El Ayuntamiento de Ciudad Real ha impulsado recientemente dos nuevas medidas para seguir profundizando en el conocimiento del yacimiento de Alarcos, uno de los más importantes de la región y del país de distintas épocas de la historia de la zona. Por una parte, se realizará un proyecto de análisis zooarqueológico, para analizar los restos de fauna encontrados en las excavaciones del yacimiento, y también la digitalización del plano de la zona para hacerlo más accesible tanto para la comunidad científica como para el público general. En concreto, se digitalizará el santuario, que data de época ibérica, y es uno de los pocos que se han excavado y conservado de forma intacta.
Macarena Fernández es una de las arqueólogas que trabajará en esta iniciativa, para poder también salvaguardar los planos de los levantamientos topográficos que se han hecho durante los varios años de excavación. “De este modo se facilitará también la publicación de los datos. Al digitalizar el plano se pueden hacer más interpretaciones de la funcionalidad de las estructuras, para poder entender qué es lo que había en origen. Queremos interpretar los planos, porque al entender mejor lo que tenemos, también se valora más”, afirma.
La especialista señala que dentro de España y de la comunidad autónoma, Alarcos es un yacimiento “muy importantes” debido a su tamaño y por ser una de las pocas zonas en las que se pueden encontrar secuencias desde la Edad del Bronce, hasta ahora. “Podemos ver cómo vivía la gente desde el Bronce Final (s. X-VIII a.C.) hasta nuestros días. Hay periodos en los que no estuvo habitado, como en época romana y visigoda, pero igualmente nos proporciona información sobre la historia, no sólo de Ciudad Real, sino de toda la provincia y de nuestras distintas culturas”, explica la arqueóloga.
“El problema con el que nos encontramos es que al ser habitado durante tanto tiempo, los pueblos que lo han ido ocupando también han ido destruyendo lo que había. En este sentido, hay otros yacimientos que están más intactos”, recalca. Los restos materiales que se han encontrado están “muy destruidos”, debido a los cambios de las estructuras urbanas. “Los íberos destruyeron lo que dejaron los de la Edad del Hierro y del Bronce, en época medieval, se destruyó lo de época íbera, y se construyó también encima de las ruinas”, señala.
En la necrópolis que hay en el yacimiento, eso sí, sí se pueden encontrar restos “intactos”, al haber sido enterrados por las personas que ahí lo dejaron. “No sólo fue una ciudad muy grande durante la Edad del Bronce, sino también en época íbera, cuando era un 'oppidum' de ciudad amurallada, en la que vivían élites y que ejercían poder político, económico y social sobre las gentes que vivían ahí o en el entorno más próximo”, explica Fernández.
También destaca que la ubicación de Alarcos es “importantísima”, al ser el único vado del río Guadiana en muchos kilómetros. “Cualquier persona que quería atravesar la región debía cruzar el río, con lo cual contaban con el control de este paso, de mercancías, tráfico de materia prima... Es una situación privilegiada, en zona elevada, lo cual facilitaba la defensa sobre las tierras fértiles alrededor del río, de las que dependía el sustento de los habitantes”, concluye.