Castilla-La Mancha desconfina sus municipios y abre la hostelería y todo el comercio, menos en tres pueblos del norte de Toledo
Castilla-La Mancha ha decidido, en Consejo de Gobierno extraordinario, relajar algunas de las medidas restrictivas contra la COVID-19 que aprobó el pasado 18 de enero. Así, se reabre toda la hostelería y todo tipo de tiendas y comercios, incluidos centros comerciales, y se levanta el cierre perimetral de todos los municipios de la comunidad autónoma, aunque se mantiene el confinamiento autonómico. Las medidas serán de aplicación desde la medianoche de este jueves 11 de febrero al viernes 12 en toda la región y por un periodo de 10 días, menos en las localidades toledanas de Fuensalida, Torrijos y Casarrubios del Monte, todas del norte de la provincia y cercanas a la Comunidad de Madrid, que seguirán en el anterior nivel tres reforzado.
El consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, ha detallado que pese a la relajación de medidas, se mantiene el toque de queda a las 22.00 horas y toda la hostelería deberá cerrar una hora antes, a las 21.00 horas. De hecho, en el caso de bares y restaurantes, se abre el interior y las terrazas, pero sin servicio de barra, con distancias de al menos dos metros entre mesas, y solo se puede consumir en mesa, sin estar de pie y en grupos como máximo de seis personas. La limitación del número de personas en grupo también estará vigente para reuniones en la calle o en domicilios. Entrar en bares y restaurantes requerirá de un código QR para registrar los datos de los clientes para poder realizar rastreos en caso de contagio.
Debido a esta flexibilización, la población castellanomanchega podrá volver a moverse por toda la comunidad autónoma, pero sin salir de la región salvo causas justificadas. El confinamiento municipal y el cierre de la hostelería y los grandes comercios tan solo se mantiene en las tres localidades toledanas mencionadas, afectando a unas 27.000 personas.
La hostelería: apertura con limitaciones
La hostelería, uno de los asuntos más polémicos desde su cierre el pasado 18 de enero, podrá reabrirse pero con limitaciones que ya estuvieron vigentes anteriormente: el aforo de locales tendrá que ser de un tercio manteniendo la distancia de al menos un metro y media entre comensales y de dos metros entre mesas, y quedará prohibido el consumo en barra y de pie. También se abren las terrazas al 50% de aforo con esas mismas distancias mínimas y tampoco se permite estar de pie. Todos los clientes tienen que estar sentados y con las medias de higiene establecidas.
La flexibilización decidida hoy por el Gobierno castellanomanchego también llegará a tiendas, comercios y centros comerciales, que reabren con un tercio de su aforo, desapareciendo así la limitación del tamaño del establecimiento que estaba fijada en 300 metros cuadrados. Tampoco habrá ya limitación en los aparcamientos de estas grandes superficies, decretada anteriormente en el 70%. Esto exige, según ha remarcado el consejero de Sanidad, que estos establecimientos “extremen el cuidado” de los aforos y de las medidas higiénico-sanitarias.
En el caso de centros sociosanitarios, se mantienen las restricciones: no se puede entrar ni salir, y siguen también las mismas restricciones el mercados y mercadillos al aire libre: un tercio del aforo previamente establecido y distancia entre puestos de al menos cuatro metros.
Fernández Sanz ha vuelto a insistir en la recomendación de que la ciudadanía limite los encuentros sociales lo máximo posible. “Esta modulación de medidas no significa obligación de llevarlas a cabo, es más importante aplicar el criterio de la responsabilidad y movernos lo menos posible”.
Hoy mismo se publicará la relación de municipios castellanomanchegos con sus casos de COVID-19 semanales, donde se detallarán los datos de los tres municipios toledanos donde no se han flexibilizado las restricciones. También se hará pública la solución que el Ejecutivo autonómico ha adoptado sobre la APP que deberá utilizarse en bares y restaurantes para el registro de clientes, una medida que Castilla-La Mancha ya desarrolló en su momento pero que no llegó a llevarse a cabo debido al cierre del ocio nocturno en agosto. Mañana presentará de nuevo esta aplicación que los propios locales deben descargarse para registrar a los clientes, quienes previamente deben descargarse desde la web de la Junta el código QR que se les leerá al pasar al local. “Todo tiene que ver con el seguimiento epidemiológico y la facilidad de rastreo en el caso de contaminación y positivos”.
Los datos para la desescalada
Los datos que han llevado al Gobierno de Castilla-La Mancha a adoptar esta relajación de medidas tienen que ver con el descenso del número de contagios diarios, de la incidencia acumulada de COVID y del índice de transmisión del virus. Según el consejero, las medidas adoptadas desde el 18 de enero “han dado su fruto”. En el pico de la ola, la incidencia acumulada a 14 días era de 1.269 contagios por cada 100.000 habitantes en la región, y hoy es de 644. “Es verdad que aquí no ha terminado nada, porque tenemos que seguir bajando”, ha avisado.
Otras cifras que se han tenido en cuenta son las referidas a la bajada en las hospitalizaciones convencionales y en UCI, que se han colocado en niveles similares a los de la pre-Navidad; y también el índice de contagio -cuánto se contagia de persona a persona- que ha pasado de 1,2 a 0,7 en Castilla-La Mancha, la región española con el índice más bajo tras Baleares y otro “fiel reflejo de la toma de medidas”.
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