La pandemia ha duplicado la espera para operarse de otras patologías en los hospitales de referencia de la región

Que la pandemia de COVID-19 ha hecho mella en el Sistema Nacional de Salud es ya un hecho que a más allá de la propia capacidad asistencial de la sanidad pública para hacer frente al virus. Más de ocho meses después de su declaración a nivel mundial, en Castilla-La Mancha pueden verse también sus efectos en las listas de espera que publica el Servicio regional de Salud (SESCAM) en su portal de Transparencia y Salud. Según los mismos, el tiempo que deben esperar los pacientes para operarse de otras patologías casi se ha duplicado en algunos casos, sobre todo los hospitales de referencia como son los de Toledo, Albacete, Guadalajara y Ciudad Real.

Según estas cifras, sobre las que el SESCAM precisa que está afectadas por los planes de contingencia para hacer frente a la pandemia, si extraemos el tiempo medio de espera de los 14 hospitales públicos de la región entre octubre de 2019 y octubre 2020, el resultado es que ha pasado de 118 días hace un año a los 187 marcados ahora para una intervención quirúrgica.

Pero este es el resultado de cantidades muy dispares entre sí. Por ejemplo, la mayor media de espera la registra el Hospital Universitario de Albacete con 336 días, donde eran 218 en el mismo mes del año pasado; mientras que hay otros que no han registrado tal aumento, como es el caso del Hospital de Manzanares, el Hospital de Hellín o el de Almansa.

Los mayores aumentos

Otros centros hospitalarios que han visto incrementar ampliamente estas cifras son el de Toledo (de una media de 144 días de espera a los 264 actuales); el de Alcázar de San Juan (de 127 a 217 días); el de Guadalajara (de 181 a 334 días); el de Villarrobledo (de 141 a 212), el de Puertollano (de 73 a 128 días) y el de Ciudad Real (de 91 a 206 día), este último que el que más incidencia refleja en cuanto al periodo entre la entrada en el sistema y la intervención quirúrgica.

Por especialidades, las más afectadas son las de traumatología, neurocirugía y las cirugías maxilofaciales , aunque también en este caso los tiempos son muy diferentes dependiendo del hospital consultado.

Precisamente, la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) se ha hecho eco de los últimos datos del Ministerio de Sanidad sobre las listas de espera a nivel estatal, pero con datos de junio de 2020. Según precisa, se ha incrementado el tiempo de demora y el porcentaje  de espera más tiempo (6 meses y 60 días respectivamente en todo el país), aunque el número de las personas que se encuentran en las mismas ha crecido poco o ha disminuido comparando los datos con los de junio de 2019. Esto se debe, apunta el colectivo al gran número de personas que no han realizado consulta ni pruebas, un “grave problema que evidencia la desatención durante la pandemia de las enfermedades que no son COVID-19”.

Según este colectivo, por comunidades autónomas, la que presentaba mayor tiempo de demora con fecha de junio era Castilla la Mancha (269 días) y la que menos Madrid (42 días) aunque afirma que este dato es “engañoso” porque la tasa de pacientes en espera por cada 1.000 habitantes es en Madrid la menor del país, un 9,15, frente a una media de 15,22 (y de 21,76 en Castilla la Mancha), lo que evidencia que “no se produjeron prácticamente entradas” en las listas de espera madrileñas.

Apunta que aunque los datos tienen algunas “insuficiencias e incongruencias llamativas”, confirman básicamente lo que se había calculado desde la FADSP en cuanto a intervenciones quirúrgicas y consultas externas no realizadas y evidencia “un panorama extremadamente preocupante en el que se evidencia el abandono de la asistencia sanitaria  a las personas con enfermedades no COVID-19”. “No debemos olvidar que continúan siendo las principales responsables de la morbilidad y mortalidad en nuestro país”, advierte.

Por ello ha vuelto a reclamar que se organicen urgentemente circuitos asistenciales para los enfermos que no tienen coronavirus que permitan su atención en un tiempo razonable, para lo que es preciso “reforzar presupuestariamente y en recursos humanos la Sanidad Pública y la utilización intensiva de sus recursos”.