Adaptar las emergencias al aumento de la población por el turismo: “En verano llegamos a atender un 50% más de intervenciones”

Aunque se suele pensar en comida, alojamientos o, en este momento, disponer de suficientes recursos energéticos y agua, una comunidad que no llega a los 600.000 habitantes y que experimenta un crecimiento tan exponencial de población durante el verano también debe tener un servicio de emergencias que sea capaz de abordar el cuidado de locales y visitantes. Y eso es lo que hace el Servicio de Emergencias de Cantabria, el conocido como 112, que se encarga de atender y recepcionar las llamadas, así como de coordinar y movilizar los servicios de la comunidad para solventar los problemas lo más eficazmente posible.

El responsable de que el engranaje funcione a la perfección es el director del servicio, Íñigo Claramunt. Él mismo confiesa a este periódico que se encuentran en plena temporada alta y prueba de ello son los datos: “Sabemos que en verano llegamos a atender un 50% más de intervenciones”.

De ellas, la mayor parte se concentran en los lugares más turísticos de Cantabria, que son la zona de costa y Liébana, aunque el tipo de intervenciones que realizan abarcan un poco de todo: “Esta comunidad es muy atractiva turísticamente porque tenemos mar, ríos, media montaña, alta montaña, una de las redes más grandes de cuevas para realizar espeleología y el pantano del Ebro. Esto para los servicios de emergencias supone ser muy polivalentes y tener que estar siempre preparados para todo”, asevera.

Y aunque no se dispone de datos estadísticos de población, en el 112 saben que, como mínimo, atenderán un 30% más de llamadas por lo que la organización se vuelve su mejor aliada. “Hay que planificarlo mucho y, como ya conocemos los patrones, distribuimos las guardias y las vacaciones del personal de forma que los meses de verano haya más disponibilidad de efectivos que el resto del año”, cuenta Claramunt. Así, el Ejecutivo cántabro no tiene que contratar más personal para estos meses ni tampoco tiene que hacer inversiones especiales ya que, tal y como apunta el coordinador del equipo, los medios materiales son los mismos a lo largo de año.

No obstante, la consejera de Presidencia del Gobierno de Cantabria, Paula Fernández (PRC), señala a elDiario.es que, tanto el 112 como el servicio de rescate helitransportado se está tratando de optimizar día a día: “Se han incorporado 13 nuevos bomberos a la plantilla del 112 que son, además, los primeros con carácter funcionario; el próximo año también el 112 cambiará de sede y mejorará sus sistemas de gestión con la última tecnología disponible en el mercado; contamos con dos nuevos rescatadores en la nómina de efectivos de la Dirección General de Interior; y trabajamos de manera continua por mejorar los protocolos de actuación para ganar en eficiencia en las intervenciones”, explica.

Por tanto, según la información aportada por el Ejecutivo autonómico, Cantabria dispone de seis parques de bomberos autonómicos y un helicóptero de rescate medicalizado algo que, según apunta Fernández, “no es lo habitual en otras comunidades”. Asimismo, a estos medios hay que sumar los recursos del resto de instituciones movilizables desde el 112 tales que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado: “Somos una comunidad pequeña que responde bien a las variadas situaciones de emergencias que tienen lugar en nuestro territorio, y que lo hace con altas tasas de profesionalidad y humanidad”, indica orgullosa la dirigente regionalista.

“Más personas, más incidentes”

Pero, ¿cuáles son las intervenciones que más se atienden desde el 112? Se podrían dividir en tres apartados: asistencia sanitaria, seguridad ciudadana y accidentes de tráfico. A ellos habría que sumarle los incendios y los rescates, que también forman parte de su trabajo aunque de forma mucho menos habitual. “En nuestro trabajo solo hay una ecuación que es: a más personas, más incidentes”, explica Claramunt antes de asegurar que esto no quiere decir que las emergencias sean más graves sino que se producen con más asiduidad.

Sobre los rescates, uno de los temas que más rodeados están de polémica año a año por el alto gasto que supone y la supuesta falta de prudencia de algunos, el director del servicio considera que las emergencias no tienen la “responsabilidad” de decidir si algo es o no una imprudencia. “Nosotros hacemos un servicio público de rescate y de intervención. Intentamos ayudar siempre a las personas y los animales pero no somos nadie para calificar algo de imprudente. Todo depende de la situación y eso se debe valorar a posteriori”, subraya.

En lo que respecta al ámbito más político, la consejera de Presidencia considera que la postura tomada por el Gobierno es “inequívoca”: “Atendemos las emergencias que surgen en la región como servicio público, como garantía de asistencia y bienestar de nuestros ciudadanos. No obstante, publicamos los supuestos por los que se tasa el cobro de los servicios prestados en casos de negligencia constatada”, revela.

Estos supuestos a los que se refiere Fernández están recogidos en la norma y castigan comportamientos como realizar actividades de montaña o costa con avisos meteorológicos activos naranjas o rojos, ya que, tal y como se indica, “pueden comprometer no solo la vida de quienes comenten la imprudencia, sino de los profesionales que acuden en su ayuda”.

Dichas actitudes imprudentes tratan de solventarse por parte del 112 y de la propia Consejería a través de campañas preventivas, de concienciación y de fomento de la autoprotección tanto para escolares como para la población general. “El objetivo es evitar accidentes, y la última la hemos puesto en marcha bajo el lema ‘Prevenir es… vivir’ y está orientada a la difusión de consejos para la preparación y desarrollo de actividades de montaña”, concluye Fernández.