La agricultura biodinámica es una modalidad de agricultura en la que Castilla-La Mancha es una región pionera. Nació en el año 1924, basada en las teorías de Rudolf Steiner, fundador de la antroposofía. Resulta complicado definir la agricultura biodinámica sin compararla con la agricultura ecológica. De hecho, ambas comparten algunos fundamentos como el de no usar productos químicos como pesticidas o herbicidas. La biodinámica va un paso más allá: directamente no utiliza ningún producto (ecológico o no) para combatir las plagas o el exceso de hierba. Su fundamento está en el respeto a toda forma de vida.
La figura del agricultor es clave en esta forma de producción: es él quien tiene que armonizar la tierra y el entorno y hacer del suelo algo vivo “donde haya los microorganismos que tenga que haber y se permita el ambiente para que los cultivos den grandes cosechas” según cuenta Concha Fadeiro, doctora ingeniero agrónomo de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM).
El otro pilar fundamental de la agricultura biodinámica es la biodiversidad, es decir, mantenerla con rotaciones de cultivos, zonas en barbecho “donde haya una pequeña isleta de vegetación natural con mezcla de arbustos y flores y hierbas naturales que sirvan de refugio a los posibles enemigos naturales de lo que llamamos plagas”, explica la doctora.
Con todo ello se consigue un organismo que se autoregula y el agricultor es el encargado de “procurar que los desechos de unas especies sirvan de alimento a otras especies”, añade Eduardo Sánchez, agricultor biodinámico.
Influencias cósmicas
La producción biodinámica desarrolla toda la actividad agrónoma siguiendo el ciclo o calendario lunar. Se trata de conocer bien el ambiente en el que se desarrollan los cultivos y en ello se incluye también las posibles radiaciones o influencias cósmicas que pueden llegarle a la producción.
“Evidencias de que la luna afecta a los cultivos existen de siempre. Que influyan Marte, Júpiter u otros planetas cercanos es más difícil de comprobar, pero desde la ciencia del siglo XXI no podemos decir que esto no existe”, argumenta Fadeiro apoyándose en la sabiduría ancestral y empírica de los agricultores de antaño “que no se basaba en aparatos” sino en los calendarios y las fases de la luna.
¿Cómo conseguir el certificado de producción biodinámica?
Una de las normas establecidas por DEMETER Internacional para dar la certificación de biodinámica a una producción es que, primero esté certificado como ecológico. Tras ésto hay que demostrar que se siguen las pautas de las rotaciones, la nutrición orgánica del suelo y la biodiversidad.
Esto significa trabajo diario a pie de campo para el agricultor muy alejado, dice la profesora de la UCLM, de esa agricultura de despacho que supone la intensiva.
Producción estable y de más calidad
Tras más de 20 años de estudio se ha podido comprobar que la producción de biodinámica es más estable que la de agricultura convencional intensiva, ya que no hay variaciones bruscas de producción.
A ello, asegura Fadeiro, se une que la calidad de la cosecha es mucho mejor, aunque en este punto es donde encuentran el mayor de los problemas: el consumidor español no valora esta forma de producir alimentos y no paga por ello, con lo que al final estos productos “superecológicos” se marchan al centro de Europa.
Su rentabilidad, cuenta Fadeiro, está no tanto en el precio sino en la repercusión ambiental y para la salud porque “los productos biodinámicos poseen mejores propiedades, tanto nutricionales como organolépticas”.
La primera feria de Agricultura Biodinámica en España
Hoy, esta forma de cultivar, en perfecto equilibrio con la naturaleza y las formas ancestrales de producción, cuenta con más de 7.000 hectáreas cultivadas en España, el 40% están en esta región, especialmente en la provincia de Albacete donde los últimos años ha ido cobrado fuerza y ganando terreno.
Tanto es así que este fin de semana en Albacete se celebra la Feria Ibérica de Agricultura Biodinámica en la que hasta 50 expositores mostrarán sus productos y los beneficios de esta forma de producir. Un encuentro que no tiene precedentes en el territorio nacional, donde se desarrollan actividades entorno a este tipo de agricultura que va ganando adeptos y productores en todo el mundo. “Son, sobre todo, actividades ligadas a la agricultura biodinámica desde la educación”, apuntan en la organización del evento. Habrá talleres infantiles hechos desde la escuela Waldorf La Colmena, pasando por animación musical; música clásica; y los agricultores ofrecerán catas y degustaciones “que permitan ver y saborear la realidad de estos productos”, explican.
El objetivo no es tanto que se genere negocio entre productores y compradores o intermediarios sino que se creen nexos de comunicación entre ellos.