Del aullido de la loba a la rentabilidad de un despecho
Todo empezó el pasado 12 de enero, justo un día después de que Shakira lanzara junto a Bizarrap -BZRP Music Sessions #53-.
Trasteando por Twitter empecé a leer comentarios de muy diversa índole sobre la nueva canción de Shakira, y siguiendo el dicho “la curiosidad mató al gato”, empecé a bucear por la red buscando entender qué estaba ocurriendo.
Unos comentarios me llevaron a otros y así hasta que me di cuenta de que tenía que pararme a reflexionar qué estaba ocurriendo. Ya sabéis que toda investigación empieza con una pregunta, la mía fue: ¿Por qué parecía haber una doble moral feminista con la letra de la canción de esta cantante? Y más allá, ¿qué podía implicar su letra para las mujeres, para los hombres, para la industria musical, las marcas mencionadas? ¿Era una estrategia de marketing?
Justo ese día tenía que ir a Talavera de la Reina a coordinar la asignatura “Métodos de Investigación de Mercados On-Line” del Máster en Investigación de Mercados y Marketing Digital de la Universidad de Castilla-La Mancha, quedamos antes para comer y, ¿qué es lo que puede ocurrir cuando te juntas a comer con dos crak del marketing y la investigación como lo son Juan Antonio García y Xavi Moraño y les comentas tus observaciones? Pues que empiezas comiendo ensaladilla rusa y acabas con la idea de monitorizar los comentarios en Twitter sobre Shakira y Piqué en relación con esta canción.
Y eso fue lo que hicimos…
Ahora tenemos una base de datos con 295.869 filas o lo que es lo mismo, un gran volumen de datos (casi 300.000 tweets) generados a partir de los comentarios relacionados con el tema en cuestión desde el lanzamiento de la canción hasta una semana después, y eso que al ser un volumen tan grande la herramienta de análisis restringió los datos al 43% del total de tweets. ¡Casi nada!
Esto es lo que nos permite la investigación social. El poder ampliar la capacidad de entender por qué ocurren y cómo se desarrollan determinados fenómenos o hechos sociales
Tengo claro que cualquier fenómeno social es susceptible de observación y por tanto de ser medido-investigado, y además este ejercicio amplia la mente, ya lo dijo Marco Aurelio: “Nada tiene tanto poder para ampliar la mente como la capacidad de investigar de forma sistemática y real todo lo que es susceptible de observación en la vida”.
Y esto es lo que nos permite la investigación social. El poder ampliar la capacidad de entender por qué ocurren y cómo se desarrollan determinados fenómenos o hechos sociales. Entendiendo los hechos sociales como las maneras de actuar, de pensar y de sentir, que son exteriores al individuo y que están dotadas de un poder coercitivo a partir del cual se imponen (Durkheim, 1975). Por lo tanto, la investigación social nos permitiría tener un diagnóstico de la realidad de la sociedad, tener información para poder tomar decisiones, para evaluar los efectos de la toma de decisiones, por ejemplo, en relación con las políticas públicas o para reducir el riesgo en la toma de decisiones si lo que investigamos está relacionado con el marketing.
En este sentido, mientras yo puse la mirada (por deformación profesional) en esos comentarios más o menos feministas-machistas y en esa aparente doble moral que iba apareciendo en la red social, y que oscilaba entre aquellas personas que veían en Shakira una mujer empoderada y las que consideraban que su empoderamiento se debía única y exclusivamente por denostación a otra mujer y por cosificación de la misma, otros ponían la mirada en las ganancias que podía tener “Casio” o “Twingo”. Y mientras, otros aprovechaban para echar más leña al fuego y seguir sal-pique-ando en pro de “cualquier tiempo pasado fue mejor” en relación con la profundidad de las letras, sin acordarse de los reproches (o ñoñerías) vertidos en las letras de muchas canciones como “Ese hombre” de Rocío Jurado o “Por el amor de esa mujer” de Julio Iglesias. O simplemente se reían de todo (y todos) inventando memes.
En cualquier caso, es época de amor líquido, en palabras de Bauman, de tener y mantener unas relaciones interpersonales superficiales y etéreas, carentes de solidez, de calidez y de compromiso, y no solamente en relación con el amor romántico sino con el AMOR en general. Y época de inmediatez informativa (que no conocimiento) y de volcado de opiniones sin pensamiento ni reflexión, sin profundidad como si el “todo vale” o el “pese a quien le pese” fuera la máxima por la cual erigir la sociedad del mañana.
Veremos qué resultados vamos obteniendo en nuestros análisis y qué explicaciones podemos inferir de todos esos comentarios desde nuestras distintas disciplinas, aunque me temo que aquí no acabamos, ya que Shakira sigue sacando hits (éxitos musicales) que nos seguirán permitiendo estudiar cómo las personas reaccionan al contenido de sus despechadas letras.
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