Anatomía de un récord incómodo: por qué Castilla-La Mancha ocupa el puesto más alto en el podio de la inflación
Con el final del año 2022 y el dato de todo el ejercicio se confirmó: Castilla-La Mancha es la comunidad autónoma más inflacionista de toda España, es decir, donde más han subido los precios. La diferencia con otras autonomías no es abismal y la tendencia para el presente año apunta a la convergencia entre regiones, pero sirve para constatar una serie de peculiaridades para tener en cuenta en el futuro.
Muchas de esas variables también determinan las políticas económicas del Gobierno castellanomanchego y ayudan a comprender por qué nuestra cesta de la compra, la vivienda o los desplazamientos nos estrujan un poco más el bolsillo.
La tasa anual del Índice de Precios al Consumo (IPC) se situó en el 6,8% a final del año en Castilla-La Mancha, de nuevo el porcentaje más alto de España. Aunque ha caído casi un punto y medio con respeto al ejercicio anterior, la subida del coste de los alimentos en un 16% ha hecho que se dispare de nuevo. Sin embargo, no es un mal dato si se tiene en cuenta que en el mes de julio este índice llegó a superar el 13%, el pico de toda su evolución anual:
¿Por qué ha sucedido esto? Víctor Raúl López, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), investigador y divulgador, parte de la base de que el uso de la cesta de la compra no es el mismo en todas las comunidades autónomas, como tampoco lo es el transporte, una de las variables que ha hecho que los precios sean más altos en esta región, con casi dos puntos de diferencia, por ejemplo, que en la Comunidad de Madrid.
El primer factor a tener en cuenta es que la salida de la crisis financiera se hizo de forma diferente por autonomíaS. “Castilla-La Mancha es una región bastante aperturista y con precios asequibles, estábamos en la tabla baja. Pero su salida acelerada de la pandemia generó más comercio, más demanda de vivienda y situaciones económicas que provocaron que los precios comenzaran a crecer ya en 2021. Ese año se produce también una fase expansiva, lo que unido a la mirada al interior del país como zona turística y a la recuperación del ocio y la hostelería, disparó aun más la inflación”, detalla.
Este fenómeno se ha unido a lo sucedido en 2022: una nueva crisis por los precios energéticos que se suma a dos problemas casi estructurales de esta comunidad autónoma. El primero de ellos es que la aplicación de las subvenciones que ha ido dando el Gobierno “ha tenido peor efecto aquí” por la dispersión de la población. “No es por mala gestión, es por esta peculiaridad propia de la región”, recalca.
La subida de los costes energéticos tuvo su eclosión la pasada primavera en Castilla-La Mancha y su punto álgido en un “desastroso” verano. Se recuperó “en parte” por las subvenciones pero los costes de movilidad son mucho mayores que en otras autonomías. “Hay estudios que ya vaticinaban esta situación en 2021 pero en 2022 ha sido aún peor. Dos millones de habitantes en tan enorme cantidad de kilómetros cuadrados lo provocan”. Es decir, su baja densidad de población elevó por encima de las previsiones los costes del transporte, los desplazamientos y la movilidad.
Y esto enlaza con el segundo problema: cuando hay más oferta, se produce más competitividad y los precios bajan. “Eso es muy difícil en Castilla-La Mancha, porque con tan poca población, los precios suben y suben. Es por un defecto de competitividad que no se da por ejemplo en las comunidades uniprovinciales y la comparación más significativa vuelve a ser con la Comunidad de Madrid”.
El investigador destaca otros sectores como la vivienda. En esta comunidad autónoma también hay menos oferta y, aunque de partida había una situación mejor en cuanto a precios, los descensos han sido menores en comparación con otras regiones, porque en todas ha habido deflación en este sector.
Se va viendo que el porcentaje castellanomanchego, aunque sigue siendo el mayor del país, en su evolución se va acercando a la media
Pese a todo ello, hay “buenas noticias”. Según se van estabilizando los precios, el índice tiende a converger entre las autonomías. “Se va viendo que el porcentaje castellanomanchego, aunque sigue siendo el mayor del país, en su evolución se va acercando a la media. Seguirá arrastrando las consecuencias durante un tiempo después del efecto de la primavera y de un verano desastroso en cuanto a precios”, avisa.
Víctor Raúl López defiende que todo lo que se haga para compensar esa inflación, como la subida salarial, será bienvenido, porque a la ciudadanía de la región “siempre puede irle peor” debido a las características propias de la región. Pero en general, “cada persona sabe regular su disposición de la cesta de la compra, la variación ahora tampoco es tan diferente y ya empezamos a parecernos al resto”.
Lo cierto es que en el terreno político, la alta inflación de Castilla-La Mancha le ha servido al PP para arremeter en más de una ocasión contra el Gobierno de Emiliano García-Page, aunque en muchas ocasiones mezclando esta cuestión con otras que poco tienen que ver como los impuestos.
Desde el Ejecutivo regional comparten el análisis de los expertos sobre las peculiaridades de la región y confían en esa tendencia a la baja, mientras que los sindicatos también apuntan a las subidas salariales como único método directo y eficaz para paliar estos escenarios de repunte de precios.
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