“Nacimos con el objetivo de reivindicar los derechos que hasta entonces nos habían sido negados”. Así surgió ALEGA, la Asociación de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales de Cantabria, que este fin de semana está organizando unas jornadas de cine LGTB con el objetivo de visibilizar el colectivo mediante cortometrajes y películas de esta temática.
Pedro Cortés es el presidente de esta organización y destaca que “es importante que haya una normalidad del colectivo en la sociedad”. “Me refiero a que yo pueda ir con mi marido por la calle de la mano sin que todo el mundo mire, ya no digo que alguien me hable o me insulte, sino que no se vea diferente a una pareja heterosexual”, subraya.
Esta tercera muestra de cine LGTB con el eslogan 'El cine que entiende' se está desarrollando en el Centro Cultural Doctor Madrazo de Santander con entrada gratuita y con la confianza de que no solo asista gente del colectivo, 'militantes' del movimiento LGTB.
La sensación que se traslada, sobre todo a través de los medios, es que cada vez se suceden más comportamientos y agresiones homófobas. Sin embargo, Cortés asegura que “hay lo que ha habido siempre, solo que ahora se puede denunciar como delito de odio y antes no se podía”.
“Es lo que ha cambiado a nuestro favor en la justicia, pero realmente hay mucha gente que se sorprende cuando ve a dos chicos o a dos chicas por la calle de la mano o besándose, por ejemplo. Creemos que hay muchas cosas que superar por parte de la sociedad”, señala el presidente de ALEGA.
En lo referente a las denuncias, Cortés explica que, entre las personas que sufren este tipo de actitudes homófobas, “algunas denuncian y otras no porque por desgracia hay mucha gente que todavía no muestra su condición sexual, no quiere que nadie la sepa”. Esta situación provoca que a pesar de haber sufrido un maltrato o una agresión no lo denuncien. “Afortunadamente hay mucha gente que sí y cada vez se hace más”, cuenta Cortés.
Importancia de la educación
Para evitar las actitudes homófobas, Cortés recalca que es muy importante la educación a los jóvenes. “Debería ser iniciativa del Gobierno, porque nosotros damos charlas gratuitas durante nuestro tiempo libre dentro de que somos una asociación de voluntarios”, denuncia el presidente.
Expone que el tratamiento de este tema con los alumnos podría incluirse dentro de una asignatura como en la de Ética. Cuenta que cuando van a un instituto a dar una charla informativa les hablan del colectivo y les enseñan por quién está formado.
“Tratamos de que entiendan que somos normales, igual que ellos, y ayudamos a esas personas que son parte de este colectivo a que lo digan y a que se muestren abiertamente”, subraya Cortés.
En un reciente informe mundial sobre las respuestas del sistema educativo a la violencia relacionada con la orientación sexual, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) destacó que un 45% de los estudiantes transgénero abandonan la escuela.
“Todo este abandono contribuye a que estas personas no puedan vivir abiertamente su orientación sexual y se vean frustradas. Es normal que abandonen los estudios. De hecho, la falta de tratamiento LGTB en las aulas provoca que algunos abandonen sus estudios y otros la vida, que es mucho más grave”, lamenta Cortés.
Sensacionalismo en los medios
En cuanto al papel que desempeñan los medios de comunicación en el tratamiento de todo lo relacionado con este colectivo, Cortés esclarece que lo abordan “con un poco de sensacionalismo”. “Ahora empiezan a cambiar un poco las cosas, pero antes solamente hablaban de las personas famosas del grupo LGTB que salen en televisión, es decir, no lo hacían del día a día del colectivo que somos todos”, explica.
Como muestra de este sensacionalismo relata que cuando hay agresiones homófobas, en vez de llamarles para preguntar cómo funciona el colectivo o sobre las charlas informativas, “nos llaman simplemente para saber si en la agresión hubo sangre, si hubo denuncia, preguntando por el culpable... buscando el morbo”.
Por otro lado, Cortés hace hincapié en que en todas las agresiones por violencia, también en las de violencia machista , “hay una represalia de la persona agresora porque no hay un cuidado especial, no hay un protocolo de actuación bien hecho para la persona que va a denunciar; debería estar protegida y no lo está”.
Destaca que desde la legislación reciben apoyo pero “muy despacio”. “Tenemos casos de gente que ha ido a poner una denuncia y le ha costado trabajo ponerla”, resalta el presidente de ALEGA.
Ataques de la Iglesia
También insiste en que, por parte de la Iglesia, el colectivo LGTB recibe ataques públicamente que quedan impunes. Dos de los casos más sonados y más recientes son el del obispo de Córdoba, que calificó la ideología de género como “una bomba atómica” y que la Fiscalía ha archivado; y el del cardenal Cañizares, también archivado por la Audiencia Provincial tras sus manifestaciones sobre “el imperio gay”.
“Vivimos en un país laico, pero un país laico solo en teoría, ya que en la práctica es mucho menos laico de lo que pensamos”, subraya Cortés ante esta situación.“Con nuestros impuestos contribuimos a un montón de colegios concertados católicos en los que a una persona homosexual, por el hecho de ser homosexual abiertamente, no le dejan trabajar”, denuncia el presidente del colectivo LGTB cántabro. “Yo parto de que la Iglesia debería de estar muy bien separada del Estado”, recalca.
Cortés afirma que no debería de importarnos lo que dice un obispo, por ejemplo, “porque para mí eso es una secta, y en las sectas tampoco hago caso a lo que dice el líder”. “Son empresas privadas que desgraciadamente están subvencionadas con mis impuestos”, concluye.