La Junta de Castilla-La Mancha actuará en la ermita de El Atance sin esperar la actuación del Gobierno de España
La Delegación de Cultura y Educación en Guadalajara del Gobierno regional ha decidido intervenir y apuntalar el acceso a la ermita de la Virgen de la Soledad, del desaparecido municipio de El Atance, como medida de urgencia, a la espera de ver qué hace el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, tras el derrumbe del portalillo de la entrada de este pequeño templo del siglo XVII, casi el único edificio que no ha sido engullido por las aguas de la presa.
Aunque en 2011 este bien pasó a ser propiedad del Ministerio de Agricultura, en la actualidad depende de la cartera que dirige Teresa Ribera, instancia a la que compete actuar, aunque ahora el Gobierno de Castilla-La Mancha haya decidido, de forma provisional, apuntalarlo para evitar daños mayores.
“Vamos a apuntalarlo mientras el Ministerio decide qué intervención va a hacer en él”, ha señalado el delegado de Educación y Cultura, Ángel Fernández-Montes, a preguntas de los periodistas, tras precisar que es competencia del Ministerio y que lo realmente valioso de este edificio con valor histórico-artístico es no se ha perdido, sino que “está en pie”.
Fernández-Montes, que ha realizado estas manifestaciones durante una visita al CEIP Badiel de Guadalajara junto a la consejera del ramo, Rosa Ana Rodríguez, ha precisado que se trata, en todo caso, de una “intervención de urgencia”.
Sin embargo, este templo figura desde el año 2021 en la lista roja de la asociación Hispania Nostra.
Por su parte, la consejera ha recordado que desde el Gobierno regional hay un expediente abierto para la obtención del reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad de un espacio que incluye este paraje dulce y salado “por el nivel paisajístico y patrimonial” que tiene, asegurando que las perspectivas para ello son “óptimas”.
Según la consejera, desde el Gobierno regional ya se han puesto en contacto con el Ministerio para instarle a que se acometa cuanto antes una intervención de consolidación en este espacio patrimonial, a raíz del derrumbe sufrido recientemente, o, en su defecto, que dejen a la Junta de Castilla-La Mancha hacer, trasladándole los fondos para ello.
“No tememos ningún problema en acometerlo, pero, al no ser titularidad nuestra, no podemos intervenir en el bien. Aunque hubiera voluntad, tenemos que instar a ello. No podemos intervenir en este bien porque no es nuestro”, concluía.
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