Los artesanos limitan sus demandas a ayudas que mejoren la comercialización

Cada año, la Feria Regional de Artesanía (FARCAMA), abre la puerta al público para dar a conocer el sector a los ciudadanos. Es una jornada que sirve para conocer un sector, cuyas necesidades son prácticamente desconocidas para el sector. Roberto Perea es el presidente de la Federación Regional de Organizaciones Provinciales de Gremios Artesanos de Castilla-La Mancha, que engloba nueve organizaciones a nivel provincial. Su labor, principalmente, es trabajar en el desarrollo del sector en la región y, por tanto, conocen de cerca las necesidades que sufre también el mismo.

Perea es prudente y advierte de que hablar de los problemas del sector no es una tarea sencilla, pero sí destaca puntos claves para que la artesanía pueda salir adelante. Tras la presentación oficial de FARCAMA, en conjunto con el Gobierno regional, el presidente de los artesanos en la región lanzó un mensaje preciso al Gobierno regional, para que se ponga en marcha un plan de promoción de la artesanía, a través de unas jornadas de reconocimiento del sector y también se creen los títulos de artesano. El representante del sector ha querido señalar que ha habido una “buena disposición” por colaborar desde el Ejecutivo regional. 

Actualmente, la legislación vigente de Castilla-La Mancha, que se engloba en la ley 14/2002, donde se establece el concepto de artesanía que lo define como un producto “individualizado” y que no se acomode a la producción industrial, con servicios mecanizados, en series o que no dependan del factor humano. Sólo si se siguen estos requisitos se puede adquirir el carné de artesano en la región, que es actualmente el título profesional con el que se cuenta en Castilla-La Mancha.

Roberto Perea ha señalado problemas importantes en el sector. Por un lado, señala escuetamente que, en los últimos años, no ha habido realmente ayudas para sacar adelante la artesanía y no se han escuchado las demandas de los profesionales. En este sentido, señala que cada vez se hace más imperioso contar con subvenciones dirigidas a la comercialización no sólo en tiendas físicas, sino también para catálogos, tiendas virtuales y páginas webs. “Mientras más mejoremos el producto, mejor iría el sector”, señala Perea quien también ha afirmado que los artesanos son conscientes de que en Castilla-La Mancha hay muchas otras necesidades, que resultan prioritarias como la sanidad o la educación.

Así, “desde la consciencia”, el sector ha ido acotando sus necesidades hasta solicitar ayudas “exclusivamente dedicadas” a la comercialización. “Somos como un camaleón, y por eso somos capaces de adaptarnos no sólo a la situación económica sino también a los cambios que vive la artesanía continuamente”, asegura Perea. En este sentido, el profesional señala que existen cada vez más técnicas, materiales y modas nuevas, y que estas son tendencias que no se pueden obviar. Los cambios tienen, por supuesto, sus consecuencias. “El sector más perjudicado es el que depende de la construcción, porque cada vez hace menos falta la forja, los suelos rústicos o los pasamanos de madera artesanales”, concluye.

En 2014, el PSOE denunció públicamente que la partida dedicada a la artesanía había sufrido un recorte del 90% en los años de la legislatura de María Dolores de Cospedal, pasando de dedicarse más de cuatro millones de euros a menos de 500.000 en sólo cuatro años. Milagros Tolón, entonces portavoz de empleo socialista en las Cortes regionales, culpó también al antiguo Ejecutivo de no contar con los artesanos en la organización de FARCAMA o en las partidas presupuestarias para 2015. En la ley de presupuesto de 2015, se contabilizan 250.000 euros dedicados a la Asociación Rectora de Farcama, entre los que también se cuentan transferencias a “familias e instituciones sin fin de lucro”.