Cuatro de cada diez castellanomanchegos no están conformes con la atención sanitaria que ha recibido por la pandemia de COVID-19. Son datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que recoge el XVII Informe “Los servicios sanitarios de las CCAA”, donde se realiza una comparación entre las distintas autonomías y se evalúa la posición relativa que tiene cada una respecto a las demás. El documento, elaborado por la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Públia (FADSP) también desvela que esta comunidad autónoma ha perdido tres posiciones en cuanto a la baremación autonómica por puntos de su sistema sanitario público.
Este informe, como los anteriores, hace una comparación entre las distintas comunidades autónomas y evalúa la posición relativa que cada una de ellas tiene respecto a las demás. Los colectivos de la FADSP recuerdan con ello, además objetivar las diferencias entre los sistemas sanitarios autonómicos, intentan también analizar con qué intensidad se aplican los recortes, aunque se ha realizado con datos de 2019 y 2020, y solo algunos de 2021. Una cuestión clave es que no analiza, salvo algún dato aislado, la respuesta de los servicios sanitarios a la pandemia por COVID-19, pero sí la opinión ciudadana sobre los mismos.
Los criterios y parámetros analizados son los utilizados en las valoraciones de los sistemas sanitarios que realizan la OCDE, la OMS o Eurostat, así como indicadores clave del Sistema Nacional de Salud. Entre ellos se encuentra el gasto per cápita en sanidad pública, las camas por 1.000 habitantes, los quirófanos, las plantillas de profesionales sanitarios, las intervenciones quirúrgicas, las listas de espera, la política farmacéutica y la valoración de la ciudadanía, entre otros muchos.
De acuerdo con ello, la clasificación de las comunidades autónomas con esos criterios establece que las que prestan mejores servicios sanitarios son País Vasco, Navarra, Asturias y La Rioja; las que cuentan con servicios “regulares” son Aragón, Castilla y León, Extremadura, Galicia y Castilla-La Mancha; las que tienen servicios “deficientes” son Cantabria, Baleares, Catalunya y Madrid; y las regiones peor valoradas son Canarias, Comunitat Valenciana, Andalucía y Murcia.
Una diferencia “excesiva” entre comunidades autónomas
En el informe se establece que la diferencia entre autonomías es “claramente excesiva”, evidenciando “una gran disparidad en los servicios sanitarios” que “aunque se reduce ligeramente, continua poniendo en peligro la necesaria cohesión y equidad entre territorios”.
En el caso concreto de Castilla-La Mancha, su oscilación en las posiciones que ocupa en el ranking así lo constata. Por ejemplo, su peor posición la obtuvo en el año 2013, ocupando el puesto número 13 de todas las regiones. Después, fue escalando puestos hasta ocupar el sexto lugar, que mantuvo hasta 2019. No obstante, según el informe, en 2020 ha descendido tres puntos hasta colocarse en novena posición.
En el texto, las asociaciones de sanidad pública precisan que aunque la mayoría de los criterios de valoración han sido los mismos todos los años (no siempre han estado disponibles), desde 2008 se han observado esas variaciones más destacables. De hecho, apunta que Castilla-La Mancha se encuentra entre las bajadas “más llamativas” junto con Aragón, Baleares y Comunitat Valenciana.
Opinión ciudadana y listas de espera
¿Qué datos resultan más “preocupantes” en el caso castellanomanchego? El primero de ellos tiene que ver con la opinión ciudadana. La puntuación que dan los ciudadanos a la sanidad pública (de 0 a 10, según el Barómetro Sanitario) sitúa a Castilla-La Mancha en el 6,8. No es una mala nota, pero la situación cambia en cuanto al porcentaje de personas que opinan que la atención sanitaria recibida por la COVID-19 fue buena o muy buena: en este caso, y conforme a los daos del CIS, Castilla-La Mancha tiene el porcentaje más bajo de todo el país, con un 59,3%. Esto significa que el 40,7% no la aprueba, la cantidad más alta de España, según datos del CIS incluidos en el informe.
Este porcentaje se incrementa cuando la ciudadanía puntúa conforme a una pregunta más general: si la sanidad funciona bien. En el caso de esta comunidad autónoma, hay un 69,8% de población que así lo considera, aunque también es el porcentaje más bajo en todo el ranking autonómico. El índice también es bajo en cuanto al porcentaje de ciudadanos que eligen la sanidad pública para hospitalización, que es del 66,8%.
El otro dato significativo referido a Castilla-La Mancha está en las listas de espera del informe de la FADSP. Esta comunidad autónoma lidera el ranking de demora en las intervenciones quirúrgicas con 269 días de media, por encima de Catalunya y Andalucía. Y en cuanto a las listas de espera de consultas en el especialista, esta comunidad autónoma registra 83 días de media: aquí mejora su puesto en el ranking, situándose en la parte media.
Otro indicador que mide el estudio es el porcentaje de personas que dicen que cuando piden cita en la Atención Primaria se la dan en 24 horas. También en este caso, Castilla-La Mancha está entre los índices más bajos, con un 11,3%, solo por encima de Castilla y León.
Estas son las tablas con dos de los indicadores analizados: