Entrevista Arancha Goyeneche, artista

“La pandemia ha servido para poner de manifiesto la precariedad de todo el sistema artístico”

Arancha Goyeneche (Santander, 1967) acaba de recibir el Premio de Artes Plásticas de 2020 por uno de sus trabajos, 'Sticked paintings', aunque ella entiende el galardón como el reconocimiento a 30 años de carrera, que se inició a primeros de la década de los 90 cuando terminó sus estudios en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco. Desde entonces, Goyeneche no ha descansado, tampoco durante el año de pandemia, tanto dentro como fuera del estudio. Ha seguido produciendo y estos días precisamente ha colgado obras suyas en la muestra colectiva de mujeres artistas que se exhibe en la Biblioteca Central de Cantabria. También la pandemia le ha servido para constatar otra cosa: la precariedad en que se desenvuelve históricamente el trabajo artístico.

Desde 2020 ha inaugurado exposición en Bilbao y en Santander, en donde repite ahora en una colectiva abierta en la Biblioteca Central de Cantabria, por no hablar del Premio de Artes Plásticas de Cantabria que le acaban de conceder. ¿Cómo ha vivido este año dentro y fuera del estudio?

Bueno, en el estudio he trabajado más porque para mí el arte ha sido un refugio. Ya lo era, porque forma parte de mi vida, de cómo entiendo la vida y y cómo llevo mi vida. Pero el arte ahora tiene todavía más importancia, porque, como estamos tan limitados en nuestros movimientos y en nuestros contactos sociales, te refugias más en él y se produce más trabajo.

Muchas personas han descubierto que el arte es un refugio estos meses.

Bueno, yo lo veo desde dos puntos de vista. Tengo el privilegio de ser creadora, pero de ser espectadora también. Entonces, yo tengo esa doble vertiente porque también eres espectador de otros.

Si fuera espectadora de su propia obra, ¿cómo la enjuiciaría?

Es difícil, porque, claro, disociar es complicado. Y es complicado porque al final estás mediatizada también por tus gustos.

Le cambio la pregunta: ¿Qué espera del espectador que asiste a una de sus creaciones?

Mi primera intención es que se aproximen, que hagan un esfuerzo por verlo. No hace falta ser un experto en arte, y te puede gustar o no gustar también. Luego, evidentemente, si te metes más en el trabajo, pues se van a entender muchas más cosas y pueden ir más allá. Hay varias capas de lectura dependiendo de que seas más o menos experto y eso es bueno. Yo creo que mi obra es fácil de ver, porque hay obras que son muy conceptuales, que necesitan mucho discurso. Mi obra, al ser también muy plástica, es fácil para acercarse a primera vista. La primera reacción emocional, claro, es más fácil en ese sentido, porque es muy plástica y es algo que yo también busco. Aparte del lado conceptual que tiene que tener la obra, creo que también es muy importante esa parte plástica visual, porque soy una artista plástica, vengo de la pintura y creo que eso es importante. Por eso hoy en día el Arte Contemporáneo es tan difícil y llega tan poco a la gente, porque a veces hay un exceso de discurso que se nos escapa. Incluso a mí también me ocurre. Yo creo que mi obra huye de ese extremo.

Hay capas de lectura y hay varios tipos de público. Al público que busca un concepto, ¿qué le ofrece? En otras palabras, ¿qué es el arte, qué es lo que quiere transmitir con una obra?

De entrada el público se va a enfrentar a una pintura mucho más abierta. Se va a encontrar con una pintura híbrida, lo que es propio de los tiempos que vivimos. La pintura híbrida, que se puede llamar pintura expandida, viene de mucho más atrás. El espectador se puede encontrar una pintura hecha con muchos materiales distintos, fotográficos, proyecciones, pinturas que parecen esculturas... Entonces, el concepto de pintura es mucho más abierto y también se va a encontrar un campo de emociones surgido de experiencias vividas.

Me hablaba antes de su trabajo en el estudio. Pero este año, fuera del estudio, ¿cómo ha sido?

