La portada de mañana
Acceder
Sánchez rearma la mayoría de Gobierno el día que Feijóo pide una moción de censura
Miguel esprinta para reabrir su inmobiliaria en Catarroja, Nacho cierra su panadería
Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

La ruta 'amanecista' de la Sierra del Segura para “cagarse en el misterio”

Desde que Jimmy (Luis Ciges) y su hijo Tedoro (Antonio Resines) llegan con su sidecar a un pueblo sin nombre de la geografía española en ‘Amanece, que no es poco’, toda la historia de la película de José Luis Cuerda se desarrolla en un mismo sitio. Al menos en la ficción. En la vida real, este filme fue rodado en tres pueblos de la Sierra del Segura, en la provincia de Albacete, esas montañas en las que amanece por donde no debe y en las que José Sazatornil pronunció la frase que da fin a la película: “¡Me cago en el misterio!”. Muchos fans de esta mítica película llevan más de 25 años visitando estos escenarios, antes incluso de que la Junta de Castilla-La Mancha inaugurara hace siete años la ruta temática oficial.

Ayna, Liétor y Molinicos sufrieron una auténtica revolución en el verano de 1988 cuando el cineasta albaceteño y todo su equipo cinematográfico comenzaron a desplegar cámaras, escenarios y atrezzo para el rodaje de la película más surrealista de la historia del cine español. Casi tres décadas después, las localizaciones de muchas de sus escenas se encuentran señalizadas en cada uno de los pueblos mediante paneles informativos. La ruta se completa con conjuntos esculturales y un centro de interpretación en la antigua Ermita de los Remedios de Ayna.

Miles de admiradores se acercan especialmente cuando llega la primavera a estas localidades, a las que también han dado proyección y fama los que anualmente participan en la denominada Quedada Amanecista, que se celebra cada primavera desde 2011.

Ayna, también llamado ‘la Suiza de La Mancha’, está enclavado en uno de los parajes más sugerentes de Castilla-La Mancha, localizado en lo más profundo de la garganta que forma el río Mundo. Se trata de un enclave natural en el que se encuentran localizaciones de la película como la llegada en el sidecar, el 'semillero de hombres', el pasaje del “fuego en el cuerpo”, el del “cuerpo místico de Cristo” o el de “las reglas del vicio”.

En sus alrededores también se grabó la famosa escena de la llegada del alcalde (Rafael Alfonso) al pueblo al grito de “¡viva el munícipe por antonomasia!” y “¡alcalde, nosotros somos contingentes, pero tú eres necesario!”, mientras un coro de niños canta el ‘Asturias, patria querida’. Y además, en sus calles se encuentra la escuela del gran ‘maestro rural’ que examina sobre las ingles y que enseña a los niños las funciones del corazón a ritmo de canción infatigable.

En Liétor, las localizaciones más famosas son la iglesia y el patio de vecindad de una de las casas. Con la primera se corresponden las escenas de la misa aplaudida tras el gran “levantamiento de hostia” y el canto de la ‘Rosa Amarilla de Texas’ por parte los americanos, mientras que la segunda es célebre por la reunión de mujeres donde se decide quién va a ser ese año la puta del pueblo, y donde quedan para reírse de los hombres.

Finalmente, en Molinicos se agrupa el mayor número de localizaciones. En su plaza central, que fue restaurada y adornada para la ocasión, se realizan las elecciones, se cantan los milagros, se lleva a cabo el famoso ‘flashback’ y el cura (Casto Sendra 'Cassen') y el mencionado cabo Santo de la Guardia Civil (Sazatornil) disertan sobre el libre albedrío. También en este pueblo, en uno de los bancales anclados en el pleno Parque Natural del Río Mundo, se sucede una de las escenas más famosas, cuando Jimmy y Teodoro se acercan a un vecino del pueblo y este les explica que está “terriblemente sujeto a las pasiones” y que cualquier cosa que dijera “sería una estupidez”.

Es obvio que se trata de una ruta recomendada especialmente para fans de la película pero también es cierto que en cada uno de estos pueblos se pueden encontrar auténticas maravillas de la gastronomía como su pan y sus dulces. Además, si la visita es de dos o tres días, también existe la posibilidad de acercarse a los Calares del Río Mundo, subir por sus empinadas escaleras y contemplar uno de los espectáculos naturales más bellos de Castilla-La Mancha.