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La controvertida propuesta de la patronal hostelera cántabra: formar y contratar a refugiados ucranianos “con un coste muy ajustado”

En pleno conflicto bélico en Ucrania y en el marco de la difícil gestión de la llegada de refugiados víctimas del drama y la barbarie de la guerra, la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria (AEHC) quiere sacar tajada. ¿Cómo? Formando y contratando refugiados ucranianos “con un coste muy ajustado”. Así se lo ha hecho saber la patronal hostelera a la Federación de Municipios de Cantabria el pasado 14 de marzo a través de una carta a la que ha tenido acceso elDiario.es.

En palabras del presidente del colectivo, Ángel Cuevas, la asociación “preparará y servirá pensión completa (desayuno, comida y cena) en los centros públicos o de gestión municipal en que se alojan estas personas y se compromete a dar formación en dichas instalaciones municipales o de acogida para que puedan ser contratados en las empresas de Cantabria con un coste muy ajustado”.

El líder de los hosteleros cántabros enmarca esta acción, sobre la que pide dar traslado a los ayuntamientos de la comunidad, “dentro de los planes de colaboración con el pueblo ucraniano y especialmente pensando en los refugiados que puedan llegar a Cantabria”.

No es la primera vez que Cuevas realiza declaraciones controvertidas sobre el empleo en su sector. Una de las más sonadas se produjo en septiembre de 2019, cuando anunció la intención de la Asociación que preside de 'importar' camareros del extranjero, en concreto, 400 trabajadores procedentes de Perú. Esa propuesta fue rechazada tanto por el Gobierno autonómico como por los sindicatos, que censuraron sus palabras y acusaron a la patronal de buscar “mano de obra barata”.

Previamente a ello, en primavera, había propuesto poner en marcha un plan de formación que consistía en 'reclutar' a trabajadores en Sudamérica, que pudieran desplazarse durante los meses de temporada alta a realizar trabajos en los locales del sector hostelero en Cantabria, ante la “ausencia de profesionales cualificados” en la comunidad autónoma.

Y posteriormente, ya en plena pandemia y a las puertas del verano, Cuevas culpó de las dificultades para contratar camareros al Ingreso Mínimo Vital, sin tener en cuenta la precariedad, la temporalidad, las jornadas abusivas y las horas extra no remuneradas propias del sector hostelero.