El Grupo de Trabajo Desmemoriados está compuesto por personas comprometidas con la construcción y la preservación de la Memoria Colectiva de Cantabria. Desmemoriados trabaja de forma abierta y plural en proyectos que ayuden a difundir el legado común de la lucha por una sociedad digna, y aporta herramientas metodológicas y tecnológicas para la conservación y divulgación de las voces y los elementos documentales que conforman la memoria colectiva de Cantabria.
Desmemoriados aborda así proyectos concretos de recuperación, conservación y difusión de esa memoria así como alimenta y comparte una base de datos de acceso público con fotografías, documentos, testimonios, pegatinas, carteles… que documentan, siempre de forma incompleta, la trayectoria social y política desde la II República hasta los años 90 del siglo XX.
En tiempos en que la memoria histórica se ha convertido en un tema de actualidad recurrente, por desgracia no siempre en términos constructivos, el acercamiento a unos sucesos que marcaron la vida de una ciudad como Reinosa y su comarca hace 34 años es un reto estimulante, un ejercicio que pretende contribuir a cultivar una memoria colectiva, inspirada en principios democráticos y solidarios. El objetivo es comprobar la huella que dejaron unos acontecimientos de carácter seguramente ambivalente: si por un lado recuerdan una unión ejemplar para la defensa de unos puestos de trabajo determinantes para la vitalidad de una comarca como Campoo, por otro rememoran escenas de violencia, miedo, incluso de muerte, lo que no puede dejar de enturbiar esa mirada al pasado.
Desmemoriados ha querido recordar la primavera de 1987 en Reinosa mediante un documental y una exposición. Pero la mirada a esos acontecimientos estaría incompleta sin contar con la opinión de los protagonistas y de sus descendientes. Mediante sendas encuestas, se ha pulsado el recuerdo que los acontecimientos de 1987 han dejado en los campurrianos de hoy en día. Para ello, se ha realizado una encuesta al alumnado de 4º de ESO y 2º de Bachillerato del IES Montesclaros de Reinosa, por un lado, y a padres/madres o familiares de ese mismo alumnado, por otro.
Antes de entrar en la valoración de los sucesos de 1987, las encuestas incluían algunas cuestiones de carácter general. Del trabajo demoscópico se deriva la imagen de una juventud menos interesada por la política que sus mayores; mientras estos siguen recurriendo a los medios tradicionales para informarse (prensa y radio), la juventud lo hace en general a través de las redes sociales y de internet, con una presencia importante asimismo de la televisión. Curiosamente, mientras que los jóvenes hablan más de política en el ámbito familiar que en el relacional, los adultos afirman hacerlo más con las amistades que con los familiares; en realidad, la contradicción no es tal: parece que los adultos tienen entre sus temas de conversación la política en mucha mayor medida que los jóvenes.
Por lo que respecta a la auto-ubicación política, la mayoría tanto del alumnado como sus familiares se sitúan en el centro, con una mayor presencia de la izquierda moderada frente a la derecha; tanto la extrema izquierda como la extrema derecha son minoritarias en ambos casos. El centro es la posición con la que se identifica casi un tercio de la muestra del alumnado, al que le siguen las ubicaciones en la izquierda con un 19,79% y en la derecha con un 15,63%. Las posiciones de extrema derecha e izquierda son menos frecuentes (12,5% se identifican con la extrema derecha y 8,33% con la extrema izquierda). Hay un 12,5% que, o bien no se localiza en ninguna posición o que no reconocen el significado de las categorías izquierda y derecha. Más escorados a la izquierda parecen encontrarse los familiares, con un significativo 14% en la extrema izquierda. Más de la mitad se sitúan en el centro del espectro, mientras que un tercio de las respuestas se sitúan en la izquierda.
La muestra revela que el 58,9% del alumnado, es decir, 56 estudiantes de los 96 que componen el total de la muestra, dicen tener algún conocimiento sobre las protestas obreras, porcentaje que se ha considerado bastante elevado si se tiene en cuenta que estos jóvenes no fueron coetáneos ni vivieron en primera persona estos acontecimientos.
Las respuestas del alumnado permiten concluir que los jóvenes han otorgado gran relevancia a los motivos de las protestas: la lucha por la supervivencia de los trabajadores y de toda la comarca de Campoo, que sufriría las consecuencias del desmantelamiento del tejido industrial por la enorme dependencia que tenían todos sus habitantes de la industria, no solo los trabajadores de las fábricas sino también las pequeñas empresas, el comercio o el sector servicios. La violencia desmedida que ejercieron las fuerzas del orden y la toma de la ciudad por la Guardia Civil fueron elementos distintivos de las protestas, por lo que aparecen en algo más de la mitad de las respuestas de los alumnos. Sin embargo, los acontecimientos con mayor impacto mediático, como fueron la muerte de Gonzalo Ruiz o la retención de Enrique Antolín, aparecen en los discursos de los informantes, pero con una frecuencia bastante menor. De todo ello se puede concluir que en el recuerdo de los estudiantes prevalecen las causas y el contexto de las protestas en mayor medida que los hechos concretos.
El conocimiento de los sucesos de 1987 ha tenido lugar de forma abrumadoramente mayoritaria a través de los padres, ya que un 80% de los que han contestado ha marcado esta respuesta. En segunda posición se encuentran otros familiares (abuelos y tíos), con un 49,1%. Con ello se confirma el papel que el entorno familiar con el que el joven interactúa de forma cotidiana, constituido por padres, madres y los familiares más cercanos, desempeña en los procesos de socialización política durante la adolescencia y la juventud. Los estudios sobre socialización política juvenil mencionan otros ámbitos y agentes relevantes, como son las instituciones educativas, el grupo de pares o iguales y los medios de comunicación; sin embargo, en el presente caso, concerniente a la transmisión de la memoria colectiva del ciclo de protesta obrera de 1987 en Reinosa, muestran una importancia marginal si lo comparamos con el entorno familiar (solo un 14,5% tuvieron noticia de estos hechos por profesores, un 9,1% a través de los medios de comunicación y un escaso 5,6% a través de sus amistades).
De los 21 alumnos y alumnas que afirman que la información sobre los sucesos de Reinosa les ha cambiado su forma de pensar, 17 han contestado a esta pregunta abierta ofreciendo su propio discurso. Al analizar las respuestas, se han observado tres tipos de argumentaciones: en primer lugar, el 41,2%, es decir, 7 estudiantes, ha contestado que enterarse de lo que ocurrió en Reinosa en 1987 cambió de alguna manera su perspectiva sobre la realidad social y sus valores éticos, por ejemplo, su sentido de la justicia. El mismo porcentaje y número de estudiantes sostiene que les ha influido en el sentido de valorar más el bienestar del que disfrutamos actualmente y darse cuenta de la influencia que el pasado tiene en el presente, al ser conscientes de que los derechos de los que ahora disfrutamos se deben a las luchas de las generaciones anteriores. Un porcentaje menor de sujetos (17,6%, es decir, 3 alumnos o alumnas) han contestado que les ha ayudado a descubrir o ampliar su conocimiento sobre la realidad y el contexto de su comarca.
Entre los sentimientos y emociones que emergieron en el alumnado, destacan, por orden de frecuencia, la pena, el miedo, la curiosidad, la sorpresa y la rabia o indignación, causando un gran impacto en ellos, a excepción de un estudiante que manifestó una actitud de indiferencia ante el conocimiento de las acciones obreras de protesta en Reinosa. Muy ilustrativas son asimismo las respuestas de los ascendientes, testigos directos en buena parte de los casos de los acontecimientos analizados. Sobresalen algunos términos muy expresivos: Unión, miedo, injusticia, descontento con los medios de comunicación, odio a los políticos, tristeza, experiencia surrealista, pueblo en guerra, defensa de puestos de trabajo, protesta por la violencia de las fuerzas del orden, decepción por la actuación de un partido obrero, impotencia, terror, incertidumbre, rabia, pena.
Es llamativa la atracción que genera en muchos de los estudiantes examinados la historia de su localidad o comarca. Les gustaría saber más sobre lo que ha ocurrido y ocurre en su entorno más cercano y cotidiano, y sobre cómo ha evolucionado hasta la época actual. Muestran predilección por profundizar en el conocimiento de hechos o acontecimientos que tuvieron lugar en el lugar en el que viven y en los que participaron personas a las que conocen por ser familiares o vecinos. Igualmente creen que este conocimiento del pasado de su localidad les afecta directamente, porque a través de él pueden explicar y comprender mejor la situación actual, valorar los derechos de los que disfrutan y evitar que los errores del pasado se repitan. Estos resultados definen a un alumnado interesado y motivado en adquirir nuevos conocimientos de la historia y ampliar los que ya tienen.
Entre los familiares, la gran mayoría considera muy importante que se conozcan los hechos, mientras solo 5 de las 33 respuestas conceden poca o ninguna importancia a revisar en la actualidad los hechos del pasado. Asimismo, 17 sobre 28 consideran que recordar el pasado sirve para sanar las heridas mientras que 11 (casi el 40%) creen que recordando las heridas se reabren.
