El próximo 14 de octubre se cumplirán ochenta años desde que los milicianos de las Brigadas Internacionales llegasen a la ciudad de Albacete. La provincia se convirtió durante la Guerra Civil en un pasillo entre Madrid y Valencia que servía al ejército de republicano de zona de intendencia, adiestramiento, hospital, retaguardia y cuartel. Desde el Centro de Estudios Albacetenses (CEDOBI) siempre ha habido un interés importante por mantener la memoria viva de lo que fue este periodo de la historia de Albacete. Con el paso de los años este centro de documentación terminó por unirse a la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) debido al alto interés científico que despertaba para el ente educativo.
Ahora, y por su ochenta cumpleaños, preparan una batería de cerca de una veintena de actos que mantendrán viva la memoria de las Brigadas internacionales en Albacete. Ya ha comenzado la exposición de Tarazona de la Mancha, pero tras el verano se realizarán ciclos de cine, conferencias, exposiciones, participaciones en encuentros internacionales, colaboraciones con otras fundaciones, se presentarán un par de libros, y se realizará un concierto homenaje.
Y es que estos ochenta años han conseguido implicar a numerosa instituciones: Instituto de Estudios Albacentenses, Conservatorio de Música y Danza Profesional, Filmoteca Municipal, Universidad de Castilla la Mancha, Ayuntamiento de Tarazona y Diputación Provincial. Eso en Albacete, porque fuera de la provincia participarán el Salón Internacional del Cómic, Biblioteque de Documentation Internationale Contemporanie, Fundación Pablo Iglesias, Universidad de Barcelona, Embajada Cubana o Nosdisk Fulturfond.
Además, coincidiendo con este aniversario, el CEDOBI está dando a conocer un mapa interactivo al que se puede acceder a través de su web y en el que los interesados pueden conocer cómo era el Albacete de la época de las Brigadas Internacionales.
También hay fotografías comparativas y se detalla el uso que tenían distintos edificios. Un trabajo divulgativo que además se verá complementado por unas placas donde un código QR permitirá a los interesados descargar información sobre el edificio o calle en el que se encuentre y cómo era, así como el uso que tenía, en los años de la Guerra. Una iniciativa a la que se han sumado además varios pueblos de la provincia, y a la que aún se pueden adherir.