Paloma Navas es la directora general de Salud Pública del Gobierno de Cantabria desde el pasado septiembre. Esta médica especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública ha sido una de las caras más visibles del Ejecutivo cántabro desde que el coronavirus llegó la comunidad hace apenas un mes. Entre su apretadísima agenda de las últimas semanas, Navas ha hablado con eldiario.es sobre la penetración del COVID-19 en Cantabria y sobre cuál ha sido la razón por la que esta autonomía se ha convertido en una de las más 'seguras' de España en lo que a contagios se refiere.
¿Cuál diría que es la situación del virus en Cantabria en estos momentos?
Positiva dentro de los escenarios que manejamos. Y digo positivo porque se enmarca perfectamente dentro de nuestra capacidad de respuesta, aunque nuestra capacidad de respuesta ya estaba ampliada y preparada para escenarios peores. De todas formas, y aunque es un escenario optimista, hay que ser cautelosos.
¿Hay previsión de que Cantabria tenga que recurrir a hospitales de campaña como se ha visto en otras comunidades autónomas?
Las medidas de contención han sido muy buenas en Cantabria. Hemos conseguido bajar los contagios y al bajar los contagios, baja la hospitalización. Y al bajar la hospitalización, baja la probabilidad de UCI. La clave, por lo tanto, está en la reducción de los contagios, y de momento parece que estos están disminuyendo por lo que, con este escenario, estamos perfectamente preparados para responder sin necesidad de recurrir a esos hospitales de campaña. Al menos de momento.
Los datos dicen que Cantabria está en una situación 'privilegiada' comparándose con otras comunidades autónomas. ¿A qué puede deberse?
Nosotros teníamos una situación bastante compleja de partida por ser vecinos colindantes con Euskadi, donde hubo una de las primeras zonas de transmisión comunitaria. Creo que hemos conseguido bajar los contagios porque nos hemos ido adaptando rápido y hemos trabajado muy intensamente. Las medidas más serias de confinamiento se tomaron antes de que se decretase el estado de alarma, de hecho, el mismo día que se decretaron medidas similares en Madrid, las tomamos en Cantabria, sin tener nosotros, ni mucho menos, una situación como la de la capital de España que ya por entonces estaba desbordada.
Además, desde el primer caso la respuesta del personal de la Dirección General de Salud Pública ha sido espectacular. Recuerdo por ejemplo el domingo después del primer positivo, vinieron voluntariamente más de diez personas de todos los servicios y desde entonces no se ha parado. Como somos un equipo muy pequeño no hay turnos ni festivos. Trabajamos a destajo para contener y disminuir el número de contagios y eso está dando frutos. En Cantabria, Salud Pública aporta a todos los niveles: estudio minucioso de casos, llamadas de seguimiento a cientos de personas, informar de resultados, teléfonos de guardia, protocolos de contención...
¿Qué ha ocurrido con los test? ¿Se han realizado los necesarios?
Tuvimos una reacción rápida con las limitaciones de los test y para esto ha sido clave el papel de la Atención Primaria, el 061 y la línea 900 montada por la Subdirección de Cuidados del Servicio Cántabro de Salud (SCS). Vimos rápidamente que la curva epidémica aumentaba y que no íbamos a poder hacer test a todos los casos leves así que creamos un protocolo para Atención Primaria donde todo cuadro compatible con COVID-19 se gestionaba como COVID-19 y se aislaba. De esta forma se puso en aislamiento a cientos de personas y conseguimos parar contagios sin comprometer la capacidad diagnóstica en hospitales.
La línea 900 ha jugado un papel esencial en la contención. Y Atención Primaria, junto con el 061 y el 900 ha cargado el peso de miles de llamadas diarias para vigilar, explicar, confirmar que se habían entendido las pautas de aislamiento y, sobre todo, para calmar y acompañar. Eso lo dijo el protocolo nacional un lunes, y nosotros en Cantabria comenzamos a aplicarlo desde la semana anterior.
Somos la segunda comunidad autónoma de España en número de test por 100.000 habitantes con aproximadamente unos 1.500, y eso es porque tenemos en Valdecilla un Laboratorio de Microbiología espectacular que desde antes de tener casos ya se estaba entrenando para poder hacer la detección desde aquí. El volumen de test que hacen es impresionante. A esto hay que sumarle que Cantabria tiene un tejido investigador importante, y desde aquí se están fabricando los materiales para la toma de muestras que están desabastecidos como los tubos que hacen en la Universidad de Cantabria o los prototipos de hisopos que se están imprimiendo en el hospital virtual. Debemos seguir invirtiendo en I+D y especialmente en Salud Pública en Cantabria porque en estas ocasiones nos salva la vida.
