Taravilla es una pequeña localidad de apenas una treintena de habitantes censados enclavada en el corazón del Alto Tajo. Una zona de extraordinario valor paisajístico y costumbrista que a finales de agosto acoge una de las celebraciones con mayor raigambre histórica de la provincia de Guadalajara. La Fiesta de los Gancheros, convertida ya en un emblema del Alto Tajo, regresa el próximo 26 de agosto, y lo hace en Taravilla, situado a unos 35 kilómetros de Molina de Aragón y famoso por su impresionante laguna de origen cárstico y fluvial incrustada en pleno Parque Natural del Alto Tajo.
La celebración de los gancheros recrea las antiguas maderadas que ya hace cinco siglos transportaban los troncos cortados en el Alto Tajo río abajo hasta Aranjuez, Toledo y Talavera de la Reina. La fiesta se ha convertido ahora en una recreación de esta actividad, por lo que se puede ver a los gancheros de nuevo sobre las aguas, con su pertrecho tradicional, el bichero y vestimenta de época, agrupando y conduciendo las maderadas. El evento, declarado de Interés Turístico Regional, se celebra cada año de forma rotatoria en Poveda de la Sierra, Peñalén, Zaorejas, Taravilla y Peralejos de las Truchas y acoge en torno a 2.000 visitantes.
Este año toca en Taravilla, coincidiendo con el centenario de José Luis Sampedro. El novelista barcelonés puso a los gancheros en el mapa tras la publicación de ‘El río que nos lleva’, uno de sus títulos más conocidos que, posteriormente, fue adaptado al cine de la mano de Antonio del Real. Sampedro no sólo recreó de forma milimétrica el oficio ganchero en su texto sino que se zambulló en esta comarca, viajó por ella en profundidad y mantuvo contacto con estos pueblos hasta que falleció en abril de 2013.
El alcalde de Taravilla, Julián Sanz, asegura a eldiarioclm.es que “celebrar y acoger esta fiesta supone poner en valor al pueblo. Estamos muy contentos y satisfechos. Esta fiesta hace que la Administración se fije en la zona, dado que es de interés turístico, y que cada vez venga más gente para sacar el pueblo y la comarca adelante”.
La decisión de homenajear a Sampedro en la XXI edición de la Fiesta Ganchera fue adoptada por el Gobierno regional y la Asociación de Municipios Gancheros del Alto Tajo en una reunión en Guadalajara a la que asistieron el delegado de la Junta en Guadalajara, Alberto Rojo; el responsable regional en la Comarca de Molina de Aragón, Alfredo Barra; y los alcaldes de los pueblos implicados en la organización de esta cita.
Rojo, según informó la Junta en nota de prensa, agradeció a los representantes de la Asociación de Municipios Gancheros -en la que se integran los ayuntamientos de Poveda de la Sierra, Zaorejas, Peralejos de las Truchas, Taravilla y Peñalén-, su predisposición “para hacer de la fiesta de este año un merecido homenaje a José Luis Sampedro”, y señaló que el año de su centenario “es una ocasión perfecta para demostrar la admiración de esta provincia por el hombre que rindió homenaje a los gancheros, al Alto Tajo y a la gente humilde de sus pueblos, haciendo que uno de los signos identitarios de esta provincia fuesen conocidos a nivel internacional”.
El delegado del Gobierno de Castilla-La Mancha en Guadalajara habló de la necesidad de articular un homenaje “sincero, sentido, humilde y que perdure en el tiempo”, lo que se une a los actos organizados a lo largo de 2017 por el Ejecutivo regional y por otras administraciones, como el Ayuntamiento de Azuqueca de Henares, para evocar la figura de Sampedro, íntimamente ligada al Alto Tajo y, en especial, a los gancheros.
Suelta de troncos
El acto central de la Fiesta de los Gancheros tendrá lugar el 26 de agosto con la subida al río y la tradicional suelta de troncos. Éste es el momento más importante, y también el más emotivo de esta celebración. Cuando los gancheros, ataviados con los trajes típicos que usaban antaño, sueltan los troncos que otrora iban a parar río abajo hasta el curso medio del Tajo. Ahora la fiesta es una recreación de esta actividad, pero se mantiene su espíritu vivo.
La fiesta, como es habitual, estará acompañada de un programa repleto de actividades entre las que destaca la entrega de una estatuilla de madera que la Asociación de Municipios Gancheros le hará entrega a la viuda de José Luis Sampedro, Olga Lucas, en agradecimiento a su labor de difusión de esta tradición molinesa el sábado 26.
Otros actos previstos son una exposición de fotografía y pintura con documentos del oficio ganchero y de la obra ‘el río que nos lleva’; la habitual bajada de troncos a tiro de caballería amenizada con música de dulzaina a lo largo de 1 kilómetro desde la laguna de Taravilla; una demostración de tallado de esculturas a cargo de tres paisanos de la comarca que tallarán en madera el busto de Sampedro, una comida campestre, el corte de troncos manual con sierra y hacha, juegos tradicionales, puestos de artesanos o un concierto de folklore del grupo de música tradicional Las Colmenas de Guadalajara como colofón. Este año, además, con motivo de esta celebración, la sala de espacio cultural de Taravilla acogerá la exposición colectiva que aúna las fotografías de Agustín Tomico Alique y la pintura de Delia Martín López. La muestra se podrá visitar del 25 al 27 de agosto.
Hermenegildo Herranz, miembro de la Asociación de Municipios Gancheros y uno de los artífices de que los troncos estén preparados cada año para la celebración, explica a eldiarioclm.es que José Luis Sampedro y su libro fueron “los mayores exponentes para dar a conocer a esta olvidada comarca y su tradición ganchera más allá de nuestras fronteras. Siempre le hemos tenido presente en la fiesta y agradecimos que participara en ella hace 11 años en Peralejos, a pesar de que ya no podía caminar bien. Éste es su homenaje”.
En 2015, la agencia de viajes online Rumbo eligió la Fiesta de los Gancheros como una de las cinco más “originales” de España. Esta singularidad es lo que captó la atención José Luis Sampedro cuando en los años 60 se propuso pergeñar ‘El río que nos lleva’. El autor de ‘La sonrisa etrusca’ visitó en varias ocasiones la Fiesta de los Gancheros. Además, un instituto de secundaria de Guadalajara capital lleva su nombre y también el CRA de Poveda de la Sierra, en el Alto Tajo. Su bonhomía personal y su hondo compromiso intelectual cautivaron a las gentes de esta comarca de Molina.
“Todo el río estaba entarimado por largos maderos, pinos enteros descortezados. El hombre cruzaba ágilmente de una orilla a otra, apoyándose de cuando en cuando en una vara terminada en gancho”, escribió Sampedro en ‘El río que nos lleva’ (1961). Ésta es la base de la fiesta que ahora regresa al Alto Tajo, en concreto, a Taravilla. Pocas tradiciones en Guadalajara conjugan de manera tan singular la belleza de la fiesta y del entorno en el que tiene lugar.