El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, acudió esta semana a Guadalajara para entrevistarse con el alcalde de la capital, Antonio Román. El PP ha querido así reaccionar a la ola de críticas y de quejas por el grave deterioro de los trenes de Cercanías, un servicio fundamental para la movilidad de Guadalajara capital y de su área metropolitana, especialmente, por los desplazamientos a Madrid y el Corredor del Henares.
El principal compromiso que adquirió De la Serna durante su visita a la capital alcarreña no fue sobre Cercanías, sino sobre la N-320. El titular de Fomento trasladó “el compromiso firme del Gobierno de España en dar prioridad y acelerar al máximo” la variante de la N-320, en concreto, en el nudo entre Cuatro Caminos y Los Faroles, justo donde está congestionada. En primavera de 2018, Fomento sacará a licitación el estudio informativo de esta infraestructura, cuyo presupuesto de ejecución rondará los 50 millones de euros. Además, De la Serna confirmó que evaluará la posibilidad de instalar un carril Bus-VAO en la A-2 y que ya se ha aprobado la orden para llevar a cabo un estudio informativo de mejora de la N-320 a partir de la A-2 en sentido Madrid.
Sobre los Cercanías, De la Serna no concretó ni plazos ni inversiones, y se limitó a indicar que su departamento tiene previsto presentar en marzo el Plan de Cercanías que incluirá “mejoras” en todas las líneas, incluida la C-2, que a la que pertenece la de Guadalajara. Sin embargo, el ministro evitó concretar ninguna de estas mejoras. Lo que sí hizo fue desplazarse junto al alcalde de Guadalajara hasta la verja de Ricardo Velázquez Bosco, en el parque de Adoratrices de Guadalajara, cuya rehabilitación será posible gracias a una inversión de 450.000 euros procedentes del 1,5% Cultural del presupuesto anual de Fomento.
El titular de Fomento, ignorando el colapso diario que sufre este servicio, aseguró que el uso de la línea C-2 de Cercanías ronda el 21% y llegó a afirmar que el usuario sólo cubre el 60% del billete, ya que el resto lo cubre el Gobierno, aludiendo de forma indirecta a la baja demanda y rentabilidad de Cercanías.
Los socialistas, que pidieron una reunión “urgente” con el ministro, salieron en tromba a acusar de estéril la entrevista entre Román y De la Serna. Julio García, portavoz del PSOE en la Diputación, aseguró que el ministro no trajo a Guadalajara “ni soluciones ni compromisos claros bajo el brazo. Sigue ignorando los problemas que se sufren en Cercanías y llevamos meses diciéndole que llegan tarde para resolver las complicaciones en Cuatro Caminos”. Pablo Bellido, secretario provincial del PSOE de Guadalajara, calificó este encuentro como “otro paripé partidista, cuyo único objetivo es tratar de salvarse la cara mutuamente ante el absoluto abandono en que tienen sumida a la ciudad y a toda la provincia”.
Ahora Guadalajara expresó su queja por el hecho de que el ministro sólo quisiera reunirse con el alcalde y no con el resto de grupos políticos del Ayuntamiento. En un escrito publicado en las redes sociales, esta formación recalcó que la mejora de la conexión entre Guadalajara y Madrid “pasa por poner más Civis que hagan menos paradas y, a medio plazo, por hacer la conexión prevista en el Plan de Cercanías que se aprobó en 2009 entre Fomento y la Comunidad de Madrid, que está en algún cajón y en la que se planificaba un enlace desde el Corredor del Henares por Canillejas, Alonso Martínez y Príncipe Pío, lo que acortaría mucho los tiempos de conexión entre Guadalajara y Madrid”.
Casi 900 incidencias en 2018
Política aparte, lo que es una evidencia es que el acusado empeoramiento del servicio de Cercanías ha provocado un hondo malestar entre los usuarios. La protesta comenzó a extenderse a través de las redes sociales, aunque luego adquirió cariz político en la medida que el PSOE lo ha esgrimido como ariete de oposición frente a Fomento. La senadora socialista Riansares Serrano trasladó en marzo de 2017 una pregunta a De la Serna en un Pleno del Senado por el mal funcionamiento de Cercanías. De la Serna defendió el servicio y se escudó en la valoración de la encuesta de calidad a los usuarios, un sondeo que encarga el propio Ministerio y que arrojaba una nota media de notable al servicio de Cercanías de Madrid.
“El Gobierno es responsable –ahondó Serrano- de que un servicio que era referencia se haya convertido en un desastre y un calvario”. Además, denunció el colapso de los trenes, los retrasos en las frecuencias, el “pésimo” sistema de avisos, la saturación en los convoyes, la mala accesibilidad de la estación de trenes de Guadalajara y hasta el uso de trenes “sin puertas”.