¿El personal sanitario cuenta con los medios adecuados para llevar a cabo su función sin riesgos?
Los equipos llevan pedidos desde febrero, pero ha habido una situación muy compleja y tardan mucho en llegar. No solo en Cantabria sino en todo el planeta. Ha sido muy duro, se han pedido equipos y muchos no ha llegado aún, pero es que hay una situación mundial de desabastecimiento… Y aquí estamos muy bien comparados con otros sitios porque vamos encontrando soluciones.
Además, a esto hay que sumarle la complejidad en la colocación de los EPIs y por eso diariamente se repasan en los centros las medidas de protección. Y, desde luego que la disponibilidad de EPIs ha sido un factor fundamental, pero también la complejidad en su retirada y la dificultad de utilizarlos correctamente cuando llevas muchas horas con ellos puestos. Además de que el virus está en la comunidad y es un virus contagioso. No hay espacio 100% seguro.
¿Qué ha podido fallar para que haya ese desabastecimiento? ¿Quizá la falta de previsión?
Un factor bastante desafortunado es que nosotros no produzcamos estos materiales a nivel nacional y que el primer productor de material de este tipo es China, que es el lugar donde se ha originado el problema. Al principio, hubo un poco de desconcierto a la hora de ver qué iba a suceder con las importaciones, que se vieron afectadas desde el comienzo del brote. La expectativa internacional era que íbamos a poder controlar el coronavirus, que se iba a poder controlar en China y que iba a tener una penetración más baja de la que ha tenido…
¿Considera que dentro del caos que conlleva una pandemia, la situación en Cantabria siempre ha estado controlada?
Creo que hemos hecho un trabajo muy bueno en planificación y en ordenar la respuesta. El esfuerzo que hemos hecho con los protocolos para facilitar el seguimiento de las instrucciones del Ministerio, para que todo el mundo se moviese de manera sincrónica en todo el servicio de salud ha ayudado mucho. Además, el fantástico trabajo que han hecho en los hospitales de Sierrallana, Tres Mares y Laredo, que han aumentado su capacidad en tiempo récord, trabajando a destajo y, por supuesto, tener Valdecilla, que es puntero en España, ha sido importantísimo para responder a la situación.
Tener un Servicio Cántabro de Salud fuerte y cohesionado es la clave. Y la verdad es que somos afortunados con la gerencia del SCS que ha estado más que a la altura, preparando todos los escenarios y coordinando la respuesta. Pero creo que estamos ante una pandemia mundial que, en ningún país esperábamos que fuese a tener esta magnitud. Y tenemos que aprender de lo que ha sucedido y mejorar, no con un discurso ni triunfalista ni fatalista, sino de aprendizaje: debemos fortalecer la estructura de salud pública en toda España de manera urgente. De eso dependerá no solo nuestra salud, sino la de nuestros hijos e hijas.
¿Por parte del Gobierno central se ha atendido correctamente a las demandas de Cantabria?
El Gobierno central está en una situación en la que está respondiendo en base al criterio de dar a las comunidades que tienen más necesidades. Creo que se está siendo lo más justo que se puede dado lo cambiante y urgente de la situación. Nosotros estamos recibiendo ayuda, pero es tanta la necesidad ante esta situación que nunca se va a poder dar la respuesta deseada.
¿Los centros de salud están funcionando con normalidad?
La Atención Primaria es fundamental porque la respuesta de la primera línea es la que nos permite poder tener una buena situación a nivel de hospital. Si la Primaria no hubiera reaccionado, si no se hubiese dado un seguimiento a todos estos pacientes, no estaríamos en la situación que estamos. Ha hecho y hace un esfuerzo grande. Pero… ¿podría decir que trabajan con normalidad? Creo que nadie trabaja con normalidad en este momento. Ahora mismo funcionan con una carga de trabajo muy alta. Como todo el Servicio Cántabro de Salud.
¿Por qué los índices de contagio son tan altos en las residencias de mayores?
