber sido otro- en España, un país en el que naturalmente somos simpáticos, generosos y buena gente, se han vivido unos años de una tensión entre nosotros ridícula.
Y claro, luego piensas que en el Gobierno de Aznar hay 12 de los 14 ministros inculpados en tramas de corrupción, que en el Gobierno de Rajoy otros tantos entre Madrid, Valencia y demás... Y al final dices, esos están fuera, o han estado dentro y en 15 días han estado fuera, nadie ha devuelto la pasta, nadie se la va a pedir… Tenemos un juez al que Europa ya le ha dicho que el tema del independentismo lo ha llevado mal, que está haciendo cosas que no son y él sigue insistiendo en el asunto, lo cual me hace sospechar que está totalmente politizado. Eso no mola nada.
A mí me encanta venir a Cantabria y ver que la gente habla castellano y yo hablo catalán. Irme a comer a un restaurante y comerme un cocido estupendo que en Catalunya no sabemos cocinar. Irme a hacer surf a cualquier playa del Cantábrico y darme cuenta de que no tiene nada que ver con la Costa Brava… Eso es una maravilla. Tenemos un país muy diverso. Vanagloriémonos de ello.
¿Considera que en un momento tan polarizado en el asunto catalán las personas entienden una postura intermedia como la suya?
Los políticos han utilizado el independentismo como arma política, tanto los del PP como los de Catalunya, y eso es lo que ha hecho a la gente polarizarse. La política tira millas a su conveniencia, nos manipulan para mandar y para acabar gozando de esa droga que parece la más dura y la más potente de todas que es el poder, el sentirse por encima de los demás.
Si pudiese pedir un deseo ahora mismo, ¿cuál sería?
Que la vida dure y dure mucho. Tengo cáncer y eso en un momento dado puede tener un desenlace fatal, así que espero que sea lo más tarde posible. Por tanto, pediría tener mucha vida por delante y después vivirla a tope.