El deterioro de Cercanías es una realidad incuestionable a la vista de las incidencias acumuladas. Según un estudio de CCOO, durante los primeros 20 días de este año 2018 se registraron incidencias que afectaron a 897 trenes en la línea C-2 de Cercanías. De esas incidencias, 257 han causado retrasos y se han suprimido un total de 238 trenes. Son las consecuencias de un modelo ferroviario centrado en la alta velocidad y también de la merma de un 21% desde 2011 del presupuesto de la línea de Cercanías entre Guadalajara y Madrid. Todo ello se traduce en un infierno diario para miles de usuarios que necesitan viajar a la capital por trabajo o para atender cuestiones relacionadas con los servicios básicos.
Sin unidad política
El problema de Guadalajara con el Cercanías es que las diferencias entre el PSOE y el PP han hecho imposible hasta ahora una postura unitaria. La semana pasada, los alcaldes de los municipios madrileños de Coslada, Alcalá de Henares, San Fernando de Henares y Torrejón de Ardoz mantuvieron una reunión secretario de Infraestructuras del Ministerio de Fomento, Manuel Niño. Ningún edil de Guadalajara acudió a esa reunión. Los cuatro ediles trasladaron al representante de Fomento su queja por el mal funcionamiento de Cercanías, aunque sólo arrancaron un vago compromiso de aumentar un 20% la frecuencia de trenes, la renovación de parte de la infraestructura –especialmente, las vías y las catenarias- y la construcción de una nueva estación en el polígono de San Fernando. Esta nueva parada, en todo caso, alargará el tiempo de recorrido entre Guadalajara y Atocha, que incluirá desde entonces 16 estaciones.
En la provincia de Guadalajara, en cambio, no sólo no existe una postura política unitaria sino que esta reivindicación ha evidenciado de nuevo la batalla interna aún no cerrada en el PSOE de esta provincia. Miembros de esta formación recogieron firmas durante los últimos para una campaña en Change.org dirigida a exigir el fin de los fallos, los retrasos y las averías en el servicio de trenes. La petición se titula “Ministerio de Fomento: soluciones urgentes para el servicio Cercanías Madrid” y ya ha recibido un millar de apoyos. “Lo que queremos es que le devuelvan la dignidad y la calidad que tenía hasta que ellos llegaron”, proclamó Pablo Bellido, diputado nacional socialista y ex alcalde de Azuqueca, en referencia al PP.
En la misma línea, aunque por separado, el alcalde de Azuqueca, José Luis Blanco, también socialista aunque enfrentado a Bellido, exigió delante de la estación de esta ciudad “trenes cada 15 minutos para los usuarios y las usuarias de Azuqueca”, al tiempo que subrayó que “todo lo que no sea esta frecuencia serán parches que no proporcionarán a la ciudadanía de Azuqueca y de los municipios que utilizan nuestra estación la calidad del servicio que necesitan”.
Blanco recordó sus más de tres décadas de ejecutoria profesional en Renfe, incluida en la línea C-2, y puntualizó que ha mantenido encuentros en los últimos días con algunos de los alcaldes que la pasada semana se reunieron con el secretario de Estado de Infraestructuras. “Las mejoras planteadas por el Ministerio deben ser inmediatas, no para dentro de dos años como propone Fomento”, señaló.
El edil azudense fue el primer responsable municipal que levantó la voz para reclamar la mejora del servicio de Cercanías. Tal como recordó el Ayuntamiento de Azuqueca en nota de prensa, en marzo de 2015 dirigió una carta a la gerente de Renfe manifestando su queja por los retrasos y la escasa frecuencia. En julio de 2015 logró el apoyo de la consejera de Fomento, Elena de la Cruz, quien desde ese momento se sumó a la lucha. En abril de 2016 llevó hasta Madrid estas reivindicaciones en un encuentro con la gerente de Cercanías, Magdalena Bodelón, y en marzo de 2017 lideró la puesta en marcha de la Plataforma Recuperar Cercanías C-2. El Pleno de Azuqueca aprobó en febrero de 2017 una moción del PSOE para reclamar mejoras en el servicio de Cercanías.
Por otro lado, la sintonía entre el PSOE y el PP es inexistente en esta materia. La moción elevada por el Grupo Socialista en el Senado para exigir mejoras en los Cercanías fue apoyada por todos los grupos parlamentarios, excepto el PP, lo que quiere decir que los senadores ‘populares’ Juan Antonio de las Heras y Marta Valdenebro votaron en contra de mejorar el servicio de la línea C-2 de Guadalajara. Éstos alegaron que el resto de grupos no quisieron admitir sus enmiendas a la moción impulsada por los socialistas.