Algunas exposiciones se han retrasado y no sabemos siquiera si se podrán hacer, porque ahora ha cambiado todo. Ocurre en todas partes. Con las propuestas que estaban más cercanas hemos podido cumplir el calendario y además en fecha, pero hay alguna cosa que se ha pospuesto. Además, está el Premio de Artes Plásticas, que me ha llegado en un momento inmejorable y es un reconocimiento a una trayectoria y a un trabajo que llevas muchos años haciendo. Precisamente en los últimos años he tenido bastante trabajo sobre todo fuera de Cantabria. Aparte de ello, está la cuantía económica que te aporta, que te da mucha tranquilidad para trabajar durante un tiempo sin tener que estar pensando... No solamente necesitamos dinero para vivir, sino que se necesita dinero para adquirir material con el que trabajar. Hay que hacer una inversión económica para poder producir. En ese sentido, el premio supone una tranquilidad: además del reconocimiento, es también un aporte económico para poder continuar.

Me gustaría que me hablase del trabajo por el que le han premiado. Se titula 'Sticked paintings' y creo que lleva muchos años desarrollándolo, sobre la base de pequeñas piezas a partir de las cuales va configurando grandes murales.

Esa pieza comencé a hacerla por motivos familiares, ya que no podía ir a trabajar al estudio. Tenía que estar bastante con mi padre, que estaba enfermo, pero no podía dejar de trabajar. Hay muchas cosas, muchas ideas que te vienen y las tienes guardadas esperando un momento apropiado. Y esta fue una de ellas. Me fabriqué un estudio ambulante en una caja de zapatos, en donde metí todo el material que necesitaba para trabajar, que consistía en hacer piezas de diez por diez centímetros, todas diferentes, de tal manera que con ellas luego construí unos murales imitando una especie de alicatado de estilo mudéjar con el que mi obra tiene mucha similitud. Es una obra que lleva muchas horas de producción. La empecé en 2012 y ahora con la pandemia la he vuelto a retomar. Además de hacer otras obras, estoy haciendo más producción de esa pieza y la voy almacenando en cajas, porque mi idea es que algún día se pueda hacer una exposición o una retrospectiva o lo que sea, y meter ese mural ya grande. Hasta ahora hay 15 metros y en realidad son más porque hay piezas que no están enmarcadas. Bueno, la terminaré.

¿Cómo sabe cuándo terminar una obra?

A veces es difícil. A mí, más que terminar una obra, me gusta mucho trabajar en series, porque cuando hago una obra, esta me pide otra y otra. Hasta que llega un momento en que digo “de aquí ya no rasco más”. A mí me gusta mucho revisar obras y darles otra lectura. Por ejemplo, yo trabajo mucho con módulos y esos módulos me permiten hacer lecturas diferentes de las mismas piezas o mismas series. La obra es como un ser vivo que va evolucionando también, no se queda estancada.

Me gustaría preguntarle sobre la visibilidad del trabajo de las artistas. En la Biblioteca Central hay ahora abierta una muestra en la que participa junto a otras cinco mujeres, una exposición en donde la mirada de mujer es importante.

En primer lugar, me gustaría resaltar que ha sido una una exposición que ha sido ganadora de una convocatoria pública de la Consejería de Cultura.

¿Lo dice en sentido positivo? ¿Es algo insólito?

Es beneficioso porque al final es una convocatoria pública y un jurado de expertos que hace una selección. Es decir, aquí ya no hay que ir a un despacho a pedir y eso es muy positivo. Esta propuesta, 'Sin límites', ha sido ganadora porque había una convocatoria para el 8 de marzo. Yo, a Santiago Martínez, comisario de la exposición, apenas lo conocía. Bueno, nos conocimos en una exposición que tuve en Gijón, en la galería Gema Llamazares, en 2017, pero no manteníamos ningún trato. Entonces él se puso en contacto conmigo, me explicó el proyecto y la verdad es que me gustó mucho. Me gustaron además mucho las artistas con las que comparto exposición. La exposición creo que además ha quedado muy bien resuelta, montada, porque somos seis artistas muy diferentes unas de otras y creo que ha quedado muy limpia. Se ve muy bien el trabajo de cada una por separado y a la vez. Digamos que interrelaciona muy bien unas con otras.

¿El género la condiciona como artista?

Mis temas no son de género, pero soy una mujer artista o una artista mujer, como se quiera llamar. Hacemos todas un planteamiento muy dispar, cada una con su estilo, aunque ya digo que los temas de género no los toco. Santiago ha seleccionado una obra mía de 2004 ['Mi ilusión'] que establece un diálogo con obras más actuales. Se trata de una obra que todavía persiste en el tiempo, ya han pasado 17 años desde que se hizo, y la verdad es que aguanta bien. Y luego hay otras obras: una serie que se titula 'Los caprichos cromáticos' que ha sido el inicio de las series que han venido después, obras mucho más escultóricas, piezas pictóricas mucho más relacionadas con la escultura; y otras dos piezas de este año, que son 'El año que no hubo primavera', una referencia al momento de confinamiento que para mí fue durísimo, y otra obra que se titula 'El año que hay primavera', que hace alusión a esa explosión de colorido que vemos cuando vamos al campo en esas primaveras esplendorosas.

