“Existe el riesgo enorme de que el dinero de los fondos europeos de recuperación acaben llevándoselo las administraciones que pueden permitirse tener un equipo técnico detrás capaz de presentarse a las convocatorias en plazo”. Es un temor fundado y en el Alto Tajo no quieren perder el tren no ya de la recuperación, sino de la repoblación.
Con 1,66 habitantes por kilómetro cuadrado y con tan solo la mitad del censo viviendo en el territorio durante todo el año, esta parte de la provincia de Guadalajara es una de las más despobladas de España y de Europa.
Diez poblaciones, ocho de ellas con ayuntamiento propio, forman parte de la Mancomunidad de Municipios del Alto Tajo. Arbeteta, Armallones, Peñalén, Villanueva de Alcorón, El Recuenco, Peralveche, Poveda de la Sierra, Zaorejas y las pedanías de Huertapelayo y Villar de Cobeta, no suman ni 700 habitantes, pero acaban de hacer historia.
Han conseguido ganar la concurrencia competitiva del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) para la elaboración de proyectos piloto de Planes de Acción Local de Agenda Urbana Española.
Se nos ha abierto una luz, tenemos ilusión de futuro, sobre todo teniendo en cuenta que el carro está tirado por jóvenes
Se han convertido así en la única mancomunidad de España que accede a esta ayuda de 50.000 euros. Y lo han hecho gracias a la colaboración “altruista” del colectivo Rumbo Rural, una plataforma generadora de ecosistemas en el mundo rural compuesta por jóvenes profesionales que han tomado las riendas contra la despoblación en esta parte de Castilla-La Mancha.
Han logrado hacerse con el séptimo puesto de 233 candidaturas presentadas en toda España y una puntuación de 98 sobre 100. Su presidenta es la alcaldesa de Peñalén, Esther Rubio, un pueblo de apenas 73 habitantes. “Lo hemos conseguido gracias a un equipo de jóvenes talentosos que se han implicado en todas las necesidades de nuestros pueblos. Ellos presentaron el proyecto”.
“Se nos ha abierto una luz, tenemos ilusión de futuro, sobre todo teniendo en cuenta que el carro está tirado por jóvenes. Ha sido una simbiosis entre los mayores que viven aquí y los jóvenes”, dice la alcaldesa quien reconoce que no es la panacea frente a la despoblación. “Hay que ser realistas, tampoco es que se nos vayan a llenar los pueblos pero al menos mantener población y aumentarla poco a poco”.
No tienen un equipo detrás, no hay técnicos porque se trata de ayuntamientos “muy pequeños” y con muy pocos recursos. “Aquí no hay dinero para pagar a ninguna consultora. Esto lo hacemos a coste cero profesionales jóvenes de la zona. Es un orgullo situar al Alto Tajo en la vanguardia de las estrategias contra la despoblación y de forma altruista”, dice el presidente de Rumbo Rural, Enrique Collada.
120 jóvenes están hoy vinculados ‘Rumbo Rural’ después de ocho meses de trabajo y quieren sumar más, vivan o no vivan en el territorio. “Lo importante es que estén dispuestos a trabajar y a aportar”.
El dinero les permitirá comenzar el proceso de implantación de una ambiciosa agenda urbana, con horizonte 2030, que incluye hasta 33 acciones. “Hasta ahora tenía una financiación de 6.000 euros de la Diputación de Guadalajara y de la Junta de Castilla-La Mancha”, explica Enrique Collada.
El hándicap de ayuntamientos sin formación y sin recursos humanos
Destinarán la ayuda recibida a la divulgación de su proyecto, creando una web para explicar su agenda y buscar personas o empresas que quieran participar en el desarrollo del territorio. Pero sobre todo lo invertirán en formación. “A los alcaldes de los pequeños pueblos muchas veces les cuesta entender de qué va la agenda urbana, qué son los objetivos de desarrollo sostenible (ODS). Hay que pensar que muchos de estos alcaldes lo son de forma voluntaria, tienen otros trabajos o son personas mayores… La dificultad es mayor”, explica Collada.
“Muchos alcaldes somos mayores y nos falta formación para innovar. Los jóvenes son nuestro motor”, reconoce la alcaldesa de Peñalén. Una formación que también se orientará a otros servidores públicos como los secretarios municipales o a los propios vecinos.
“Formaremos sobre la agenda urbana pero también sobre la nueva gobernanza, es decir, cómo conseguir que el territorio funcione de forma eficiente, incorporando a las asociaciones, a los ayuntamientos y a los propios vecinos a la toma de decisiones”, explica el presidente de Rumbo Rural.
También será necesario el aprendizaje sobre los novedosos fondos europeos de recuperación, Next Generation-EU, que no tienen que ver con los fondos estructurales procedentes de la Unión Europea. “Se trata de sembrar para lograr los objetivos de la agenda urbana en la zona”.
Ya trabajan para poder ser partícipes de convocatorias de ayudas que tienen que ver con turismo sostenible, transición ecológica o eficiencia energética. Y lo harán como mancomunidad para poder competir con los grandes ayuntamientos.
“Estamos trabajando para presentarnos a la convocatoria del DUS 5000, con ayudas relacionadas con la eficiencia energética o el autoconsumo para municipios en zonas despobladas”, explica Collada. También apuestan por aprovechar los recursos forestales. “Queremos empezar a explotar conjuntamente, como mancomunidad, nuestros bosques”, comenta la alcaldesa de Peñalén.
