La Senda, la almazara más joven de Castilla-La Mancha, espera su segunda cosecha en el Campo de Montiel
La almazara La Senda en La Solana (Ciudad Real) nació de la pandemia. Cuatro hermanos decidieron en aquellos momentos seguir la senda de su padre y dedicarse a la olivicultura. Lo hicieron con el convencimiento de que querían ofrecer un producto ecológico, de alta calidad y distinto a lo que había en la zona. Ahora, con sólo una cosecha a su espalda, esperan con ilusión la próxima recogida de la aceituna.
Se trata de los hermanos Jaime, que en pocos meses lograron alzar una almazara junto a los olivos que se padre fue comprando desde los años 90. “Mis padres hace años no tenía olivares, pero mi padre empezó a comprar olivares por el 90 y empezamos nosotros con el ayudándole desde pequeños. Luego, aunque cada uno teníamos nuestro trabajo, vimos cómo estaba el mercado y decidimos poner en marcha la almazara para poder hacer nuestros productos en ecológico”, señala Manuel Jaime, uno de los cuatro valientes que decidieron emprender en pandemia.
“Somos cuatro hermanos, somos socios, nosotros hacemos todos los trabajos dos de mis hermanos se dedican a las labores del campo y otros dos nos dedicamos ya a almazara y a la venta”, señala. “Esto que es nuevo y complicado”, añade.
Manuel se dedicaba a la construcción hasta hace tres años, pero “pero antes de la pandemia empezamos a dar vueltas a esto, hicimos cursos, nos formamos, buscando la maquinaria y ahí empezó todo, al principio nos lo tomamos a broma y al final lo pusimos en marcha”.
Algo que algunos califican como un milagro porque seis meses antes de sacar su primera cosecha no tenían ni hecha la almazara. “El día 7 de junio el año pasado aún no había nada construido, teníamos en la propiedad una casa para los fines de semana y la terminamos para la cosecha”, señala.
En esta nueva infraestructura que han puesto en marcha también con una ayuda FOCAL para la industria agroalimentaria, solo molturan las aceitunas de sus fincas. El año pasado, en esta primera cosecha produjeron 11.000 litros de aceite de la máxima calidad, dice Manuel Jaime.
“Nuestro aceite es distinto, el 90% de los que lo prueban en la zona no había probado este aceite porque está extraído en frio, trabajamos con una maquinaria para hacer aceite de máxima calidad. Este aceite no tiene nada que ver con los aceites que venden en cualquier supermercado, no hacemos cantidad sino calidad. De hecho, a la cosecha temprana le sacamos un rendimiento del 8%, cualquier aceite de garrafa del 25% no baja, ahí esta la diferencia”, asegura.
En el mercado tienen cuatro aceites de oliva virgen extra, acogidos a la DO Campo de Montiel y a la marca de calidad de Castilla-La Mancha Campo y Alma.
El primero es cosecha temprana etiqueta temprana, unos 1,300 litros, que corresponde a las primeras aceitunas que molturaron el 14 de noviembre, nada más terminar la obra. Les hubiera gustado recoger el fruto más temprano, como quieren hace este año, pero íbamos a contrarreloj“.
Tienen otros que difieren en los porcentajes de cornicabra y picual. “Tenemos un premium con un 50% de cada variedad y una selección que lleva un 70% de cornicabra y un 30% de picual”, señala.
Todo en ecológico, “porque mi padre empezó siendo ecológico en el 2000 y nosotros queríamos dar un valor añadido a nuestro producto”, asegura.
Venden sobre todo en la zona, tanto en tiendas de La Solana, Manzanares, Alcázar de San Juan, como a restaurantes, aunque ya empiezan a abrir nuevos horizontes. “Ahora, a través de Campo y Alma nos están pidiendo aceite desde Holanda para probar y ver si nos compran cantidades”, señala.
Ven con ilusión la nueva cosecha. “Había una previsión de cosecha mayor pero como hace tanto calor estos días, ya veremos. Cuando empezó la cuaja donde estaba hecho el fruto no ha hecho destrozo, pero donde estaba a medidas ha hecho bastante destrozo, dependemos del clima”.
Entre sus proyectos para los próximos meses, “seguir en la misma línea, mejorar vamos a mejorar porque vamos a tener más experiencia, no mucha aún, pero sabemos ya donde podemos mejorar porque era todo nuevo”, asegura. También poder llevar su producto a nuevos concursos, porque con la premura del pasado año solo pudieron estar en el Salón Gourmet y el FERCAM, pero el año que viene queremos ir a alguno más“, apunta.
No obstante, y a pesar de la falta de experiencia está satisfecho de lo conseguido. “La gente nos dice: Lo que vosotros habéis hecho es un milagro en poco tiempo, pero con ganas e ilusión las cosas se hacen”, concluye.
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