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Albacete aprende a programar jugando con la campaña mundial 'La Hora del Código'

ordenadores y niños

Esmeralda Díaz

Las nuevas tecnologías están presentes en todos los aspectos de nuestra vida. Hace 20 años nadie nadie un smartphone como el que llevamos ahora en el bolsillo. Al igual que esto era impensable, hoy en día es una realidad. En dos décadas, “cualquier dispositivo que llevemos, no solamente lo vamos a tener que poder utilizar sino que lo vamos a tener que poder programar”, señala Ismael García, director de la Escuela Superior de Ingeniería Informática de Albacete (ESIIAB) que se ha propuesto acercar la programación informática a la ciudadanía en general y a los estudiantes de Secundaria en particular.

Existe una iniciativa a nivel mundial con el objetivo de concienciar a la sociedad de que cuanto antes se empiece a manejar las nuevas tecnologías y se aprenda a programar, mejor.  La iniciativa se llama ‘La Hora del Código’ . Intenta acercar la programación en forma de juego, igual que hace unos años se planteó lo de aprende inglés jugando. De esta manera se pretende que “dentro de unos años los niños que salgan de cualquier nivel de la enseñanza obligatoria sepan programar”, ya que cualquier persona de cuatro años puede aprender, afirman desde la Escuela de Ingeniería.

Pero, ¿cómo se aprende a programar? En Albacete, lo hacen a través del juego. Después de un vídeo explicativo, los alumnos se conectan a la web y comienzan el aprendizaje. En los juegos suele haber un personaje en la pantalla que tiene que conseguir ciertos objetivos. La ESIIAB ha elegido cuatro juegos que están basados en la Guerra de las Galaxias, Frozen, Angry Birds o Minecraft, pero hay muchos más.

Entonces, se trabaja con comandos de manera gráfica que se ejecutan y hacen lo que cada uno quiere, explica García.  En el lado izquierdo de la pantalla está la imagen que se vería en el juego, y a la derecha aparecen las instrucciones de lo que hay que hacer, como por ejemplo: “necesitamos ese trozo de metal. BB-8, ¿puedes obtenerlo?” (BB-8 es el personaje). Entonces hay una parte de bloques que habría que ir desplazando a un espacio de trabajo y así ir conectándolos para que encajen. “Una vez creas que lo has conseguido tienes que ejecutarlos y ver si está bien o mal”, comenta el director. Además aunque sea un trabajo “totalmente visual”, que es lo que lo hace atractivo,  también hay una opción que permite visualizar el código. 

“La persona a la vez que lo ejecuta ve el resultado directamente, que es lo bonito”, afirma García. De esta manera no tienes que abrir un editor y escribir caracteres conociendo una sintaxis específica de un lenguaje de programación. “Es todo muy intuitivo, muy visual y a la vez es como un juego porque tienes que conseguir cosas, nivel a nivel”.

Además, hay que destacar como la programación informática puede fomentar habilidades como la creatividad ya que “aquí lo que estás creando de algún manera es un juego”. De hecho en uno de ellos, el Minecraft, la última prueba consiste en diseñar algo. “Por ejemplo, quiero meter un nuevo objeto y hacer que mi personaje vaya a cogerlo”. De esta manera el joven que está jugando a la vez está creando su propio diseño.

Iniciativas para llevar la programación a las aulas 

Según el director de la Escuela de Informática, todo esto entronca con un movimiento, también a nivel mundial, que se llama ‘El pensamiento computacional’. Es una manera de incluir la programación en las escuelas de Primaria. “Digamos que también uno aprende de manera transversal otras cosas” como por ejemplo “enfrentarte a un nuevo problema y poder desglosarlo en problemas más pequeños”, así como también desarrollar del pensamiento crítico, subraya.

Además García expone que ya hay iniciativas a nivel europeo que lo han puesto en marcha “por ley como herramienta y competencia transversal en los cursos de primaria”. En Europa es el caso de Letonia “con resultados excelentes” y luego Inglaterra, donde “aún no se sabe que tal está funcionando”. En España, es Navarra la Comunidad Autónoma que “ya lo ha añadido en su propio Decreto Ley que regula las competencias educativas para Primaria”.

En este sentido, “es una realidad que todos los organismos a nivel educativo están teniendo en cuenta”. La propia Escuela de Ingeniería ha impartido un curso, a propuesta del Centro regional de Formación de Profesorado, en el que explican toda la filosofía del pensamiento computacional y enseñan a los profesores a programar para que luego lo apliquen en sus aulas.

En “La Hora del Código” no se aprenderá a ser un perfecto programador. No hay tantas horas de formación, “pero lo más importante es que se pierdan el miedo a programar y dejen de verlo como algo abstracto y difícil”. Todo requiere años de experiencia pero la idea es romper mitos. Las ingenierías no son solo  para los chicos. Esta campaña “quiere conseguir que en el año 2050 haya el mismo número de ingenieras que de ingenieros en el mundo porque están igual o más capacitadas”, subraya el director.

Las clases de programación a jóvenes se impartirán hasta finales de mayo con sesiones todos los viernes. García destaca que está teniendo una acogida “bastante buena”. Son muchos los  Institutos que se están acercando para conocer el trabajo de este sector, siendo “una experiencia  interesante y positiva por nuestra parte y sobre todo por la de ellos”, subraya.

En la página web de code.org hay cientos de ejemplos, de más y menos complejidad e incluso donde ya hay que escribir un código, es decir, “en función de lo que cada uno quiera involucrarse hay diferentes opciones”, concluye.

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