Con las residencias de mayores estamos teniendo una situación que habrá que estudiar en todo el planeta cuando la pandemia pase. Lo que puedo decir por nuestra parte es que nos adelantamos a lo nacional considerando que el personal de las residencias es esencial al mismo nivel que los sanitarios. Además, se dedicó un equipo específico del 061 que se preparó antes del primer caso positivo, ellos empezaron a recoger muestras diariamente a residentes y trabajadores por todas las residencias de Cantabria. De hecho, así es como se identificaron los casos.
En Cantabria, ahora mismo un residente tiene catorce veces más probabilidad de que le hagan la prueba, aunque tenga síntomas leves, que un no residente, y si eres profesional de una residencia tienes aún más probabilidad que cualquier ciudadano de que te hayan hecho un test. Y de todas las pruebas que se han hecho, el 13% van para residencias, aunque estas representen al 1% de la población. Y queremos aumentar aún más estos porcentajes.
Asimismo, cada día hay un grupo de médicas y enfermeras que se dedican a informar de los resultados de las muestras que se hacen, y siempre la primera información que se da, se da a residencias. Las residencias son lugares donde hay un cúmulo de personas muy vulnerables y lamentablemente en las residencias se dan otros brotes como la gripe, clostridium, bacterias multirresistentes… Hace años que la comunidad científica estudia estos brotes para poder controlarlos y sabemos respetar al máximo las medidas de higiene es fundamental, pero es muy complicado.
En el futuro tendremos que pensar cómo queremos reforzar la atención no sanitaria que reciben los mayores, y ya hay diferentes sectores que están demandando un cambio de modelo a raíz de esta pandemia. Pero no olvidemos que los residentes también son nuestros padres y abuelos, y es muy duro para todos lo que está pasando. Es una situación tan grave que los esfuerzos que hagamos nunca podrán cubrir todas las necesidades que hay. Debemos dar las gracias a todas las personas, tanto a trabajadores de la Consejería de Sanidad y del Servicio Cántabro de Salud, como a los trabajadores de las residencias que están dando cada día lo mejor de sí para los mayores de Cantabria.
Se están reclamando pruebas en personas asintomáticas por poder ser un foco de contagio…
La evidencia científica sobre el coronavirus es muy limitada todavía, de hecho, en el estudio más numeroso que ha habido hasta ahora, que ha sido en China con 72.000 personas contagiadas, se indica que solo el 1% era asintomático. Ahora hay estudios que sugieren que ese porcentaje puede ser mayor, pero la evidencia aún no es robusta.
En estos momentos hay personas que están reclamando que se hagan pruebas a una residencia o a un hospital al completo si hay un positivo… Hay unas 22.000 personas de colectivos esenciales y sensibles entre trabajadores del Servicio Cántabro de Salud, residentes, personal de residencias, Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado... Y además las pruebas habría que repetirlas cada cierto tiempo. Este volumen de pruebas semanales desgraciadamente no es posible a día de hoy, por eso insistimos en mantener el distanciamiento social y las medidas de higiene, pero en cuanto se pueda, se hará.
Hay una angustia muy grande en las personas que no tienen síntomas y piden la prueba. Lo entiendo perfectamente. Pero también hay un factor peligroso en hacer pruebas antes de tiempo y este es que, puedan dar negativo, se armen de confianza y que, aunque a los dos días desarrollen síntomas leves, le quiten importancia por haber dado negativo. Esas personas serían vectores de transmisión de la infección.
¿Qué previsiones tienen sobre lo que ocurrirá las próximas semanas?
Vamos con mucha cautela con este tema porque, con este virus, el número de casos se duplica en muy poco tiempo. Por ello tenemos que tener mucha precaución y lo importante en las próximas semanas es no bajar la guardia. Podemos controlar la infección siempre que sigamos realizando las medidas de confinamiento mientras estas duren.
Si creamos una falsa sensación de confianza y volvemos a la normalidad demasiado rápido, podemos crear un efecto rebote y que el virus vuelva a estar transmitiéndose con la velocidad con la que sabemos que se transmite. Desde la Consejería de Sanidad en general y desde la Dirección General de Salud Pública en particular nos queda, todavía, un trabajo muy duro para controlar esa vuelta a la normalidad.
Por eso quiero mandar un mensaje de ánimo ante esta situación compleja: ya hemos hecho una parte muy importante y estamos consiguiéndolo. En esto todos somos importantes y si seguimos unidos lo vamos a superar.