Espacio de divulgación científica y tecnológica patrocinado por la Universidad de Alcalá (UAH), con el objetivo de acercar el conocimiento y la investigación a la ciudadanía y generar cultura de ciencia
¿Qué es la tosferina y por qué ha dejado más de 200 casos en un brote endémico en Guadalajara?
Un brote de tosferina en Guadalajara ha dejado algo más de 200 afectados ‘oficiales’ - en realidad podrían ser más de 600- de los que la mayoría son niños en edad escolar. En algún caso ha sido necesaria la hospitalización, sin consecuencias.
¿Por qué ha ocurrido? ¿Qué es esta enfermedad y cómo se produce? ¿Por qué no ha sido erradicada si hay vacuna? El que fuera jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Universitario de Guadalajara y profesor de la Universidad de Alcalá (UAH), José María Jiménez Bustos, nos da algunas claves.
¿Qué es la tosferina?
La tosferina es una enfermedad transmisible, infecto-contagiosa y producida por una bacteria llamada Bordetella pertussi que tiene preferencia por el aparato respiratorio.
Se trasmite a través de las gotitas de Flügge que eliminamos todos al hablar, al estornudar o al toses, o bien a través de los núcleos de Wells, unas micropartículas suspendidas en el aire hasta llegar al individuo sano.
Es propia de la infancia, pero se puede padecer a cualquier edad. Eso lo hemos visto en la endemia registrada en Guadalajara recientemente. En el caso de esta patología, los lactantes y las personas mayores son los casos que revisten especial gravedad y en estos casos puede ser mortal.
¿Cómo funciona en el ser humano?
Tiene un periodo de incubación de entre dos y catorce días, en eso se parece mucho a la COVID-19. Después se desarrolla en varias fases. En la primera no se nota nada hasta llegar a la fase catarral y en ambos casos son los momentos de mayor contagio. Por eso cuando aislamos a las personas enfermas en realidad han podido contagiar a un gran número.
Durante 15 días es como si tuviéramos un catarro de vías altas: mocos, rinitis, estornudos, tos seca y algo de fiebre. Después ya vendría otro periodo, el que llamamos convulsivo, con accesos de tos que van creciendo, hasta entrar en la fase de recuperación.
¿Es una enfermedad con altas tasas de mortalidad?
Sí que hubo epidemias en el siglo XVI en Londres y en el XVII en París que diezmaron la población, pero en estos momentos la mortalidad es muy escasa, salvo complicaciones. Puede producirse en individuos con déficit inmunitario o que tengan otra enfermedad de base.
¿A qué se refiere con las complicaciones?
Las enfermedades respiratorias pueden verse complicadas con una neumonía. En los recién nacidos o en los ancianos puede ser mortal, pero las complicaciones pueden ser sobre todo neurológicas.
Los accesos de tos que produce esta patología pueden ocasionar vómitos de repetición, que perdamos ácidos del estómago y dar un disgusto por la deshidratación.
A veces hay convulsiones en ocasiones hay alteraciones de la conciencia: a veces el niño no sabe dónde está de tanto toser. Tiene además la particularidad de que, desde el punto de vista inmunológico, disminuye las defensas.
Antes incluso provocaba que florecieran otras enfermedades latentes que hoy mantenemos a raya. Era muy frecuente que tras la tosferina apareciera la tuberculosis. Ahora ya no.
¿Por qué no está erradicada?
Porque la vacuna, que se administra junto a la de la difteria y el tétanos en los bebés, va perdiendo su capacidad de inmunizar a lo largo del tiempo, hasta desaparecer.
Es curioso que los bebés cuyas madres han pasado la tosferina pueden padecerla. La inmunidad que pasa por la placenta, en este caso lo es solo de forma parcial.
¿Qué puede marcar la diferencia entre que el brote suponga o no hospitalizaciones?
En Guadalajara hemos tenido una endemia con 204 casos, de los que 28 corresponden a menores de cuatro años. La mayor parte de los casos, 150, han afectado a niños entre los cinco y trece años, en edad escolar.
Solo se ha producido la hospitalización de un niño de cuatro meses que no necesitó respiración asistida ni otros tipos de ayuda. Se trataba de controlar sus fuertes accesos de tos. La persona más mayor que ha resultado afectada tiene 71 años. Los casos en adultos han sido más aislados.
Ha afectado a 87 varones y a 117 hembras. Casi todos fueron diagnosticados en Atención Primaria.
¿De qué depende que haya sido en Guadalajara y no en cualquier otro lugar de España?
Los factores pueden ser múltiples. Por ejemplo, por el decaimiento de la vacunación. De hecho, se está pensando en si se modifica el protocolo para vacunar a los adultos que van perdiendo inmunidad.
Quizá también tiene que ver con las personas que proceden de otros países donde no existen los mismos protocolos preventivos respecto a esta enfermedad, por los flujos migratorios o por el turismo. Las autoridades sanitarias deberían tenerlo en cuenta.
¿Hay razones para preocuparse?
No, no, no… Primero porque la población en general tiene inmunidad parcial. Después porque la atención sociosanitaria en España es muy buena y porque la enfermedad tiene tratamiento. En estos momentos se usa la azitromicina, un antibiótico de excelentes resultados.
La cuestión es qué hacer con los contactos. Hasta ahora se apostaba por administrar el antibiótico preventivo, pero el uso racional de los antibióticos nos dice que no debemos hacerlo. Así que se trata sobre todo de aislamiento, salvo complicaciones.
¿Se puede prevenir?
Lo mejor es la vacunación, de modo que el germen circule, pero muy vapuleado. Así habrá poca o ninguna sintomatología.
¿La mayor o menor incidencia tiene algo que ver con la pandemia de COVID-19?
No, no tiene nada que ver. En el caso de la tosferina, aparecen epidemias cada cierto tiempo por la baja inmunización. La Organización Mundial de la Salud solo ha dado por erradicada la viruela por la vacunación masiva en todo el mundo frente a esta enfermedad mortal.
Un informe publicado por el Centro Nacional de Epidemiología en 2022 dice que la tosferina es hoy una epidemia sostenida. ¿Hay razones para pensar en cambios a corto plazo?
No, no las hay. Que sea una enfermedad sostenida significará que tendremos periódicamente endemias, que son brotes de carácter local, o epidemias. En Guadalajara se ha producido una endemia local, a pesar del abultado número de casos constatados.
Eso quiere decir que probablemente ha habido más de 600 entre personas que tienen una inmunidad parcial y que han tenido menos síntomas.
Un brote de tosferina en Guadalajara ha dejado algo más de 200 afectados ‘oficiales’ - en realidad podrían ser más de 600- de los que la mayoría son niños en edad escolar. En algún caso ha sido necesaria la hospitalización, sin consecuencias.
¿Por qué ha ocurrido? ¿Qué es esta enfermedad y cómo se produce? ¿Por qué no ha sido erradicada si hay vacuna? El que fuera jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Universitario de Guadalajara y profesor de la Universidad de Alcalá (UAH), José María Jiménez Bustos, nos da algunas claves.