No ha gustado nada entre los colectivos católicos la decisión de PSOE y Podemos de incluir en su pacto para los Presupuestos de Castilla-La Mancha del presente año, una congelación de las ayudas para los centros concertados. Desde Escuelas Católicas de la región han lamentado que se haya dado un “paso decisivo” para “penalizar a aquellas familias” que confían en este tipo de centros educativos, mientras que la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (CONCAPA) ha llegado a afirmar que esta decisión “aviva el odio” hacia la educación concertada.
Concretamente, Escuelas Católicas ha criticado que se haya anunciando la congelación de la financiación a la enseñanza concertada “como si esta fuese un mal que hay que atajar”. Interpreta que este anuncio se ha hecho también con “propósito persuasivo”, coincidiendo con el período de admisión de alumnos, y destaca que la concertada “no es el enemigo a batir, ”más si se tiene en cuenta que los conciertos distan mucho de financiar el coste real de la enseñanza“.
“Somos conscientes de que vivimos tiempos de pactos, pero con esta decisión la Administración vulnera los derechos de unos a favor de otros. Por un lado, el de las familias que, libre y responsablemente, han decidido elegir una enseñanza distinta de aquella que ofrece la Administración” y, por otro lado, “a costa de los trabajadores, profesores, personal de administración y servicios y a costa de las titularidades que trabajan y sirven a nuestra sociedad desde hace muchos años, algunas de ellas centenarias”. Además, este colectivo argumenta que los alumnos de la escuela pública no han visto “mermados” sus derechos por la financiación de la enseñanza concertada y se muestra “abierta al diálogo” y pide un pacto educativo “que incluya a todos y no vete a nadie”.
“La manera elegante de estrangular económicamente” a estos centros
Por su parte, CONCAPA ha asegurado que con este acuerdo entre PSOE y Podemos “se pretende avivar en la sociedad el odio hacia la educación concertada por su carácter confesional”. Ha defendido que esta reducción de fondos es “la manera elegante de estrangular económicamente” a los centros educativos sostenidos con estos fondos, que “no solo son más rentables a las administraciones públicas sino que suele ser más demandada por la calidad de sus proyectos educativos y la formación integral de la persona que persiguen”.
“Pretende avivar en la sociedad el odio hacia la educación concertada por su carácter confesional, en la gran mayoría de los casos y enfrentando a las familias y alumnos ante dos modelos distintos educativos que se complementan perfectamente y pueden coexistir y han coexistido hasta el momento sin ningún problema”, han advertido desde esta confederación.
Estas críticas han recibido respuesta por parte del Gobierno de Castilla-La Mancha. El vicepresidente, José Luis Martínez Guijarro, ha querido mandar un mensaje de tranquilidad alegando que en ningún momento se contempla el cierre de colegios concertados, sino de “invertir la prioridad que se había dado durante los últimos años”, durante el Gobierno de María Dolores de Cospedal y su “ataque furibundo a la escuela pública”. “Esto supone una reducción del peso de la educación concertada respecto al gasto total”, ha argumentado, insistiendo en que no supone “un ataque” a la concertada, sino una “apuesta clara por recuperar la gestión pública de la educación que se ha visto afectada en los últimos años”.