En paralelo, el alcalde de Guadalajara, Antonio Román (PP), ha mantenido contactos en solitario con el Ministerio de Fomento, mientras el primer edil de Azuqueca de Henares, José Luis Blanco (PSOE) impulsó una plataforma hace un año que engloba a varios municipios del Corredor –incluido Alcalá- para encabezar la rebelión de esta área contra el pésimo servicio que se está prestando a los usuarios de Cercanías.
Colapso de Cuatro Caminos
En todo caso, no son los Cercanías el único asunto que el Ministerio de Fomento aún tiene pendiente en la provincia de Guadalajara. Hay varias asignaturas que el Gobierno arrastra y algunas, como la Autovía de la Alcarria, desde hace más de una legislatura.
El nudo de Cuatro Caminos en Guadalajara capital, que conecta la N-320 con el centro de la ciudad, se ha revelado como uno de los peores focos del tráfico rodado en Guadalajara, tanto en lo que respecta a la seguridad como a la movilidad. Máxime teniendo en cuenta que, el 10 de octubre de 2017, una joven de 18 años murió tras sufrir un atropello en Cuatro Caminos. En concreto, fue arrollada por un camión en el paso de peatones que da acceso a la vía de servicio de la autovía A-2.
El tráfico de la carretera Nacional que enlaza Guadalajara con Cuenca, los accesos al Hospital Universitario y la actividad comercial de la zona hacen colapsar el tráfico en este punto casi a diario. El portavoz del Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Guadalajara, Daniel Jiménez, aseguró el mes pasado que la apertura de una nueva superficie comercial en esta zona “generará diariamente más de 2.000 desplazamientos de vehículos, que irán a parar a una N-320 ya saturada en ese punto”. La oposición reclama al equipo de Gobierno municipal que consulte y negocie con Fomento alternativas de circulación ante un incremento del tráfico tan significativo.
El vicealcalde de Guadalajara, Jaime Carnicero, anunció que el Ayuntamiento asumirá la ejecución de una salida por la parte trasera del Hospital, que conecte con la glorieta que da acceso a la Fuente de la Niña, “una infraestructura que se ha negado a ejecutar la Junta”, aseguró en nota de prensa. Además, el Ayuntamiento prolongará la salida de la calle San Agustín en unos 115 metros aproximadamente para que se convierta en una vía de aceleración que “evite que los coches se paren al salir de la glorieta situada junto al SP-10. Esto servirá para reducir los atascos que se producen en este punto”. Y, finalmente, realizará una tercera actuación consistente en construir una acceso desde la A-2, sentido Zaragoza, hasta el sector SP-11, donde se encuentra el centro comercial Ferial Plaza. Para la oposición, estas actuaciones son sólo medidas “paliativas” que eluden afrontar una “solución integral”.
Una autovía olvidada
Otra de las infraestructuras olvidadas por el Estado en Guadalajara es la Autovía de la Alcarria, un proyecto auspiciado en su día por la Junta de Castilla-La Mancha para conectar Guadalajara con Tarancón. Se trata de una infraestructura declarada de Interés General y cuya titularidad fue traspasada al Gobierno central tras un acuerdo entre el ex presidente regional José María Barreda y la entonces ministra de Fomento Magdalena Álvarez en 2007.
Desde entonces, no se ha avanzado prácticamente nada en una vía que, en teoría, estaba llamada a ser una alternativa de conexión con La Mancha e incluso como punto de enlace para viajar hasta Toledo sin necesidad de pasar por Madrid. El Plan de Infraestructuras, Transportes y Vivienda 2012/2024 (PITVI) presentado por Fomento durante la etapa de Ana Pastor, contempló una inversión de 729 millones de euros para los 169 kilómetros de esta autovía.
La realidad es que, mientras el proyecto de la autovía Albacete-Cuenca –propiedad de la Junta- saldrá a información pública entre los meses de marzo y abril, la Autovía de la Alcarria sigue una década después varada en los cajones del Ministerio que ahora dirige el ex alcalde de Santander. La ejecución de la autovía que une Albacete y Cuenca se basa en el convenio rubricado entre Barreda y Álvarez, por el que la carretera nacional pasaba a ser competencia de la Junta y el Ministerio se comprometía a construir la autovía Guadalajara-Tarancón.
El portavoz del Gobierno regional, Nacho Hernando, aseguró esta semana, a raíz de la visita de De la Serna a Guadalajara: “me gustaría saber si va llevar dotación presupuestaria como para que el ministro de Fomento pueda comprometerse a decir que la Autovía de la Alcarria va a ser realidad y con ello cumplir para que puedan hacerse simultáneamente la Autovía de la Alcarria y la Albacete-Cuenca”.
