El alcalde de La Roda, diagnosticado de ELA, trabajará por el Ayuntamiento “hasta el último suspiro”
El alcalde de La Roda, Juan Ramón Amores, ha comprometido seguir trabajando al frente de la Presidencia del Ayuntamiento “hasta el último suspiro”, asegurando que si bien su trabajo por la ciudad no lo realiza pensando en las elecciones, no descarta presentar batalla para renovar el bastón de mando, algo que desvelará en el tramo final de la legislatura.
Amores, diagnosticado de ELA hace seis años, ha dicho en una entrevista que “en política nunca se sabe”, y aunque no sabe decir qué pasará en mayo de 2023, toda la labor de su equipo de Gobierno se centra en pensar “en el pueblo” más que en una victoria electoral.
En estos momentos, ha asegurado que tiene más ánimo que nunca para seguir comandando el Consistorio rodense, con una agenda que “no harían ni entre siete”. “Tengo muchas ganas, pero en 2019 no desvelé mi candidatura hasta que no llegó al límite, y en este caso haré lo mismo, tanto para el sí como para el no. Pero seguiré trabajando por mi pueblo hasta el último suspiro y energía que tenga”.
La ELA, cada vez más visible en la sociedad
Juan Ramón Amores ha defendido que en los últimos años la enfermedad que padece se ha hecho más reconocible en la sociedad, algo que también achaca a su trabajo por hacerla visible.
“Por donde voy me conocen, y a través de los medios se ha hecho visible la enfermedad. Cuando me dijeron que la padecía no sabía lo que era, pero ahora hay mucha gente que lo sabe. De lo que me siento más orgulloso es de demostrar que con una gran discapacidad se puede ser alcalde y puedes llevar una vida más o menos normalizada”, ha declarado el alcalde.
Para Amores, lo importante es “perseguir cualquier sueño”, algo que antes “no era posible”, ya que con una discapacidad “te escondían en casa, en soledad”, y no sólo el cuerpo era “una cárcel”, sino que también lo era el propio hogar.
Aunque la ELA limita a nivel físico, “nunca limita ni la cabeza ni el corazón”, y ahora su corazón late “más fuerte que nunca”. “Y mi cabeza la sufren mis concejales, mis amigos y mi familia, porque va muy por delante de lo que iba antes”.
“Es bueno para la sociedad escuchar a alguien --como él-- que habla con dificultad pero que aún así habla”, ha afirmado Amores.
De un tiempo a esta parte, Amores ha impulsado la asociación adELAnte para trabajar con enfermos de ELA en Castilla-La Mancha, unos 200 en total.
Un trabajo que se enfrenta a un problema, “y es que como la esperanza de vida es tan corta, cuando te das cuenta mucha gente ya no está”.
Ahora, la entidad social que dirige intenta dar “dignidad a la hora de vivir” a los pacientes de ELA, “abriendo puertas”. “Cuando me diagnosticaron no había asociación y me choqué contra muros y contra puertas. AdELAnte hoy abre puertas a las personas que enferman. Hemos conseguido muchas cosas, y por ejemplo en Albacete hay una unidad específica”, ha celebrado Juan Ramón Amores.
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