Ciudadanos consuma su pacto con el Gobierno PRC-PSOE para aprobar los presupuestos de Cantabria

El debate presupuestario ha transcurrido sin novedades pero con mucha curiosidad, la que genera el insólito conflicto público que atraviesan los populares, tan protagonistas este jueves en el Parlamento como las propias cuentas públicas. Tal y como estaba previsto, el Gobierno PRC-PSOE ha sacado adelante el documento económico gracias a la abstención de Ciudadanos. En contra, han votado PP y Podemos, quienes han insistido en que los ingresos están “sobredimensionados” y, en consecuencia, han augurado que habrá “recortes”. “Como muy tarde en junio, julio o agosto”, ha subrayado la portavoz podemita Verónica Ordóñez.

Así, una vez que el bipartito y Ciudadanos han consumado su pacto y los presupuestos de la comunidad para 2017 han obtenido vía libre en la Cámara, está previsto que sean publicados en el Boletín Oficial de Cantabria (BOC) el próximo 28 de febrero y que entren en vigor al día siguiente, el 1 de marzo. A partir de esa fecha, el Ejecutivo dispondrá de 2.601 millones de euros, casi un 6% más que en el ejercicio anterior.   

Durante el debate, que se ha prolongado mañana y tarde, los cinco partidos con representación en el Parlamento han repetido los argumentos en los que llevan insistiendo desde que el mes pasado comenzara la tramitación. El consejero de Economía y Hacienda, Juan José Sota, ha destacado los buenos datos económicos con los que Cantabria cerró 2016 -con un crecimiento del 3% del PIB y un descenso del paro en 13.000 personas- y ha vaticinado que este año “se superarán todas las previsiones”.

Además, ha llamado la atención sobre el “momento crítico” en el que se encuentra la autonomía debido al nuevo sistema de financiación que se está negociando. Según ha señalado Sota, Cantabria figura en todos los informes como la comunidad con mayor financiación por habitante, “y eso nos nos beneficia”, ha alertado. “Rememos todos juntos en la misma dirección”, ha apelado al resto de fuerzas.

El consejero, viendo por dónde iban a ir las críticas principales de la oposición, ha enfatizado que su departamento ha sido “conservador” en la previsión de ingresos. A este respecto, ha apuntado que el Gobierno cántabro ha incrementado un 1,8% -en 30 millones- la cuantía provisional indicada por el Ministerio de Hacienda, frente a otros gobiernos autonómicos que se han ido a aumentos del 4 y 5%, o hasta el 11% en el caso de Madrid.   

Finalmente, ha agradecido el “voto de la responsabilidad” de Ciudadanos. Su portavoz, Rubén Gómez, ha destacado en su intervención algunas de las 80 medidas que PRC y PSOE han incluido a propuesta de su grupo y su influencia en las “líneas maestras” de las cuentas. Así, ha dicho que gracias a esa negociación con el bipartito se ha echado atrás la subida de impuestos planteada por el Gobierno -20 millones de euros- y que se implementarán otras medidas, como el estudio para reducir las empresas públicas, garantizar la gratuidad de los libros de texto, el incremento de la dotación para la lucha contra los incendios o un mayor apoyo a los emprendedores. 

Cantabria, en riesgo de “intervención”

Mucho más críticos han sido PP y Podemos, que han coincidido en considerar que los ingresos están “sobredimensionados en 50 millones de euros para vender un presupuesto expansivo”. “El presupuesto no es ni realista, ni creíble ni mucho menos progresista”, ha afirmado el diputado de Podemos, Alberto Bolado, quien ha aseverado que Cantabria “corre un riesgo cierto de ser intervenida por el Ministerio de Hacienda”.

Tanto Podemos como el PP se han remitido al reciente informe de la Autoridad Fiscal (Airef) que certifica que Cantabria “va a incumplir de forma clara el objetivo de déficit” y que los ingresos del presupuesto son “excesivamente optimistas”. Por todo ello, han enfatizado que las cuentas son “falsas”, un “bluff” y un “fraude”.

Pero las críticas de estos dos partidos no se han dirigido en exclusiva hacia los socios de gobierno, sino también a su aliado, Ciudadanos, a quien han reprochado su “seguidismo ciego” y su “fervor casi religioso” a los presupuestos, así como su “incoherencia descomunal” por contribuir a “consolidar un aumento fiscal que maldijo el año pasado”, por “dar por bueno” el aumento de tasas y “santificar la mentira de los presupuestos en general”.

Y no solo se han quedado ahí. Populares y podemitas también han tildado la negociación de “paripé”, en la que “no han pedido nada irrealizable”, al tiempo que han censurado lo que han denominado la 'cláusula Hernando' (en alusión al portavoz del PRC, Pedro Hernando), según la cual no se podrá aprobar ninguna enmienda de la oposición si no hay acuerdo entre PRC-PSOE y Cs.

El “despecho” de Podemos

Una visión bien distinta han ofrecido PSOE y PRC, que han defendido que el Gobierno, en minoría, ha demostrado “capacidad de diálogo y de negociación” con quien realmente tenía disposición al acuerdo y ha presentado “el mejor presupuesto posible” con los recursos disponibles.

Hernando ha recalcado que el PP ha centrado toda su estrategia presupuestaria en los ingresos, mientras que Podemos, que el año pasado facilitó la aprobación del presupuesto con su abstención a cambio de la reforma del IRPF, no ha presentado ninguna alternativa tributaria, y ha “tratado con desprecio” el presupuesto “por no ser protagonistas”.

“El PP ha encontrado un curioso acompañante de viaje. Podemos, que por despecho político ha venido a defender posiciones similares a las del PP”, ha dicho la socialista Silvia Abascal, quien ha señalado que el partido morado ha intentado sin éxito utilizar estos presupuestos “como chantaje al Gobierno, como moneda de cambio en una operación de la más rancia y vieja política”, en alusión a la petición de dimisión de Salvador Blanco al frente de Sodercan.

La crisis del PP

De rondón, en el debate presupuestario se ha colado la difícil situación interna que vive el PP. Aunque los adversarios políticos no han hecho leña del árbol caído, sí que han colado alguna pequeña pulla, como la de la diputada regionalista Matilde Ruiz, que ha asegurado que los populares tienen “problemas de banquillo” y “además no encuentran entrenador”.

Por su parte, la bancada popular ha estado ausente durante la mayor parte de la sesión. Las idas y venidas de los diputados y el intercambio de mensajes y llamadas han sido constantes a lo largo de todo el día, especialmente las de Ignacio Diego y María José Sáenz de Buruaga, que apenas han 'calentado' la silla de su escaño y que han estado más centrados en cuestiones internas.