Han pasado dos semanas desde que el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, defendiera la supresión del uso de mascarillas en exteriores para el mes de julio. Tras ello, recibió el apoyo de otros presidentes y también del responsable del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón. Pero no se ha vuelto a poner sobre la mesa. Y por ello ha insistido.
Según ha dicho, el Gobierno castellanomanchego va a plantear en la Comisión Técnica de Salud Pública un “calendario claro” para la supresión del uso en exteriores de la mascarilla a finales de junio o principios de julio. “Estamos en unos niveles de inmunización tremendos. Recuerdo al principio las críticas sobre si el proceso de vacunación era lento o no era lento, pero ahora las cosas funcionando como un reloj”, ha recalcado.
Tras reseñar que esta situación no se da en países con menos recursos (ha confiado en la Unión Europeo aborde una decisión “razonable” al respecto sobre las vacunas), ha defendido que, al igual que se aprobaron restricciones cuando fue necesario, “ahora estamos cumpliendo objetivos de inmunización extraoridnarios hay que ir acoplándose a la situación”. “Es hora de ir combinando de manera técnicamente defendible todo tipo de procedimientos”.
Dicho esto, ha afirmado que hoy es el día con mejor “comportamiento hospitalario” frente a la COVID-19 de los últimos diez meses. Y también ha avanzado que el próximo miércoles, Castilla-La Mancha llegará al millón y medio de vacunas administradas, casi un 60% de la población por lo que a finales de verano se llegará a un 70% y a la denominada inmunidad de rebaño. “Estamos en condiciones de poder ir aclimatándonos dentro lo que va a ser una recuperación extraordinaria”, ha concluido.