En la explicación a la respuesta anterior coinciden la mayoría en la conveniencia de aprender del pasado, aunque se trasluce en las contestaciones el sufrimiento que se vivió. Mientras algunos abogan por erradicar odios o resentimientos, otros continúan lamentando que no se depuraran responsabilidades por los excesos cometidos por la Guardia Civil y, sobre todo, por la muerte de Gonzalo Ruiz. No falta tampoco la idea de que en aquellos momentos estaban arraigados ideales que hoy día en buena parte se han perdido.
Merece la pena resaltar algunas de las ideas que en las preguntas abiertas trasmiten los familiares:
El orgullo por la unión expresada por el pueblo en aquellos días, en defensa de sus puestos de trabajo, y haciendo frente a la ocupación de Reinosa por la Guardia Civil.
Rechazo por la actuación de los dirigentes políticos, ante los cuales varias personas manifiestan su decepción.
También se aprecia una critica a los medios de comunicación, que, según algunos encuestados, habrían tergiversado los hechos para dar una visión negativa de la lucha de los trabajadores y del resto de ciudadanos. Hay que tener en cuenta que en aquella época los medios de comunicación eran la prensa, radio y televisión, que conformaban un panorama mediático mucho más controlado y menos plural que en la actualidad.
En conclusión, se puede afirmar que las opiniones de los reinosanos y reinosanas confirman algunas de las hipótesis de las que se partía al abordar el tema de los sucesos acaecidos en Reinosa en la primavera de 1987: que se trataba de unos acontecimientos de gran trascendencia que habían dejado una profunda huella en la memoria de los que lo vivieron; más dudas podían albergarse en torno al conocimiento y a la percepción que de los mismos podían tener los jóvenes.
Las encuestas han puesto de manifiesto que el conocimiento por parte de estos es amplio, pero no unánime. También se deduce que, mientras los que no lo vivieron se centran más en las causas (despidos masivos, resistencia a la decadencia de una comarca), los testigos directos y protagonistas inciden en las imágenes de conflicto y violencia que difundieron los informativos de la época. Tanto en unos como en otros predomina en el recuerdo una percepción negativa. De todas las palabras invocadas, solo a “unión” puede asignársele una connotación positiva.
Es evidente que la ciudadanía recuerda con orgullo el compromiso demostrado en aquellos días para defender las fábricas y el conjunto de la economía de la comarca. Prácticamente todos los demás (miedo, injusticia, tristeza, pueblo en guerra, protesta, decepción, impotencia, terror, incertidumbre, rabia, sorpresa, indignación, pena) aluden a un periodo sombrío y vivido con angustia. No obstante, la mayoría considera positiva la rememoración y cree que la misma debe contribuir a conocer y explicar el presente de la comarca y a no repetir los errores cometidos en el pasado. La dureza de lo acontecido hace décadas no impide que tanto adultos como jóvenes consideren adecuado recordar los hechos, uniendo la experiencia de primera mano con el acercamiento académico que la inserción de una historia local relevante en los contenidos de la materia de Historia facilita.
En tiempos en que la memoria histórica se ha convertido en un tema de actualidad recurrente, por desgracia no siempre en términos constructivos, el acercamiento a unos sucesos que marcaron la vida de una ciudad como Reinosa y su comarca hace 34 años es un reto estimulante, un ejercicio que pretende contribuir a cultivar una memoria colectiva, inspirada en principios democráticos y solidarios. El objetivo es comprobar la huella que dejaron unos acontecimientos de carácter seguramente ambivalente: si por un lado recuerdan una unión ejemplar para la defensa de unos puestos de trabajo determinantes para la vitalidad de una comarca como Campoo, por otro rememoran escenas de violencia, miedo, incluso de muerte, lo que no puede dejar de enturbiar esa mirada al pasado.
Desmemoriados ha querido recordar la primavera de 1987 en Reinosa mediante un documental y una exposición. Pero la mirada a esos acontecimientos estaría incompleta sin contar con la opinión de los protagonistas y de sus descendientes. Mediante sendas encuestas, se ha pulsado el recuerdo que los acontecimientos de 1987 han dejado en los campurrianos de hoy en día. Para ello, se ha realizado una encuesta al alumnado de 4º de ESO y 2º de Bachillerato del IES Montesclaros de Reinosa, por un lado, y a padres/madres o familiares de ese mismo alumnado, por otro.