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ENTREVISTA

Clara Sánchez, nueva silla X de la RAE: “No estaría nada mal abrir el debate sobre la be y la uve”

Nunca ha tenido ningún cargo institucional ni “designado”, por lo que se confiesa “sobrecogida” por su nombramiento como nueva académica de la Real Academia Española (RAE). Clara Sánchez ocupará la silla X de esta institución después de toda una vida dedicada a la lengua y la literatura, y luego de haber atesorado como novelista los premios de narrativa más importante del país, como el Alfaguara, el Nadal o el Planeta. Tras pasar prácticamente un “examen” por parte de los 41 académicos y académicas que la ha mantenido “en tensión” durante mucho tiempo, ahora ya está inmersa en el discurso que debe preparar y pronunciar para ocupar su silla. Tiene un plazo de dos años, pero no quiere apurarlo.

Natural de Guadalajara, filóloga y profesora hasta que decidió dedicarse por entero a la escritura, Clara Sánchez se declara una “economista de la lengua”, pero con todos sus matices y “riquezas”. Defiende las medidas innovadoras que está llevando a cabo la RAE y propone algunas más en esta entrevista con el elDiarioclm.es.

¿Cómo ha recibido su nombramiento en la RAE y todo su proceso previo?

Sobrecogida, le diría. Tienes que pasar una votación y es una situación tensa. No sabes lo que va a ocurrir, no estás allí y no ves nada, porque no puedes ir si no eres académico. Todo depende de los demás y de todo aquello que has aportado -tu currículo, tus libros- para que los académicos lo estudien y decidan. Es como un examen, casi de tribunal. No puedes evitar ponerte nerviosa porque tampoco conoces los tiempos. Es una incertidumbre. Cuando ya me llamaron y me confirmaron, me sentí, y me siento, muy acogida en la academia. Pero hasta ese momento, es un proceso y una votación tenso que tienes que pasar. Pero ahora ya muy contenta. Creo que voy a ir a un sitio donde se me quiere.

Precisamente, como la RAE no funciona como otros organismos y para que la gente lo conozca, ¿cuál es el proceso ahora para que usted tome posesión de su silla X?

Ahora tengo dos años para poder preparar un discurso de ingreso, pero no voy a esperar tanto. En cuanto lo tenga, lo enviaré. Ahora soy académica electa, pero no estaré presente en la Academia hasta que no lea mi discurso, que se celebra en una ceremonia muy solemne. Entre unas cosas y otras, es un proceso largo.

¿Eso significa más tensión?

No, por el momento eso ya pasó (Risas). Me gusta. Como yo nunca he tenido ningún cargo de nada, ni he sido designada, me ha gustado mucho que esta elección sea por votación porque va mucho con mi trayectoria. No he sido nunca una escritora con cargos ni subvenciones. Entonces digamos que está muy en mi línea.

¿Ya tiene perfilado en qué se centrará su discurso?

Ahí estoy, voy de una cosa a otra. Un día pienso “voy a escribir sobre esto, que me gusta”, pero al día siguiente otra cosa me gusta más. Así que a ver si me centro y me decido. No puedo avanzar nada del contenido porque a lo mejor luego cambio de opinión.

No se puede imponer la paridad en la RAE. Se puede ver la conveniencia pero no imponerla

Recientemente entrevistamos al director de la RAE y nos comentaba que la igualdad de género en esta institución sería progresiva debido al propio sistema de nombramientos y a los cargos vitalicios. Es usted la novena mujer nombrada como académica, ¿considera que se podría imponer un sistema de paridad?  

Sí, pero sería complicado. No son lo mismo unos órganos donde sus miembros son de libre designación que en la Academia, donde hay que someterse a una votación. Entonces, por mucho empeño que se tenga, o que sea conveniente, hay 41 académicos que tienen que votarlo y depende mucho de la mentalidad, de los méritos. No se puede imponer. Se puede ver la conveniencia, pero no imponerlo. Mientras que en una empresa sí que se puede hacer de manera directa. Como en un Consejo de Ministros. Pero en la RAE la imposición no existe.

La RAE también defiende el lenguaje inclusivo con el plural masculino, como establece la Gramática Española. Pero hay voces que apuestan por cambiar esta norma y de hecho vemos cómo se usa el plural femenino. Como filóloga, ¿qué opinión tiene en este debate? 

