Como secretario de proceso constituyente, las ideas de Alberto Garzón están ya claras para la ciudadanía. La convergencia, asegura, es un proceso natural, y es crucial para Izquierda Unida aprovechar la oportunidad histórica que se está dando actualmente. El proceso debe verse impulsado por el momento de “emergencia social que se vive en España, una realidad que necesita de una ”esperanza política“, en la que se levante la bandera de la ”ilusión y la esperanza“. Pero más allá de todo esto y del bipartidismo ”gravemente dolido“, responsable, acusa también, de traer y mantener la crisis.
Dices que el concepto de “casta” es injusto. ¿Por qué?
Si por casta entendemos la generalización de todos quienes se dedican a la política institucional, me parece injusto tratar de la misma forma y bajo la misma categoría, a quienes defienden intereses tan diferentes como, por ejemplo, Mariano Rajoy o Cayo Lara. Rajoy es simplemente un empleado de las grandes fortunas, y las grandes empresas, mientras que Lara obedece a los intereses de la clase trabajadora. La forma de defender las políticas tanto en el Congreso como en la calle es completamente diferente. No podemos ser considerados bajo la misma etiqueta que Rajoy, Rubalcaba o Pedro Sánchez. Es peligroso usar el concepto de casta: confunde a sectores muy diversos, es peligroso desde el punto de vista del análisis social.
¿Cómo ves esta dinámica de meteros a todos en el “mismo saco”?
Sin duda es un riesgo. Creo que sería injusto, también. Pablo Iglesias como uno de los principales portavoces del concepto ha dejado claro que Izquierda Unida no es parte de esta casta, pero utilizar este concepto lleva a conclusiones equívocas como pensar que sólo aquellos que se están adentrando ahora en política son los “limpios”, cuando realmente eso no se sostiene por ningún tipo de análisis serio.
El Encuentro para un nuevo país, ¿Ha venido debido a la irrupción de Podemos o se venía planteando ya?
Nosotros lo veníamos planteando hace mucho tiempo. El origen de todo, de forma reciente, recordemos que la confluencia ha estado desde siempre en el ADN de Izquierda Unida, viene de la presentación de la Ley Anticorrupción del Partido Popular. Nosotros respondimos ante este documento con otro que se llamaba “Revolución Democrática y Social” que es el precedente más inmediato de este encuentro. Este ese el antecedente más claro del Encuentro y fue anterior a la irrupción de Podemos. Sin duda, no tanto la llegada de Podemos, sino el resultado de las Europeas, ha marcado el ritmo de todas las organizaciones políticas, porque sitúa un escenario político que no existía previamente: el de debacle del bipartidismo y de la oportunidad de la ruptura política democrática. Esto os obliga a ser mucho más rápidos de lo que estábamos siendo. Se nos está marcando el ritmo desde fenómenos sociales que son mucho más importantes que la propia emergencia electoral de una fuerza política.
Izquierda Unida se ve superada por Podemos en las encuestas de intención de voto, ¿Este tipo de factores como os afecta?
Nosotros hacemos la convergencia por convicción, no por oportunismo ni por pragmatismo electoral, ni mucho menos. Convicción y creemos, además, que es el elemento útil para hacerlo. No nos preocupa la brújula electoral. Ciertamente, nosotros hemos defendido siempre posturas idénticas, desde todo momento, cuando éramos marginalidad y se nos insultaba y lo aguantábamos y lo seguíamos manteniendo. Nos hemos mantenido en momentos de ruptura como el de Izquierda Abierta, siempre hemos seguido con nuestras convicciones y nuestros principios y no nos marcaba la brújula electoral. Ahora, tampoco. Da igual lo que tengamos en la brújula, no cambiaremos nuestra forma de pensar o de entender la política. Sí adaptaremos nuestra organización a la realidad política, por principio y porque lo pide la gente, pero desde luego el programa no. Podemos tiene irrupción estupenda y yo creo que es una oportunidad para la gente, y la suma de votos de quienes comparten un concepto político sería un escenario ganador. Para eso estamos construyendo.
¿Qué efectos ha tenido el golpe del Caso Bankia dentro de la organización?
Estamos muy dolidos, porque nos parece terrible que unas pocas personas estén nublando con su actitud corrupta y de sinvergüenza la actitud de miles de militantes de Izquierda Unida que en sus pueblos se desloman por sacar adelante un proyecto de compromiso social. Pero no vale para nada el dolerse, hay que actuar. Por eso en su momento ya expulsábamos a las personas que, todavía no sabíamos el caso de las tarjetas, sino que por otras razones vinculadas a la estafa de Bankia. Ahora creemos que tenemos que ir mucho más allá, y pedir responsabilidades políticas a quienes ayudaron a estas personas a “meter la mano”. Esto debe ser lo más rápido posible, y ya hay una comisión de Investigación. Espero y exijo también que tenga responsabilidades políticas ya, para que se vea que quien roba no es un compañero, es un ladrón.
¿Cuáles serían concretamente estas responsabilidades?
No somos jueces, no podemos meter en la cárcel a nadie, pero si somos políticos y si yo hago algo mal, tengo la necesidad moral de dimitir. Eso lo haría yo. En aquellas personas que está constatado que lo han hecho, ojalá hayan dimitido, pero tuvieron que ser expulsados. También hay responsabilidades en aquellos que pudieron verlo.
De cara a las próximas municipales, ¿Crees que la “elección directa de alcaldes” saldrá finalmente a la luz?
Creo que el Partido Popular ha pactado con el Partido Socialista no hacer la reforma electoral municipal, porque el Partido Socialista se desplomaba si esa reforma se aplicaba. Suponía procesos de convergencia de la izquierda sin contar con el PSOE, dejándolo como tercera fuerza, con suerte, en la mayoría de las ciudades españolas. Y eso el Partido Popular sabe que no lo puede permitir, porque son la otra parte del bipartidismo. En ese sentido, no creo que se vaya a hacer finalmente. Intuyo que se ha llegado a cierto pacto para volver al bipartidismo más clásico del Gobierno y quizás estén preparando un gran Gobierno de coalición entre el PP y el PSOE.
Sin embargo, si se han llevado a cabo reformas electorales como la de Castilla-La Mancha…
Siempre se apruebas en aquellos lugares donde el bipartidismo no pierde. Pero en el espacio municipal era posible que el PSOE perdiese espacio, pero donde se fortalece el bipartidismo se van a aplicar leyes electorales aún más duras que la que se ha aplicado en Castilla-La Mancha.
Finalmente, ¿Qué postura tienes frente a la Asamblea de Podemos de este fin de semana?
Por respeto democrático no puedo opinar sobre esta asamblea. Ellos son autónomos, tienen sus debates internos, en los que no procede entrar. Confío eso sí, en que salgan acciones hábiles e inteligentes de cara a la mayoría social. Es decir, espero que Podemos decida encontrarse con otras fuerzas sociales, a nivel electoral también, porque es lo que percibo que la gente demande.
¿En el caso de que decidan entrar en solitario?
Tendríamos que competir contra ellos, con nuestro proyecto demostrando que somos algo distinto, pero pienso que sería un error. Compartimos demasiados elementos en común y no podemos desaprovecharlo.