El papel de las administraciones locales y su relación directa con los ciudadanos y ciudadanas ha centrado uno de los debates de las Jornadas sobre Economía Circular ‘Del reto a la acción’ que el Gobierno de Castilla-La mancha celebra hoy en Cuenca. Esta mesa redonda, moderada por Pedro López Medina, Jefe de Servicio de Economía Circular en la Consejería de Desarrollo Sostenible, ha puesto el acento en la necesidad de ofrecer una visión “más cercana al ciudadano” del modelo de economía no lineal.
Para ello, todos los ponentes han coincidido en el papel imprescindible de las entidades locales y asociaciones de consumidores para la aplicación de este modelo. Sobre estos últimos, López Medina ha destacado que “sus decisiones a la hora de comprar, separar y reciclar son esenciales para su implantación”.
Una visión muy concreta sobre la cuestión la ha ofrecido Adrián Martínez, concejal de Movilidad, Servicios Públicos y Festejos del Ayuntamiento de Cuenca, quien ha pedido distinguir entre la concienciación dentro de la propia Administración, por un lado, y desde la ciudadanía, por otro. Tras reconocer que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) -donde se imbrica la economía circular- generan “cierta desconfianza social motivada por el desconocimiento”, ha reconocido que el motivo es que “no hemos sabido transmitir bien lo que esto significa”.
“Aunque conseguir un modelo circular de la economía, es decir, ampliar el ciclo de vida de los productos, es algo que hemos vivido tradicionalmente, como cuando se compraba el pan con una bolsa de ganchillo, ahora la gente se pregunta qué puede suponer para ellos este objetivo. Aquí las administraciones debemos tomar las riendas. Debemos explicar que no es algo futurible sino presente, y para eso debemos dar ejemplo. Solo así se puede concienciar y pedirle a la sociedad que nos obligue a empujar”, subraya.
Sobre esta cuestión también se ha pronunciado Luis Enrique Mecati, subdirector de Medio Ambiente del Área de Desarrollo Sostenible de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Ha recordado, de cara a la aplicación de la Agenda 2030 que Europa es una “región con una estructura de ciudades”, que es donde se generan más emisiones contaminantes y se demanda más energía, y esto “también tiene sus efectos en el mundo rural”.
“No habrá Agenda 2030 sin participación local”
Por ello, se ha mostrado convencido de que “no va a haber Objetivos de Desarrollo Sostenible ni Agenda 2030 si no hay un cambio de modelo autonómico ni participación de administraciones locales” en cuanto a la aplicación de medidas de economía circular. Ha puesto algunos ejemplos como el proceso actual de descarbonización, que es “imprescindible” vincular el papel protagonista de las ciudades y de los pueblos del mundo rural.
“Las administraciones locales tenemos muchas competencias y muy poca financiación. Por eso nuestra petición es a nivel estatal, porque somos la administración más eficiente. Necesitamos un nuevo modelo jurídico y de financiación y queremos un papel fundamental en cuando al consumo responsable y al cambio de hábitos”, ha concluido.
Por su parte, el director general de Agenda 2030 y Consumo del Gobierno de Castilla-La Mancha, Ramón Lara, ha remarcado que la implantación de la economía circular es una cuestión “de gobierno y de empresas” pero con un papel fundamental de la ciudadanía en cuanto al consumo responsable. “Tenemos que hacerle entender al consumidor que sus hábitos pueden cambiar el modelo de producción y la Agenda 2030 tiene que ser ese motor de sensibilización”.
Finalmente, Pedro Romero, presidente de la Federación de Consumidores y Usuarios Independientes (FUCI) de Castilla-La Mancha, ha sido el más crítico al remarcar que el conocimiento que tiene la ciudadanía de la economía circular es “prácticamente nulo”. “Sí conocen los términos y prácticas de la reutilización o de reciclaje, pero a los consumidores nos está pillando desprevenidos. Nos falta esa comunicación relacionada con la Agenda 2030. Si queremos que la ciudadanía esté en ese círculo que completa este modelo, no podemos ser eslabón más débil de la cadena, tenemos que asentarnos y fortalecernos”.
En este sentido, ha concluido señalando que las políticas de economía circular requieren la participación activa de los consumidores: “Somos los que tenemos que hacer ese consumo responsable y nuestras decisiones de compra son determinantes. Las empresas se están adaptando a todos los modelos de familia, y si eso está pasando, seamos los consumidores los que pidamos nuevos productos sostenibles para obligar al mercado a ofrecerlos cada vez más”.