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Diez bocados imprescindibles para celebrar el Día Mundial de la Tapa

Boquerones en vinagre

Pilar Virtudes

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Quizá sea este el día más celebrado de España: el 16 de junio Día Mundial de la Tapa. ¿Hay algo más nuestro?

Toda una historia y una tradición sustenta esta forma de disfrutar de la cocina y de la comida en pequeños bocados para acompañar un vino o una cerveza mientras charlamos con los amigos o con la familia.

Cuenta la historia que las tapas en España surgieron en los bares y tabernas del sur del país entre los siglos XIII o XIV. Aparecieron por necesidad, como una solución para evitar que dentro del vaso de vino se colaran elementos indeseables, como los insectos. Para evitarlo se ‘tapaban’ las bocas de los vasos con una loncha de jamón o de queso, de las que luego el comensal daba buena cuenta mientras se bebía el vino.

Esta simple tapadera en un momento en que la higiene dejaba mucho que desear se desarrolló de tal manera que hoy en día distingue nuestra forma de comer y nos ha dado fama mundial. Las tapas han dado lugar a toda una gastronomía peculiar con variedad de platos y sabores. Incluso los bares y restaurantes compiten por ofrecer las más creativas y deliciosas.

Las tapas también se han convertido en uno atractivo turístico indudable. Estas pequeñas porciones son un activo en alza y nos han hecho ganar popularidad en todo el mundo como una forma única de degustar una variedad de sabores en un solo plato.

Barrancos Food, proveedores de comida gourmet para hostelería, ha publicado las tapas más consumidas en España. Pero no hay que olvidar que también cada territorio, cada provincia, imprime su personalidad, las más típicas herederas de sus recetas tradicionales o de su historia.

Te contamos las cinco tapas más consumidas a nivel nacional y las cinco típicas en Castilla-La Mancha, para que no te las pierdas y celebres su día mundial:

Tortilla de patatas

Poco que decir de este monumento gastronómico que incluso es objeto de debate por si debe o no llevar cebolla. Sólo patatas, huevos, sal y la maestría del cocinero para la tapa más consumida y valorada de todo el país.

Croquetas

Este plato heredero de la alta gastronomía francesa ha llegado en España al culmen. Las elaboramos con todo tipo de relleno pero sin duda las más valoradas son las de jamón o las que hacemos con los restos del cocido. Los restaurantes gourmet también se han rendido a este sencillo pero sabroso bocado y las incluyen en sus menús degustación.

Patatas bravas o con alioli

Aún más sencillo, sólo una buena patata cocida, asada, o frita con una de estas dos salsas. Para la salsa brava, hay mil y una recetas, pero la condición es que esté bien picante, el alioli es un básico en la cocina española, aceite y ajo bien ensamblado.   

Ensaladilla rusa

También es la patata la protagonista de este plato, monumento nacional. Además de este tubérculo, otras verduras como zanahoria, atún o bonito en la mayoría de los casos, y una buena mayonesa. Sabroso pero difícil encontrar una realmente buena.

Calamares rebozados

Otra cosa no, pero en España somos maestros de los rebozados. Cómo resistirse a una calamar bien cubierto de harina de trigo o garbanzos, frito en aceite de oliva, humeante ya sea en un plato o entre dos trozos de pan. El bocadillo de calamares también es un monumento.

Pero cada territorio tiene sus tapas favoritas, sus clásicos. Te dejamos aquí las que más nos gustan en Castilla-La Mancha:

Carcamusas en Toledo

Un sencillo estofado que se ha convertido en la tapa toledana por excelencia desde que la puso de moda un local de la ciudad. El guiso consiste en dejar lentamente estofar magro de cerdo, cebollas, ajos, chorizo, jamón, vino, tomate y guisantes, que se añaden al final. Esta vianda hay que acompañarla con pan para mojar la salsa hasta dejar el plato bien limpio.

Perdigacho en Guadalajara

Es lo más típico en esta provincia. Aunque no lo parezca por el nombre, se trata de una tostada untada de alioli y sobre ella una anchoa en salmuera abierta. Parece que tiene poco que ver con la gastronomía de esta provincia pero tiene su origen en los salazones que se elaboraban para conservar el pescado. Se acompaña con un fino seguntino que no es un vino fino sino una mezcla de vermú con gaseosa y espuma de cerveza a la que, luego, cada maestro da su toque personal.

Los caracoles en Albacete

Parece raro, pero la tapa más típica de Albacete, sobre todo en la capital, son los caracoles en salsa. Se pueden encontrar en todos los bares de la ciudad pero lo más tradicional es tomarlos en las tascas de la feria. Consiste en un guiso de caracoles con una salsa que tiene como base la cebolla, el ajo, especias y algo de picante, y lo que cada uno le ponga porque hay tantas recetas como cocineros. Siempre hay que acompañarlo con mucho pan porque la salsa está incluso mejor que el caracol.

Los zarajos en Cuenca

Si tenemos que elegir una de las tapas más tradicionales de Cuenca lo tenemos difícil porque es una provincia con una riquísima tradición gastronómica. Quizás las tres más demandas son los zarajos, el morteruelo y el ajo arriero. El zarajo es muy típico, consiste en intestinos de cordero lechal que se enrollan en sarmiento y se fríen en aceite de oliva o se asan. Es fácil verlos en las barras de la mayoría de los bares de Cuenca.

El asadillo manchego en Ciudad Real

Sabroso y simple. El asadillo manchego es muy típico en Ciudad Real. Se trata de un asado de pimientos rojo, aliñado con algo de tomate frito, ajo, comino y buen aceite de oliva de la tierra. Se puede servir en cazuela o sobre una tostada de pan, y hay que untar la salsa hasta acabársela. 

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