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Díaz Tezanos bloquea los cambios en el Gobierno cántabro para sostener el pulso al PSOE

Una semana después de que Salvador Blanco y Rosa Inés García presentaran su carta de dimisión como máximos responsables de las empresas públicas Sodercan y MARE, sus renuncias siguen sobre la mesa de la vicepresidenta de Cantabria, Eva Díaz Tezanos, que ha convertido estos ceses en una cuestión vital dentro de la guerra interna que mantiene con la nueva dirección del PSOE.

A pesar de que desde el sector oficialista cercano al secretario general, Pablo Zuluaga, quisieron ver en esta maniobra una victoria ante la vieja guardia que dirigió el partido hasta las primarias del pasado verano, siete días más tarde reconocen que las dimisiones “en diferido” de estos dos altos cargos solo han sido un movimiento más dentro de la estrategia con la que la exlíder de los socialistas cántabros “trata de menoscabar la imagen de la dirección de su propio partido”.

“Salvador Blanco y Rosa Inés García siguen en sus puestos, ejerciendo sus funciones con normalidad hasta nueva orden”, señalan desde el equipo de Díaz Tezanos, que todavía no se ha pronunciado al respecto e incluso ha evitado el contacto con los periodistas con la anulación a última hora de la única rueda de prensa que tenía programada en agenda esta semana.

Este bloqueo institucional, similar al que se produjo durante casi un mes en la Consejería de Educación, Cultura y Deporte hasta que se hizo efectivo el cese de Ramón Ruiz, puede prolongarse todavía más, porque no hay ningún ultimátum a la vista y las conversaciones que se iniciaron el pasado lunes para elegir a las personas que se hagan cargo de Sodercan y MARE en sustitución de Blanco y García “están paralizadas”, como certifican desde ambos bandos.

De hecho, tras la primera toma de contacto entre Zuloaga y Díaz Tezanos, en una reunión cercana a las tres horas de duración, ninguno puso nombres sobre la mesa y no se concretó un nuevo encuentro en el que continuar con la negociación, ya que tanto desde la Ejecutiva del PSOE como desde el equipo de la vicepresidenta reivindican su potestad para nombrar a los candidatos o candidatas a dirigir dos de las empresas públicas más importantes del Gobierno de Cantabria.

Mano dura

Mientras la vicepresidenta de Cantabria reta en público y en privado a su sucesor como secretario general, negándose a realizar unos cambios que se la han requerido insistentemente desde que el partido lo aprobara el pasado 4 de septiembre con la vista puesta en un posible asalto al poder del PSOE cántabro de cara a las elecciones de 2019, Zuloaga ha retomado su agenda institucional con distintos encuentros con militantes.

Durante estas reuniones, que se han celebrado en las agrupaciones con mayor número de afiliados, el nuevo líder de los socialistas cántabros ha podido comprobar de primera mano el descontento de una parte de la militancia, que no entiende la permisividad con los antiguos dirigentes del partido. Algunos, incluso, le reclaman “mano dura” ante acusaciones tan graves como las de “acoso” o “machismo”.

También desde una parte de la dirección defienden cada vez con más fuerza la necesidad de imponer orden ante la “rebeldía prolongada” de Díaz Tezanos, que no acata las órdenes ni rebaja su oposición al equipo surgido de las primarias en las que salió derrotada. “Queda claro que no ha realizado los cambios que le exige el partido y ha mostrado una falta de disciplina que debería tener consecuencias”, subrayan los más críticos, dejando abierta de nuevo la puerta a un expediente sancionador.