Castilla-La Mancha recupera gasto sanitario pero a menor ritmo que otras regiones
Es en el gasto sanitario definido en sus presupuestos donde las comunidades autónomas demuestran su preocupación por el sistema público de sanidad. Con esta premisa trabaja la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) para elaborar su informe anual sobre las cuentas públicas autonómicas. Su último estudio desvela que Castilla-La Mancha ha recuperado y aumentado la inversión en esta partida antes de los recortes, aunque lo está haciendo a menor velocidad que otras regiones españolas. Concretamente, dentro de las autonomías que han aumentado su presupuesto sanitario entre 2010 y 2018, es la que menos incremento refleja.
La Federación comienza explicando que el actual modelo de financiación autonómica, al hacer transferencias globales a cada comunidad para atender todas las competencias recibidas, permite a estas trasladar a los presupuestos su interés por la sanidad y a la vez abre un amplio abanico de financiación por habitante y año entre todas ellas. Advierte asimismo de que las cifras que aporta el informe aún están en función de la aprobación de las leyes presupuestarias regionales en algunas comunidades autónomas.
En cuanto el presupuesto destinado a sanidad por habitante y año, la región que más ha aumentado su presupuesto en los últimos siete años ha sido Baleares, con un incremento del 29%; seguida de la Comunidad Valenciana, con una subida del 15,3%. Otras autonomías registran aumentos de entre el 4 y el 9%. Mientras, Castilla-La Mancha se sitúa en último lugar con una subida del 2,1%, la que dista entre los 1.346 euros por habitante y año de 2010 y los 1.375 euros de los Presupuestos de 2018.
Pese a ello, es importante destacar la posición castellano-manchega frente a aquellas comunidades autónomas que no se han recuperado de los recortes sanitarios. Ocurre así en Andalucía, en Canarias, en Cataluña, en Extremadura o en Murcia, donde el gasto sanitario para el año que viene se prevé menor que el de 2010.
Retraso y falta de presupuestos
Una de las conclusiones que apunta el informe de la Federación es que resulta preocupante que varias regiones no hayan aprobado aún de manera definitiva los presupuestos, y que otras ni siquiera los hayan presentado, porque supone que se aprobarán como pronto en tres meses o cerca del verano y solo serán de aplicación en el segundo semestre del año. Las que los han presentado realizan incrementos sobre los de 2016, en muchos casos “muy modestos”, y solo en once de ellas se superan los de 2010 -entre ellas Castilla-La Mancha- que fue el momento de mayores presupuestos per cápita destinados a la sanidad pública. El resultado es un aumento global del 4,97% sobre 2017.
La comunidad autónoma con menor presupuesto per cápita continua siendo Andalucía y la que lo tiene mayor es el País Vasco que tradicionalmente es la mejor situada. La diferencia entre el máximo y el mínimo sigue siendo muy importante (527,1 euros por habitante habitante y año) lo que obviamente hace casi imposible que se den las mismas prestaciones con igual nivel de calidad.
En resumen, se produce un aumento de los presupuestos sanitarios de las comunidades autónomas, aunque la distribución del aumento ha sido muy variable entre ellas, de manera que solo once han superado los valores de 2010 (otras 6 continúan por debajo), evidenciándose también que se mantiene una gran diferencia entre los presupuestos por habitante. La FADSP considera que esta diferencia es “excesiva, no justificada y lesiva para la cohesión y la equidad interterritorial”. “Evidentemente una de las causas está en el retraso de la negociación sobre la financiación autonómica. Pensamos que sería preciso incrementar la financiación sanitaria y hacerla finalista para paliar estas excesivas desigualdades”.