La gestión municipal en un pueblo pequeño es muy compleja. Tenemos que seguir los mismos protocolos que las grandes ciudades y menos mal que disponemos ahora de firma digital
“Tenemos que pensar ya no en el futuro, sino en el presente de nuestros pueblos porque sino estamos abocados a desaparecer. Queremos ofrecer turismo de calidad, un coworking para que la gente teletrabaje en nuestra zona, pero claro necesitamos que llegue al fibra óptica, la han prometido para este año pero no termina de llegar y tenemos internet a trancas y barrancas”. Y es que, sostiene la alcaldesa, “tendríamos más jóvenes, me consta que cuatro o cinco como mínimo, si encontrasen condiciones ideales. Después del trabajo, aquí la calidad de vida es incomparable”, presume la alcaldesa de un pueblo eminentemente ganadero y forestal, con una población muy envejecida.
Esther Rubio confiesa que la gestión municipal es “muy compleja” porque “tenemos que seguir los mismos protocolos que las grandes ciudades y menos mal que disponemos ahora de firma digital. Tenemos las mismas carencias pero los presupuestos de los pequeños pueblos son escasos y muy ajustados. Tenemos que saber priorizar y eso que la gente es muy comprensiva con las limitaciones”.
Puede venir mucho dinero de fondos europeos estructurales o de los de recuperación tras la pandemia, pero estos pueblos no tienen capacidad de gestión: no hay ni recursos humanos, ni técnicos
Además, recientemente han creado el Grupo de la Ruta Cultural. “Estamos inventariando el patrimonio cultural gracias a la implicación de las asociaciones y entidades del territorio, de los vecinos… para conseguir que el patrimonio inmaterial no se pierda, para que las personas mayores se sientan útiles y para cohesionar la propia mancomunidad dándonos una identidad cultural”. Y de paso, dice Collada, servirá para crear nuevos productos turísticos.
Pese a los proyectos en marcha hay una clara preocupación en la zona. “Puede venir mucho dinero de fondos europeos estructurales o de los de recuperación tras la pandemia, pero estos pueblos no tienen capacidad de gestión: no hay ni recursos humanos, ni técnicos”.
En el acceso a los novedosos fondos europeos Next Generation-EU, de los que Castilla-La Mancha recibirá 1.051 millones de euros en 2021, los pequeños ayuntamientos en zonas despobladas parten con desventaja. “El mecanismo de control que exige la Unión Europea es complejo: auditorías ambientales, controles exhaustivos o planes antifraude que son ”muy complicados“ para estos pequeños pueblos.
“Yo siempre les digo a las grandes administraciones públicas que no es cuestión de poner más dinero, sino de poder aprovecharlo. Y eso es un hándicap que estamos intentando resolver. No podemos dejar pasar un tren en el que, no solo hace falta dinero, sino personas para gestionarlo o ejecutarlo. Si no hay quien ponga en marcha los proyectos, para qué queremos el dinero”.
En el caso de la provincia de Guadalajara, la Diputación ha recibido el mensaje. Pondrá en marcha oficinas técnicas en las sedes de los Grupos de Acción Local (GAL). “Es un paso. Ahora tendremos que asegurarlo y que las personas que vayan a contratarse sepan manejar estos fondos y sean ágiles”, apunta Enrique Collada.
La Agenda Urbana del Alto Tajo: “Queremos servir de ejemplo a otros territorios”
Hasta 33 acciones en el territorio se ha propuesto llevar a cabo esta mancomunidad de pequeños municipios del noreste de Guadalajara. “Tenemos que ir aterrizándolos poco a poco, aprovechando las convocatorias”.
Se trata de un plan de acción con trabajo compartido “y alineado” entre los ayuntamientos, las asociaciones, los vecinos y la colaboración de 'Repueblo'.
En sus planes está la creación de un coliving en el antiguo cuartel de la Guardía Civil en El Recuenco, recuperar alojamientos turísticos, cuidar y recuperar los acceso al Tajo, un río que “tiene actualmente exceso de turistas”, la creación de una ruta cultural del Alto Tajo, la recuperación de la tradición ganchera para la celebración de bodas, conseguir la Certificación Starlight para ofrecer propuestas de Turismo Astronómico, recuperar del arte del vidrio y cantería o crear un Erasmus rural en el territorio para universitarios.
Pero también quieren poner en marcha un Plan de autosuficiencia energética, mediante energía solar fotovoltaica vinculado a la Mancomunidad, instalar un punto de recarga de coche eléctrico, llevar a cabo un plan de explotación sostenible del medio forestal o aplicar un Plan de transición justa para la minería de caolín.
Y después apuestan por un Plan para el fomento de la vivienda en alquiler y venta, establecer un servicio de telemedicina para los vecinos, crear y gestionar un punto limpio móvil de la Mancomunidad para el reciclaje o diversificar los ingresos municipales para no depender tanto como actualmente de la caza. Son tan solo algunas de las acciones previstas.
Durante el último año han participado en numerosos foros. Ya miran al próximo año. “Queremos en 2022 organizar un evento potente para sacar pecho de esta agenda urbana y cómo se puede aplicar al mundo rural y que sirva de ejemplo para otros territorios”.