Convocadas ayudas para energías renovables en Castilla-La Mancha, donde un 8% de hogares pasará frío este invierno

El Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, a través del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), destinará 316 millones de euros a impulsar las instalaciones de renovables para la producción de energía, tanto térmica como eléctrica, en todo el territorio nacional.

En Castilla-La Mancha ya está abierta la convocatoria para acogerse a este programa de ayudas. Están destinadas a proyectos de inversión en instalaciones de generación de energía eléctrica o en instalaciones de producción de energía térmica a partir de fuentes renovables.

De las ayudas podrán beneficiarse tanto personas físicas o jurídicas, públicas o privadas incluidas las empresas de servicios energéticos en el caso de proyectos de energía térmica.

¿Qué tipo de proyectos pueden ser beneficiarios?

En cuanto a los proyectos de inversión en instalaciones de generación de energía eléctrica con fuentes de energía renovable se pueden incluir aquellos que mejoren la gestión y optimicen la producción, permitiendo el uso de autoconsumo y la incorporación de la energía a mercados locales.

Se incluyen instalaciones solares fotovoltaicas de autoconsumo sin almacenamiento (para edificios públicos) con un límite de potencia instalada no inferior a 50 kilovatios y que no supere un megavatio y también para el autoconsumo con almacenamiento con un límite de potencia instalada que oscile entre el mínimo de 100 kilovatios y hasta los 10 megavatios.

En cuanto a los proyectos de inversión en instalaciones de producción de energía térmica con fuentes de energía renovable se incluyen actuaciones de aerotermia o de biomasa (tanto para edificios como como red de calor y calderas) y también instalaciones de geotermia o hidrotermia o de solar térmica.

Se financiará tanto la elaboración del proyecto de ejecución como la dirección facultativa de obra, la coordinación de seguridad y salud, los equipos principales de generación, la obra civil, cimentaciones, sistemas de descarga y almacenamiento, sistemas eléctricos y de control, hidráulicos, bombeo, instrumentación, medición, auxiliares, monitorización, transporte y montaje y la puesta en marcha, entre otras.

Las ayudas tienen como condición que las instalaciones deben estar completamente finalizadas antes del 30 de junio de 2023.

Se trata de subvenciones a fondo perdido que el IDAE podrá adelantar al beneficiario mediante un anticipo y su intensidad se calculará en función del presupuesto subvencionable justificado por el solicitante de la ayuda, de la potencia nominal real instalada, así como de una aportación mínima unitaria que se establecerá en función de la tipología da la actuación.

El plazo de presentación de solicitudes hasta las 12 horas del 30 de noviembre de 2020. La presentación de solicitudes se realizará a través de la sede electrónica del IDAE.

Apostar por la rehabilitación energética de edificios: un 8% de los hogares de Castilla-La Mancha pasarán frío este invierno

Precisamente, la apuesta por dotar de una cada vez mayor eficiencia energética tanto a instalaciones como a los edificios es uno de los objetivos del Gobierno de Castilla-La Mancha que acaba de aprobar ayudas para que las comunidades de vecinos puedan rehabilitar los edificios en los que conviven.

Se trata de subvenciones para mejorar la accesibilidad, la habitabilidad y la eficiencia energética, tal y como ya explicaba elDiarioclm.es en una guía a la que se puede acceder haciendo click en este enlace. Este mismo viernes, además, la Consejería de Fomento daba a conocer nuevas ayudas para la rehabilitación energética viviendas comunitarias o unifamiliares.

Tanto las ayudas ministeriales como las del Gobierno de Castilla-La Mancha coinciden con la difusión de datos que ponen de manifiesto que un 8% de los hogares castellanomanchegos pasará frío este invierno al tener una temperatura inferior a 17º.

Además, un 50% mantendrá la temperatura entre los 18º y los 19º, por debajo de la temperatura recomendada que al menos debería ser 20ºC.

Esta es una de las conclusiones del ‘Informe sobre la Rehabilitación Energética en España. Una oportunidad para mejorar el parque edificado’, elaborado por el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE) y el Grupo Mutua de Propietarios especialista en soluciones alrededor de los edificios de viviendas.

El informe alerta sobre los riesgos de esos parámetros para la salud de las personas, ya que ninguna de estas temperaturas es compatible con el confort térmico, y el rango por debajo de los 17º podría considerarse incluido en el concepto de “pobreza energética”.

“El informe nos muestra una situación alarmante”, sostiene Borja Ribas, directivo del área de operaciones del Grupo Mutua de Propietarios, “ya que no hablamos solo de malestar térmico, sino que esta situación puede tener consecuencias adversas sobre la salud como enfermedades respiratorias, cardiacas e, incluso, mentales exacerbadas por las bajas temperaturas y el estrés que producen unas facturas de energía inasequibles”.

Revela la “urgente necesidad” de actuar sobre el parque edificatorio ya que, tras hacer un recorrido tanto por la normativa como por las estrategias españolas en materia de rehabilitación energética de edificios, “se detecta que los valores de renovación del parque residencial en nuestro país son muy bajos con respecto a los de otros países de la Unión Europea”.

Solo un 5% de los edificios de Castilla-La Mancha tienen una eficiencia energética óptima

El estudio también ofrece una fotografía sobre la eficiencia energética del parque inmobiliario residencial que se basa en el informe anual del IDEA.

De este análisis se concluye que solo un 5% de los certificados energéticos emitidos en los edificios de Castilla-La Mancha tienen indicativo A, B o C, que son los de menor consumo energético, y por lo tanto, mayor eficiencia.

La mayoría de los edificios, un 68%, tienen certificado energético D o E lo que les otorga un ‘aprobado’ en cuanto a su eficiencia energética y un 27% tienen certificados F o G, los de mayor consumo energético y menos eficiencia.

El gasto desproporcionado de energía debido a la baja eficiencia energética está directamente relacionado con la pobreza energética, con las temperaturas inadecuadas en las viviendas en invierno y con los retrasos en el pago de facturas, señala el informe.