Molina, sin vía rápida
También en el ámbito de carreteras, Fomento sigue sin cumplir sus compromisos con relación a la N-211, que atraviesa el Señorío de Molina y comunica Alcolea del Pinar con Monreal del Campo, ya en la provincia de Teruel. El ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero prometió la conversión de esta nacional en una autovía durante un mitin pronunciado en Guadalajara capital durante la campaña de las elecciones generales de 2008. La promesa, espoleada como compensación tras el fatídico y mortal incendio del Ducado, nunca se cumplió.
Los efectos de la crisis y el fuerte recorte en el Presupuesto de Fomento se llevaron por delante la posibilidad del desdoblamiento de la N-211 en una autovía para unir Alcolea del Pinar y Monreal del Campo (112 kilómetros), pese a que llegó a iniciarse el estudio informativo y a finalizarse el estudio de impacto ambiental. El proyecto no sería fundamental sólo para Guadalajara sino también para Teruel, que le hubiera permitido disponer de su primera autovía de conexión con Madrid. Tanto la Diputación de Guadalajara como la de Teruel han defendido en reiteradas ocasiones que el acondicionamiento de la N-211 podría convertirse en un itinerario alternativo entre Madrid y Barcelona si se desdoblara.
El caso es que la N-211 sigue siendo una vía convencional. En 2013, tras un notable deterioro de su estado de conservación, Fomento decidió acometer una mejora urgente del firme y la capa superior de rodadura. El proyecto de autovía, en cambio, sigue descartado. El coste aproximado de la nueva vía ascendía en 2008 a 518 millones de euros.
Siniestralidad en la N-320
La alta accidentalidad de la N-320 también forma parte del catálogo de quejas que la oposición ha trasladado al Ministerio de Fomento. Esta vía, según el PSOE, registra “serias deficiencias” a su paso por localidades de la Campiña de Guadalajara como Galápagos, Torrejón del Rey, El Casar o Uceda. Durante varios años, el tramo entre Guadalajara y Madrid de la N-320 ha estado considerado la carretera más peligrosa de España. Según un informe de EuroRAP (participado por clubes de automóviles como el Race o el RACC), ese tramo acumuló entre 2012 y 2015 diez accidentes graves (seis de ellos de moto), con dos fallecidos y doce heridos graves.
Según el mencionado informe, el perfil de tramo de vía peligrosa en España es una carretera convencional de calzada única, con intersecciones al mismo nivel, con una intensidad media inferior a 10.000 vehículos por día y que registra accidentes, sobre todo, por salidas de vía. El tramo de la N-320 entre Guadalajara y Madrid cumple con estos parámetros, ya que la intensidad media diaria ronda los 3.300 vehículos diarios y la siniestralidad cuadriplica el índice medio del conjunto de la red nacional, tal como admitió Fomento.
El diputado nacional del PSOE, Pablo Bellido, pidió en septiembre de 2016 al Gobierno que explique las medidas que está llevando a cabo para reducir la siniestralidad en los 11 kilómetros de la N-320 que va desde el Casar al cruce con la M-103. Bellido presentó esta iniciativa ante la Comisión de Seguridad Vial y Movilidad Sostenible, donde recordó que esos 11 kilómetros “son uno de los tramos de concentración de accidentes de mayor riesgo de toda la red viaria española”.
Sin lanzaderas AVE
Finalmente, el Ayuntamiento de Yebes también expresó su queja por el hecho de que el déficit de servicios de la estación de AVE Guadalajara-Yebes no fuera incluida en la lista de asuntos abordados entre De la Serna y Román. “Una infraestructura que desde Yebes y otros municipios del Corredor del Henares creemos imprescindible para vertebrar un territorio demográfico e industrial de medio millón de habitantes y miles de empresas”, sostiene Miguel Cócera, alcalde de Yebes. El Consistorio de este municipio recuerda que esta actitud dista mucho de las reivindicaciones que Antonio Román mantenía sobre la alta velocidad durante el Gobierno socialista.
Desde hace más de cuatro años, el Ayuntamiento de Yebes reclama la implantación de trenes Avant en la estación de AVE Guadalajara-Yebes, lo que permitiría incrementar el número de circulaciones que efectúan parada aquí y, sobre todo, abaratar los precios y aplicar bonificaciones para los viajeros en ambas relaciones. Cócera, quien califica esta estación de “maltratada y olvidada”, recuerda que en 2017 fue utilizada por más de 80.000 viajeros. “El ministro de Fomento tendría que haber regresado a Madrid sabiendo que la de Guadalajara es, con diferencia, la estación que peores servicios ofrece de las capitales de provincia de entre 60.000 y 125.000 habitantes que tienen Alta Velocidad”,