El presidente del Gobierno de Cantabria, Miguel Ángel Revilla (PRC), ha ofrecido este jueves su particular visión sobre la tramitación de los presupuestos de la comunidad autónoma para 2018, que han superado las enmiendas a la totalidad presentadas por los grupos de la oposición gracias al diputado tránsfuga de Ciudadanos Juan Ramón Carrancio.
A diferencia del portavoz parlamentario de su partido, Pedro Hernando, el jefe del Ejecutivo autonómico sí reconoce a Carrancio como tránsfuga, pero traslada la responsabilidad a los partidos políticos con representación en el Congreso -PP, PSOE, Podemos y Cs-, a quienes culpa por no reformar la Ley Electoral para que los cargos dejen de ser de las personas y sean de los partidos, como él reclama desde “hace décadas”.
“Yo no he pactado jamás con ningún un tránsfuga, yo soy una víctima de los tránsfugas”, ha dicho a preguntas de los periodistas. Pese a que Revilla ha asegurado que su Gobierno “no negocia con tránsfugas”, el consejero de Economía, Juan José Sota, y los portavoces de los partidos que sustentan al Ejecutivo (PRC-PSOE) mantuvieron este lunes una reunión con Carrancio.
Aunque el líder del PRC niega un acuerdo con el exdirigente de Cs, sí ha mostrado su disposición a “pactar” enmiendas parciales que planteen “todos” los grupos y diputados (lo que incluye a Carrancio), que sean “razonables” y que tengan “encaje” en las cifras del Presupuesto. “Todo el mundo puede mejorar un presupuesto”, ha apostillado.
Además, ha afirmado que no es responsabilidad del Gobierno negociar apoyos en el Parlamento, donde a la coalición PRC y PSOE les falta un diputado para alcanzar la mayoría. “Hasta ahí llega el papel del Gobierno: ahí están -los presupuestos- y hagan ustedes lo que quieran con ellos”, ha dicho el regionalista.
Para Revilla, más importante de con quién salga adelante, lo fundamental es tener aprobadas las cuentas para el día 1 de enero para saber “a qué atenerse” y que los ciudadanos sepan qué dinero tiene el Ejecutivo y en qué lo va a gastar. “Eso es imprescindible ”, ha dicho el presidente, que considera que “el peor presupuesto es mejor que el que no haya presupuesto”.
Superado el debate de enmiendas a la totalidad, ahora resta el trámite de enmiendas parciales, en el que las grandes cifras del Presupuesto son ya inamovibles y solo se pueden añadir partidas detrayéndolas de otras ya existentes, y su debate final el 22 de diciembre, día en el que los partidos de la oposición temen que vaya a ser aprobado por un pacto entre PRC-PSOE y Carrancio.