Un estudio encargado por Ecologistas en Acción a la empresa de ingeniería y geología Ingema y firmado por el geólogo Manuel Bello pone de manifiesto los “enormes riesgos geológicos” que supondría la ubicación del Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares en Villar de Cañas (Cuenca). Unos riesgos pese a los que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) habría dado luz verde al emplazamiento.
El estudio, realizado en agosto de 2016, se hace público coincidiendo con la reciente comparecencia del presidente del regulador atómico, Fernando Martí, ante el Congreso de los Diputados. El geólogo analiza el informe interno del Área de Ciencias de la Tierra (CITI) y del Servicio de Ingeniería (SIN) del propio CSN así como el emitido por la consultora URS.
En sus conclusiones, Bello constata un elevado riesgo tanto de expansión del suelo -por la presencia de arcillas que cambian con la lluvia- como de contaminación de los acuíferos y una posible aparición de cavidades por la disolución del terreno. “Este geólogo viene a remachar las conclusiones de los informes anteriores y a decir que construir allí el ATC es inaceptable porque entraña varios riesgos”, señala Francisco Castejón, de Ecologistas en Acción. “Es un informe contundente que ofrece una opinión técnica solvente”, sostiene.
Tres razones de peso
Manuel Bello muestras sus dudas sobre la impermeabilidad del ATC. “Las formaciones geológicas sobre las que se proyecta la construcción de las edificaciones nucleares de las instalaciones del ATC, no son calificables como impermeables”, asegura el estudio. Y eso podría traducirse en que “no se restringiría eficientemente el paso de contaminantes radiactivos a través de estas formaciones geológicas en caso de cualquier vertido accidental”. Un vertido que, señala podría alcanzar a los acuíferos que suministran agua para regadío o consumo humano en la zona o, incluso, “alterar el sistema fluvial (…) del río Záncara”.
También alerta del “riesgo de karstificación” de terreno, es decir, la aparición de cavidades en el terreno por el proceso de disolución de las rocas de yeso del subsuelo con las aguas subterráneas. El proceso, que ha sido reproducido en un laboratorio según recuerda el estudio del géologo, “puede desembocar en colapsos, subsidencias (asentamiento del terreno) o deformaciones graves de las estructuras nucleares”. Algo que, apunta, “es una de las condiciones excluyentes del terreno, por la que un emplazamiento propuesto se puede considerar inadecuado”.
La tercera razón que desaconsejaría la ubicación del ATC en Villar de Cañas tiene que ver con las formaciones geológicas sobre las que se proyecta la construcción de las edificaciones nucleares de las instalaciones del ATC, que “presentan un grado de expansividad moderado a alto”. Es decir, la presencia de arcillas en la zona no hace posible descartar alteraciones del terreno que podrían afectar, en un momento dado, a las estructuras de hormigón del silo nuclear.
“El CSN conocía los riesgos para la comarca”
“De forma inexplicable el pleno del Consejo de Seguridad Nuclear otorga el emplazamiento. Leyendo esos estudios el sentido común indica lo contrario y debería haberse rechazado”, recuerda Francisco Castejón de Ecologistas en Acción.
Por eso, el Movimiento Ibérico Antinuclear (MIA), Ecologistas en Acción y la Plataforma contra el Cementerio Nuclear en Cuenca, piden el “cese inmediato” del presidente del CSN, Fernando Marti Scharfhausen. “La actitud del Consejo de Seguridad Nuclear es la de sostenella y no enmedalla. Es inaceptable que este señor llegue al Parlamento y diga que todo está bien”.
Para Ecologistas en Acción “lo más grave es que el Pleno del CSN conocía los riesgos de los terrenos en base a la información de sus propios técnicos y por tanto, dio el visto bueno (excepto una de sus consejeras) a sabiendas de que con su decisión, ponían en enorme riesgo a toda una comarca”.
La organización ecologista recuerda que el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente aún no ha emitido la preceptiva declaración de impacto ambiental (DIA). “No puede ser de otra manera puesto que los terrenos están protegidos como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) desde el 12 de octubre” por decisión del Gobierno de Castilla-La Mancha.
“Discusión serena y democrática”
El proceso en torno al silo nuclear se prevé largo. Castejón recuerda que aunque el Ejecutivo central declarase el ATC de 'interés general' no podría tomar la decisión en solitario y se necesitaría la intervención de la Unión Europea. La Zona de Especial Protección para las Aves de 'El Hito' aprobada por el Gobierno de Castilla-La Mancha y que incluye a los terrenos del futuro silo nuclear es un Lugar de Interés Comunitario (LIC). “La Unión Europea tendría entonces que decir algo sobre el empeño del Gobierno central sobre una zona con condiciones geológicas nefastas que además está protegida”.
Ahora se pide “el cierre definitivo del proyecto del ATC y la discusión serena, democrática e informada” sobre la gestión de los residuos nucleares en España con un calendario previo de cierre de las centrales. “El nuevo gobierno tiene que tomar decisiones muy importantes sobre el ATC y sobre la vida de las nucleares en esta legislatura”, asevera Castejón.
Y mientras, en 2017 termina el acuerdo con Francia -previo pago por parte de España- que actualmente alberga los residuos radiactivos -plutonio incluido- procedentes de Vandellós I cuyo destino final sería un ATC que sigue sin fecha y con su emplazamiento cuestionado. “Enresa tendrá que volver a negociar con Francia”, recuerda Castejón.