La escasa presencia de mujeres en los nombres de las calles, edificios y espacios públicos de los municipios españoles -y en muchas otras partes del mundo- es un reflejo de la realidad histórica, social y cultural que ha marginado tradicionalmente el papel de la mujer en la esfera pública.
Las diferentes sociedades se han inclinado por valorar y recordar las contribuciones de los hombres en áreas como la política, la ciencia, la guerra o la exploración, ámbitos tradicionalmente dominados por figuras masculinas. Esto se ha reflejado en la nomenclatura de los espacios públicos, perpetuando una visión de la historia centrada en los hombres.
Y aunque las mujeres también han contribuido significativamente en todos los campos del conocimiento, como la cultura, el arte y la sociedad, sus logros han sido frecuentemente minimizados, ignorados o atribuidos a figuras masculinas, sobre todo porque la toma de decisiones sobre el nombramiento de calles ha estado tradicionalmente en manos de autoridades y comités dominados por hombres.
Así pues, esto se ha traducido en una falta de reconocimiento y, por ende, en una escasa representación femenina en el mapa urbano. Sin embargo, el movimiento feminista lleva años tratando de revertir esta situación, con el objetivo de avanzar en igualdad de género y de poner en valor las contribuciones de las mujeres a la sociedad. Y con la llegada de un nuevo 8M esta reivindicación vuelve a la palestra.
Reflexión
En el municipio cántabro de Torrelavega, por ejemplo, han centrado su lema para el Día Internacional de la Mujer en este asunto: 'La igualdad llena las calles', reza la campaña organizada por el Ayuntamiento para reflexionar sobre “la falta de referentes femeninos” en el callejero municipal, en el que solo once de las más de 300 calles del municipio tienen nombre de mujer.
Para favorecer esta reflexión, se ha organizado una actividad colectiva para este viernes, de 11.00 a 14.00 horas y de 16.00 a 19.00 horas, que consistirá en preguntar a los ciudadanos sobre las calles de la ciudad y por sus referentes femeninos, y se les invitará a subir fotografías a las redes sociales del Centro de Igualdad haciendo alusión a qué mujer tienen como referente en su vida.
De forma paralela, se repartirán galletas con los nombres de las calles Julián Ceballos y José María Pereda, en unas cajas que llevan como lema 'Nos vamos a comer las calles'. Y es que además del callejero, de las 38 instalaciones deportivas y centros cívicos que hay en este municipio, tan solo dos llevan el nombre de una mujer; y de los 18 equipamientos culturales y 28 centros educativos, únicamente tres cuentan con nombres femeninos, según los datos que ha facilitado este miércoles la concejala de Igualdad, Patricia Portilla (PSOE).
Por contra, este debate sobre la poca presencia de mujeres en el nomenclátor lleva años estancado en Santander. Y no será por las innumerables propuestas para modificar el callejero e incluir figuras femeninas destacadas que ha recibido el Ayuntamiento de la capital cántabra. Desde recogidas de firmas por parte de colectivos feministas e iniciativas políticas, hasta, incluso, sugerencias provenientes de alumnas de Educación Primaria.
Y es que tan solo el 7% de las calles muestran el nombre de mujeres ilustres, e incluso cuando se propuso desde el equipo de gobierno sustituir algunos nombres franquistas para cumplir con la Ley de Memoria Histórica, como ocurrió la legislatura pasada bajo el bipartito PP-Cs, las opciones que se barajaron volvieron a centrarse en hombres, relegando a las mujeres a un papel de protagonismo inferior y manteniendo así la desigualdad de género existente.