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¿Hubiese escrito hoy Buero Vallejo la segunda parte de ‘Historia de una Escalera’?

Guadalajara celebra durante los meses de septiembre y octubre el centenario del nacimiento de Antonio Buero Vallejo, el gran dramaturgo  y pintor español que nació en Guadalajara en el año 1916. Allí vivió durante su infancia y adolescencia porque su padre, Francisco, era capitán del Ejército destinado en la Academia Militar de Ingenieros, hoy desaparecida.

La ciudad celebrará varias actividades y actos conmemorativos de la efeméride que se prolongarán hasta finales de octubre. Carlos Buero Vallejo, uno de los hijos del dramaturgo acaba de pregonar las Ferias de la ciudad natal de su padre. Cree que los actos que ha preparado Guadalajara tienen algo “muy importante”,  ya que sacan a la luz aspectos poco conocidos del dramaturgo hasta para su propia familia.

Como por ejemplo la exposición ‘Antonio Buero Vallejo. Antes del Teatro. La Pintura en la Vida de Buero Vallejo’ con óleos y otros objetos que estos días puede verse en la ciudad. Muchos pertenecen a colecciones privadas ‘rescatados’ para la ocasión por el Ayuntamiento de Guadalajara. “Yo he conocido la existencia de un bodegón gracias a esta exposición”, señala Carlos Buero. “Se ha hecho una gran  labor de investigación y es lo mejor que se le puede pedir a una efeméride”.

Pero si hay algo que gusta especialmente a Carlos Buero, por “brillante”, es la acción que “implica a toda la ciudad”. Y es que  cien comercios, uno por cada año del centenario, han rotulado en sus escaparates los títulos de las obras de Buero Vallejo. Todo un homenaje de la ciudad a la que, sin embargo, no llegó a estar apegado. “Mis recuerdos de Guadalajara están relacionados con viajes de un día cuando era niño. No pasábamos allí estancias largas porque no teníamos casa familiar”. Hay que recordar que la casa natal de Antonio Buero Vallejo  (en la calle Miguel Fluiters de Guadalajara , donde se colocará una placa el próximo 29 de octubre) no pertenece a la familia.

Se publicará un libro que exhibe su faceta pictórica

Otro de los ‘hitos’ del evento para el que aún no hay fecha oficial es la publicación de un libro con dibujos e ilustraciones del ‘Buero dibujante’. La editorial Planeta podría publicarlo a finales de octubre. Son 400 páginas de dibujos que Francisco Buero, el padre del dramaturgo, recopiló desde que tenía siete años  hasta que cumplió los 15. “Mi abuelo vio que su hijo tenía destreza y los fue guardando”.

Quizá sea esta la única publicación que podría calificarse de  inédita dentro de la extensa obra pictórica y literaria de Bueno. “No hay nada guardado porque  mi padre destruía todo aquello que no le gustaba”, dice su hijo, quien destaca que el libro recoge temas ligados a juegos infantiles que “tuvieron mucha influencia a la hora de que él se decantase después por lo creativo y en concreto por el teatro”. En su opinión, lo último y único verdaderamente inédito que salió y se representó en 2007 en Guadalajara fue un monólogo manuscrito encontrado entre los papeles de su hermano Enrique (fallecido en 1986). “Probablemente se lo prestó porque mi hermano estaba haciendo sus pinitos como actor, quizá para utilizarlo en alguna prueba”.

Carlos Buero Rodríguez no ha seguido, sin embargo, los pasos artísticos de su progenitor. Reconoce que se planteó estudiar Bellas Artes y aunque se le daba bien, nos cuenta, terminó por descartarlo. “Mi padre siempre tuvo mucho interés en que adquiriésemos sensibilidad artística, nos llevaba a museos, a galerías de arte…Y siempre he estado metido en ensayos, en camerinos…”

“Hoy quizá hubiese escrito sobre la crisis social que vivimos”

Antonio Buero Vallejo debutó como escritor teatral en 1949 con la publicación de ‘Historia de una escalera’, una de sus más conocidas obras,  galardonada con el Premio Lope de Vega y que tuvo un gran éxito de público en el Teatro Español de Madrid.

El hijo del dramaturgo cree que es posible que el actual panorama político nacional le hubiera servido a su padre como “argumento indirecto” para una de sus obras. “Él siempre escribía sobre la sociedad en la que vivía. No creo que opinase algo muy distinto de lo piensa el ciudadano de a pie”.

 “Cuando hoy representan ‘Historia de una escalera’ la gente se sorprende y dice…” ¡Anda, pues a mí también me cuesta mucho pagar la luz!“. Quizá hubiese escrito una segunda parte, salvando las diferencias de cada época. ”Sí, la gente se agobia por no poder pagar la luz y eso también pasaba hace 60 años“. Aventura que quizá el autor hubiese optado por escribir ”una obra sobre la crisis social que vivimos desde 2008.  No directamente sobre la crisis porque no era su estilo, pero sí la historia de una familia con problemas“.

 Guadalajara tendrá un museo permanente sobre Buero

Tras la conmemoración del centenario, Buero Vallejo tendrá un espacio expositivo permanente en el Palacio de la Cotilla de Guadalajara. Su hijo desvela que exhibirá parte de los óleos que estos días pueden verse en la ciudad, en la sede del teatro que lleva su nombre e incluso el caballete donde el artista los pintó. Una de las piezas ‘estrella’ del futuro museo será el despacho del dramaturgo cedido por la familia.

¿Qué ocurrirá después del centenario? Carlos Buero dice “aspirar” a que no tenga que celebrarse otro para que se programen obras de su padre en los teatros. “Como las de Valle-Inclán o García- Lorca tienen un valor intrínseco e histórico. Son obras que el público debería tener oportunidad de ver  por su calidad literaria y su significado”.

Buero Rodríguez lamenta que en el ámbito cultural haya que moverse “por  efemérides” y aboga por pararse a “considerar cuál es el núcleo de nuestra cultura, de nuestras expresiones artísticas y tenerlas presentes de manera continua. En 2008 le tocaba Larra y después…ya  no existe ¡Pues no! El centenario ser un empujón de futuro para refrescar la memoria sobre la figura y la obra de Buero Vallejo”.