Como filóloga, creo que la lengua es flexible, no es un tótem que no se pueda mover. Es un reflejo de la sociedad, de las inquietudes, de los avances y se puede ir adaptando y modificando. No a dedo, no por imposición, como decía antes. La misma sociedad es la que va moldeándola con el habla, con la comunicación. La Academia lo que hace es recoger esos usos, pero no creo que pueda imponer absolutamente nada si antes no está en la sociedad. Lo que pasa es que vivimos cambios muy importantes en la manera de afrontar el género y en el desarrollo de la mujer en todos los ámbitos. En la Gramática Española, el masculino es el elemento que recoge al femenino cuando es plural. Pero también eso se puede estudiar y se puede ir modificando.

Ya hemos vivido cambios así en la historia…

Claro, el otro día estaba viendo una edición de un clásico hecho por una mujer en los años 50 del siglo pasado y se hablaba de ella como “catedrático” de Lengua. Ahora eso es sorprendente y nos resulta extraño. Pues del mismo modo hay otras cosas que se pueden ir modificando porque la sociedad las ha modificado antes.

Algunos de los cambios que comenta son muy rápidos, debido a la comunicación por redes sociales y a la mensajería instantánea. ¿Considera que la RAE está en consonancia con esa realidad social?

Yo creo que sí que hay voluntad, porque estamos viendo que se introducen muchísimos vocablos unidos a las nuevas tecnologías, que antes no existían, pero se incluyen por esa necesidad de comunicación. Creo que sí que hay una actitud rápida para ponerse a la par de la sociedad. No lo digo porque yo ahora sea académica, sino porque incluso a veces me ha parecido que se pasaban un poco (Risas). A veces también hay que esperar a que una palabra prospere, porque puede ser momentánea, y hay que esperar a ver si se asienta para entrar en el Diccionario. Desde luego, la voluntad de sintonizar con la sociedad sí existe.

La última polémica de la RAE vino determinada por la tilde en el “solo”. Incluso se produjeron dos bandos entre los académicos.

Hay gente a la que no le ha gustado, pero a mí el debate me ha encantado porque ver que en las marquesinas de los autobuses o en los bares la comidilla era si “solo” lleva tilde o no, en lugar de estar hablando de tanques o misiles, me ha parecido muy bonito. Tiene que ver con esa preocupación por la lengua de la que hemos hablado. Ojalá se hablase más de estas cosas en lugar de otras tonterías. Ha sido una polémica sobre algo que a la gente le atrae y que tiene que ver con el hecho de que a la gente le gusta mucho hablar del idioma, aunque sea a lo loco. Porque tampoco estaría mal que algunos cogieran una Gramática y se la miraran un poco…

¿Y cuál fue su posicionamiento desde fuera?

Lo tengo claro: que todo lo que no sea necesario hay que eliminarlo porque, ¿para qué vamos a saturar la lengua con cosas innecesarias si es muy bella y puede funcionar perfectamente sin esa tilde? ¿Para qué complicar las cosas? Yo tiendo a la economía del lenguaje, sin saturarlo.

¿Estaría bien entonces que hubiera más polémicas de este tipo?

Estaría bien. Mire, ahora podríamos abrir el debate sobre la be y la uve, no estaría mal.

O sobre la hache, puesto que se declara usted economista de la lengua...

También (Risas). Yo creo que simplificar siempre es mejor. Tiendo a la claridad. Y otra cosa que está haciendo la Academia y de la que quiero enterarme mejor cuando esté dentro, es su intento de clarificar el lenguaje administrativo y el jurídico. Eso es esencial. Es un trabajo realmente innovador. Porque eso de que manden una carta por cualquier cosa y necesites un abogado para entenderlo bien, porque tiene una jerga incomprensible, es horrible. Se puede aligerar, se puede ir más al grano, para que el ciudadano no se encuentre indefenso. Es algo que me preocupa mucho, tanta perífrasis para explicar algo sencillo.

¿Se refiere al lenguaje enrevesado que utiliza a veces el BOE o algunas leyes?