En su obra hay una cada vez mayor presencia del volumen, como si lo bidimensional, la pintura, tendiera a las tres dimensiones, la escultura.

Siempre ha habido volumen en mi trabajo porque de hecho, por ejemplo, la enmarcación tiene varios niveles y también los vinilos autoadhesivos que uso crean una especie de capas. Pero sí, he ido ya hacia piezas mucho más volumétricas. La pintura todavía sigue ligada a la pared pero ya en 2019 comencé una serie que se titula 'Pintura con pedestal', donde ya la obra está sobre un pedestal, una peana que es propia de la escultura. Y en eso estoy.

A usted le gusta salirse del marco en un sentido literal y en un sentido figurado: hay obras que rompen el marco en el que se inscriben y al tiempo romper el marco se entiende como salirse de lo convencional, situarse 'fuera de cuadro' por decirlo de algún modo.

Mi obra es difícil a veces de clasificar porque no se sabe si es una pintura. Salirse del marco, en un sentido físico, sí; y en cuanto al marco de las disciplinas, también, claro.

¿Cómo ve la situación actual de la mujer en el mundo del Arte?

Recientemente se ha publicado un estudio sobre cuestiones de género. Ya no se trata de sensaciones, sino que hay unas cifras, y sigue habiendo un techo de cristal en las direcciones de museos y centros de arte. Generalmente están los hombres al frente y detrás tienen equipos de mujeres, que para acceder a la dirección lo tienen complicado. En general, las obras de las mujeres se cotizan menos. También hay menos representación de mujeres en las ferias de arte. Hay una evidencia de que hay menos. Y es curioso, porque el mundo de las artes está plagado de mujeres.

¿Se va hacia una paridad?

Yo más que paridad pido mismas oportunidades; y si tiene que haber más hombres, habrá más hombres, y si más mujeres, más mujeres. Da lo mismo pero es extraño que habiendo tantas mujeres haya tan poca representación. Desde que empecé creo que se ha mejorado porque ahora sí que se va teniendo más en cuenta a las mujeres en las programaciones institucionales o en las galerías, pero todavía queda mucho por recorrer. Cuando empiezas a reflexionar igual te das cuenta de que efectivamente ha habido algo de discriminación. A mí nadie me ha regalado nada, yo trabajo mucho y nadie te regala nada.

Yo más que paridad pido mismas oportunidades; y si tiene que haber más hombres, habrá más hombres, y si más mujeres, más mujeres. Da lo mismo pero es extraño que habiendo tantas mujeres haya tan poca representación

Entonces, sería partidaria de la aplicación de cuotas discriminación positiva?

Pues no lo sé, igual sí, pero no por el hecho de ser mujer, sino por valorar tu trabajo. Yo tampoco estoy de acuerdo en que por ser mujer tengas que estar en algo: tiene que ser por tu trabajo. Porque si no estaríamos desacreditando el trabajo de las mujeres y tampoco es eso. Y yo creo que hay mujeres muy competentes que no están donde debieran estar.

¿Ha experimentado personalmente la discriminación?

Personalmente no la he sufrido, pero he estado en una galería en donde era la única artista y he estado muy arrinconada. ¿Por qué? Quizá porque no vendías lo suficiente. ¿Y por qué? Quizás porque al final compran más los hombres. Le estoy hablando de hace 20 años.

¿Cómo está el mercado ahora mismo?

Yo creo que la pandemia ha servido para poner de manifiesto la precariedad de todo el sistema artístico. Yo hablo del que más conozco, que es el de las artes visuales. Nosotros ya veníamos de una crisis, que era la de 2008, muy tocados. Estábamos ya levantando un poco la cabeza y esto [por la pandemia] ya ha sido el remate. Se ha puesto de manifiesto que se trata de un trabajo tan precario... Vamos a ver si de una vez se firma el estatuto del artista y sale una ley de mecenazgo. Pero que no es un tema de pandemia, es un tema que viene arrastrándose.

Pero usted va a continuar...

Sí, sí, claro. Es que esto ya es una forma de vida. El día que no tenga que contar nada o me aburra, entonces me cortaré yo misma la cabeza.

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