De nada han servido ni los recursos anteriores interpuestos por la Junta de Castilla-La Mancha ni las continuas peticiones de los pueblos ribereños de los pantanos de cabecera del Tajo. El Gobierno central ha aprobado el primer trasvase del Tajo al Segura del nuevo año hidrológico, correspondiente al mes de octubre y de ocho hectómetros cúbicos. Se trata de la cuarta derivación de agua aprobada por el Ministerio de Agricultura desde el cambio de Gobierno en Castilla-La Mancha: el acueducto Tajo-Segura ha trasvasado agua en julio, agosto, septiembre y ahora también en octubre.
Esta nueva derivación de agua la aprobó la Comisión de Explotación del Trasvase el pasado 23 de octubre, en base al estado de los embalses de cabecera, pero con fecha 1 de octubre, cuando era de 331,537 hectómetros cúbicos. Con ello, el Ministerio de Agricultura sigue permitiendo que el agua del Tajo discurra hacia la cuenca del Segura agarrándose al nuevo mínimo trasvasable, fijado en 302 hectómetros, y no en los 400 hectómetros que se fijó en las reglas de explotación del trasvase en septiembre de 2014.
Nada más conocerse su publicación en el BOE, la consejera de Fomento de Castilla-La Mancha, Elena de la Cruz, ha vuelto a denunciar esta decisión y ha recordado que en el año hidrológico anterior se ha trasvasado un total de 241 hectómetros cúbicos. Como en otras ocasiones , ha anunciado un nuevo recurso judicial por considerar que esta derivación también es ilegal al haberse producido por debajo de esa línea de los 400 hectómetros cúbicos.
En esta ocasión, el Gobierno regional ha querido también emplazar a la presidenta regional del PP, María Dolores de Cospedal, a manifestarse y explicar qué “paz del agua” firmó cuando era presidenta si ahora se trasvasa por debajo la reserva legal dejando al río Tajo “esquilmado”.
La consejera también ha recordado que el Ministerio de Agricultura aprobó recientemente 8 millones de euros para invertir en agua desalada, lo que parecía “una improvisación” que sin embargo no ha impedido nuevos trasvases. No hay, por tanto, “un plan B” o alternativas al trasvase, ha lamentado. “Se sigue contemplando el trasvase como única posibilidad para nutrir de agua a esos territorios”. Por todo ello ha insistido en la necesidad de abordar un Pacto del Agua con todas las partes implicadas y buscar esas alternativas para proporcionar agua a Levante, porque la situación “no ha mejorado” en los pantanos de cabecera del Tajo y se siguen aprobando trasvases de manera “ilegal y retorcida”.