Sí, pero no me refiero solo a la sintaxis, sino a la perífrasis mental, el no ser capaces de expresar claramente algo para que el ciudadano lo entienda. A veces te da la impresión de que quien ha escrito eso no sabe ni lo que está escribiendo. No hay por qué, las cosas se pueden explicar con mayor claridad. Y cuando he visto que la RAE está empeñada en ese proceso de clarificación, me ha gustado mucho. La lengua necesita, a la hora de expresarla, mayor claridad en ciertos ámbitos porque puede hacer la vida más fácil o más difícil. No estamos hablando de poesía ni de una obra de arte, estamos hablando de recursos fáciles para la sociedad.

Precisamente, se ha celebrado en Cádiz el IX Congreso Internacional de la Lengua Española donde se ha apostado por el español con todos sus matices. ¿Cómo se conjuga eso con la clarificación de la que hablamos?

La clarificación debe darse en esos ámbitos, el jurídico y el administrativo, en los que se escribe de manera marrullera. Luego ya están las novelas, la poesía, la manera de hablar de cada uno, la creatividad en la lengua, para dar espacio a esos matices. Pero cuando es algo oficial, ahí hay que simplificar y hacerlo más fácil.

Siempre tendré muy clara mi absoluta posición en contra de la segregación por sexos en la educación

Fue profesora durante un tiempo, ¿echa de menos la enseñanza?

Siempre, siempre lo voy a echar de menos. Es un oficio de mucho esfuerzo, mucha dedicación y a mí lo que me gusta es seguir encontrándome a antiguos alumnos que te demuestran que pese a todo, dejaste un poso en sus vidas. Eso es maravilloso.

¿Cómo ve la situación de la educación pública en el país con las sucesivas leyes de educación?

No suelo entender nada. No entiendo tantos cambios. Lo que hay que defender por encima de todo es la educación pública como tal, que se mantenga, que es un gran servicio público. En el resto de matices, a veces te pierdes en los detalles. Por mi parte, lo que siempre tendré muy claro es mi absoluta posición en contra de la segregación por sexos. Eso no debe consentirse.

¿En qué trabaja ahora, tras 'El Infierno en el Paraíso' de 2021?

Voy a trabajar principalmente en el discurso para el ingreso en la RAE. Y luego, en el mes de octubre se publicará una novela que ya antes ha salido a la venta en Italia: 'Il peccati di Marisa Salas'. Aunque no sé si en España le pondrán otro título. Es muy afín a mí, podríamos llamarla un thriller editorial.

Los libros ya han sobrevivido a la televisión, a internet, a la pandemia... Parece que su futuro nadie lo pone en duda.

Siempre tendrán futuro. Si algo nos gusta es que nos cuenten historias y contarlas, somos todos grandes narradores y no hace falta ser escritor. Todo lo que contamos es una mezcla de realidad, en un 5%, y el resto todo es ficción. Lo que pasa es que otros nos tomamos el empeño de escribirlo. Pero todos estamos contando cosas todo el día, y nos encanta leerlas, así que es imposible que los libros desaparezcan. 

Se ha declarado en ocasiones muy aficionada al cine. Hemos vivido una remesa de una gran calidad en el cine español tras la pandemia. ¿Cómo mantener esa tendencia cuando la creatividad y la financiación no siempre van de la mano?

Es que eso es lo que crea esa tensión. Esa neurosis que se da en todos los creadores. El hecho de crear ya es neurótico y tiene su recompensa porque estás expresando tu alma, pero luego está la cuestión del dinero, de la taquilla, de la compensación económica, porque tenemos que comer. Esa dependencia de los demás genera mucha neurosis, mucha depresión y es algo con lo que tenemos que lidiar todos los creadores.

Aunque es originaria de Guadalajara capital, conoce los problemas de la España vaciada, esa otra realidad de la provincia. ¿Cuáles cree que son las soluciones?

Afecta a toda España, es un gran problema. Sobre todo necesitamos gente, y ahí la inmigración podría ser una solución para todos esos pueblos y campos. Gente que venga, que se sienta a gusto y que establezca su vida. Pero yo no soy experta. Es la gente a la que pagamos la que tiene encontrar las soluciones y tratar de solucionar este problema porque es una pena que siga pasando y no veamos la salida. 

eldiario.es/Castilla-La Mancha

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