El cáncer irrumpió en la vida de Andrea Turienzo asestando un varapalo tremendo a sus planes y aspiraciones. Lo paralizó todo, especialmente su sueño de ser cantante. Y es que Drei, como se la conoce a nivel artístico, recibió la noticia de que padecía un sarcoma sinovial, un tumor poco frecuente, con tan solo 21 años y en el momento en el que confiaba en hacer despegar su carrera en la música.
“Tenía planeado grabar un EP y me decía a mí misma que ese iba a ser el año en el que iba a lanzar un proyecto serio”, cuenta en conversación con elDiario.es. “Cuando me dijeron que tenía cáncer dije: 'Bueno, lo tengo que posponer al menos hasta después de la operación'”, añade.
A partir de ahí comienza un camino difícil para, en primer lugar, lograr asimilar que está enferma: “El doctor me habló sobre el tipo de tumor y del riesgo que había de que me tuvieran que amputar un brazo y no pudiera volver a tocar la guitarra”, relata. Según explica, en un primer momento no fue consciente realmente de la situación en la que se encontraba, y no fue hasta que empezó con la quimioterapia cuando llegó el golpe de realidad.
El cáncer no es una guerra ni una batalla. Yo solo me estoy limitando a vivir y a ponerme en mano de los médicos
“Hasta entonces no me sentí enferma. El problema vino con la quimioterapia, porque es un tratamiento muy agresivo que provoca efectos no solamente físicos, sino también psicológicos”, sostiene. “Y ahí es realmente cuando empecé a verme mal, a sentirme enferma, a preguntarme por qué algo que me está curando me tiene que hacer sentir así, por qué tengo que estar vomitando, por qué tengo que perder el pelo, por qué me tiene que afectar a la autoestima... y entonces es cuando te empiezas a hundir y te refugias en el 'por qué yo' y 'por qué a mí' con 21 años”, relata esta joven artista.
Durante todo el proceso, Drei decidió publicar vídeos sobre su caso en las redes sociales, con el objetivo de visibilizar y normalizar los efectos de la enfermedad. “La enfermedad tiene muchos momentos malos a nivel psicológico y eso hay que normalizarlo”, asegura. Y es que, según dice, todavía hay mucho desconocimiento en torno a esta enfermedad y con su iniciativa pretendió ayudar a gente que pueda estar en una situación similar a la suya.
“He contado por redes con toda naturalidad que me hicieron la criogenización de ovocitos porque la quimioterapia te puede dejar infértil y eso hay gente que no lo sabe”, pone Drei como ejemplo. La falta de conocimiento es tal, según dice, que la gente a la que le dice que tiene cáncer “lo asocia directamente con la muerte”. “Te miran como si te fueras a morir, pero en realidad hay muchos casos de personas que sobreviven”, remarca.
Además, los vídeos le han servido también como terapia mental. “Las redes sociales me han ayudado mucho a llevarlo mejor, aunque parezca raro porque son un poco arma de doble filo”, reconoce. Y no le importa insistir: “El cáncer no es una guerra ni una batalla. Yo solo me estoy limitando a vivir y a ponerme en manos de los médicos”.
Detección precoz
Pero lo que realmente le está ayudando a superar la enfermedad, ya que actualmente se encuentra en la recta final de su tratamiento, ha sido la detección precoz de la misma. “Ha conseguido que encontremos un tumor muy agresivo y muy localizado y que le demos una solución muy rápida operable con un tratamiento posterior”, explica. “La detección precoz ha aumentado las opciones de curarme”, incide, tras preguntarse “por qué no se invierte y se destinan más recursos a ello”.
“Cuando hay recortes en lo primero que se recorta es en sanidad”, denuncia la cantante, tras subrayar que“ el aumento de recursos de Atención Primaria fomentaría las detecciones precoces”. “Es lo que necesitamos para sobrevivir a estos tumores raros”, apunta, al tiempo que cuenta el caso de una amiga de Valencia con la misma enfermedad que ella y que lleva un año esperando a las pruebas de detección.
Iniciativa solidaria
Drei ha sido la impulsora de una iniciativa solidaria para recaudar fondos para la investigación contra el cáncer con motivo del Día Mundial contra esta enfermedad que se celebra todos los años el 4 de febrero. Lo ha hecho de la mano del Festival Sónica de Castro Urdiales, en el que participó como artista en la primera edición, compartiendo escenario con Zahara.
Y pese a que está en la última fase del tratamiento y se encuentra bien, la artista reconoce que está “inmersa en un bloqueo” del que todavía no ha logrado salir. “He estado muy desganada y llevo dos meses sin tocar la guitarra; la quimio me ha quitado las ganas de absolutamente todo, y aunque yo estoy bien, obviamente este es un proceso muy duro y todavía me cuesta incluso levantarme de la cama y decir: venga, un día más es un día menos'”, relata.
En este sentido, confía en recuperar pronto la “motivación por la guitarra” -“la echo de menos”, lamenta-, para dar letra y voz en forma de canciones a lo que está viviendo: “Quiero hacerlo porque me ayuda muchísimo”, concluye.