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“En España no se considera la obesidad como una enfermedad”

Federico Luis Moya es el presidente de la Asociación de Pacientes de Cirugía Baríatrica de Cantabria (ACIBCANT) y cuenta que es “un paciente más” de obesidad, puesto que se han cumplido recientemente dos años desde que se operó. Gracias a ello y al trabajo postoperatorio consiguió bajar de 183 a 83 kilos. 

Según explica, la obesidad mórbida es una enfermedad crónica multifactorial asociada a importantes complicaciones físicas y psicológicas que contribuyen a empeorar la calidad de vida de los pacientes y a disminuir su esperanza de vida.

Como respuesta a este problema nació la asociación que dirige, que tiene el objetivo de prestar ayuda psicológica y social destinada a orientar, informar y dar apoyo psicológico a pacientes con obesidad mórbida y sus familiares.

Este sábado 12 de noviembre es el Día Mundial Contra la Obesidad y esta asociación ha preparado una serie de actividades relacionadas con ello durante esta semana, con varias conferencias y una carpa informativa en la plaza del Ayuntamiento de Santander.

Un problema psicológico

Moya critica que en el Hospital de Valdecilla se les opera en cirugía general, es decir, no hay una unidad específica. Además, afirma que previamente un psicólogo tiene que aprobar la intervención. “Son varias sesiones, el psicólogo te hace unas preguntas, apunta en una hoja y finalmente te dice si eres apto”, explica. 

El problema, según aclara Moya, es que “la persona obesa miente porque aunque diga que no coma, come; los obesos comemos mucho”. Como ejemplo de ello, reconoce que antes de operarse se sentaba después de cenar en el sofá y se comía 18 donuts. “Hay un problema, el obeso mórbido no se quiere ver, no se considera obeso mórbido”, destaca.

Por todo ello, el presidente de esta asociación denuncia que “no existe ningún apoyo psicológico”. “Yo me planteé, junto con otras dos personas, formar esta asociación para ofrecer un acompañamiento desde nuestra experiencia”, subraya.

Moya recalca que “el obeso mórbido psicológicamente no está bien, y para ello desde la asociación buscamos un acompañamiento, antes, durante y después de la operación quirúrgica”. Asimismo, afirma que también atienden a aquellas personas con sobrepeso que quieren conocer la experiencia que ellos han pasado. 

“Si desde la sanidad pública hubiese un acompañamiento de una persona con sobrepeso -20 kilos más de tu peso ideal- con un dietista, yo creo que se podrían evitar un 40% de las operaciones que se hacen en Valdecilla”, subraya Moya.

Una operación de cirugía bariátrica tiene un coste de 45.000 euros y la intención de la asociación es plantearles a las instituciones cuánto les supone mantener un obeso. “Queremos sentarnos delante de las instituciones, del Gobierno de Cantabria, del director de Valdecilla y de la consejera de Sanidad para decirles: Sí, costamos 45.000 euros, pero ¿cuánto cuesta una persona obesa con diabetes, con hipertensión, con colesterol, alguien que tiene una máquina para respirar por las noches? Calculamos que al mes pueden alcanzar los 9.000 euros, con medicinas”, expone. 

Moya hace hincapié en que desde las instituciones, desde los Gobiernos autonómico y nacional, y desde la sociedad, se transmite la idea de que “un obeso es obeso porque quiere, que está gordo porque le interesa comer”. Del mismo modo destaca que en España “hemos cometido un clarísimo error a cuenta de la obesidad delegando  en las comunidades autónomas la competencia de sanidad”. 

El presidente de ACIBCANT explica que, como ejemplo de ello, en la comunidad de Madrid el año que viene “se quieren cargar las operaciones de obesidad” y que en Málaga “no se opera, hay que ir por la privada”. “Es muy triste que no haya una ley unificada en España contra la obesidad como sí la hay, por ejemplo, contra las drogas, que al fin y al cabo es sanidad”, remacha. 

“Cuando un obeso muere no se le mete en la lista de muerte por obesidad; se le mete en la de cardiología si ha muerto por un paro cardíaco y si lo ha hecho por insuficiencia respiratoria, por respiratorio, por ejemplo”, manifiesta. En España no se considera la obesidad como una enfermedad, pero para la Organización Mundial de la Salud (OMS) y para la Asociación de Médicos de Estados Unidos (American Medical Association, AMA en sus siglas en inglés), sí lo es. 

“A mí que me interesa que la OMS considere la obesidad como una enfermedad si mi comunidad no lo hace”, subraya Moya. “Luchamos para que al obeso se le considere paciente”, señala. Además, afirma que el primer paso tiene que darse en la propia sociedad.

“Yo cuando era obeso había personas que me conocían del colegio y no me saludaban por el simple hecho de estar gordo, y después de operarme sí. A algunos les paraba por la calle y les decía: «Estoy operado de obesidad pero mi cabeza y mi corazón son los mismos, si no me has saludado con 183 kilos tampoco lo hagas con 83»”, cuenta Moya desde su experiencia personal. 

Por otro lado, expone que les han llegado casos a la asociación de padres que tienen que dejar a sus hijos a 200 metros de la puerta del colegio porque sus compañeros les dicen: “Ahí viene el niño de la madre obesa, es que tu madre está gorda”. “Es muy duro que tu hijo te diga que no le acompañes hasta la puerta del colegio porque sus compañeros se ríen de él por eso”, lamenta Moya. 

Cantabria se encuentra entre las 10 primeras comunidades de España en el ranking de obesidad. El 70% de los niños de entre 10 y 13 años con un atisbo de obesidad se tiene que llegar a operar de adulto. “Hasta hace poco en Vadecilla había una consulta de obesidad infantil; ahora han quitado la Residencia y se ha declinado a una especie de 'chalecito' al lado de la Facultad de Medicina, como relegados”, sostiene.

“Es muy triste que vayas a un médico de cabecera y le digas que te quieres poner a dieta y no te haga ningún estudio, directamente te saca del cajón una hoja que pone 1.500 calorías, que te la da a ti y se la da a todos por igual, y cada obeso es un mundo”, aclara Moya.

La publicidad

Por otro lado, la publicidad juega un papel importante en estos casos. Buena parte de los anuncios que nos llegan desde los diferentes medios y plataformas son de lo que conocemos como comida rápida, alimentación “con componentes adictivos”. “Hay muchos factores por los que una persona llega a obesidad pero uno de ellos es que se nos incita a comer”, señala. 

Asimismo, explica que no está en contra de los restaurantes de comida rápida, de hecho, asegura que después de haberse operado alguna vez los frecuenta. Sin embargo, sí reclama que “ganen algo menos de dinero y que hagan alimentos más saludables”.

Por otra parte, cuenta como en muchos alimentos preparados para diabéticos “se camufla” hasta en 54 ocasiones la palabra azúcar bajo nombres como edulcorante de maíz, por ejemplo. “De alguna manera, nos engañan”, denuncia.

El presidente de ACIBCANT termina haciendo hincapié en que “la asociación está hecha por y para los pacientes”, y que las actividades programadas tienen como objetivo dar a conocer la asociación y “concienciar a la sociedad de que ver una persona obesa no es malo; es un problema que tenemos todos”. “La asociación es una tirita dentro de una herida muy grande”, concluye.