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El Corpus y sus catalogaciones

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Aunque tengamos la fortuna de contar en la región con celebraciones del Corpus interesantes desde el punto de vista plástico o antropológico, es el de Toledo el que concita todo tipo de atención mediática y festiva.

El Corpus tiene, efectivamente, varios componentes dignos de tenerse en cuenta: en primer lugar, su sentido litúrgico y pastoral, sin cuya esencia no existiría esta manifestación de fe y de cultura. Pero lo que individualiza a cada una de las celebraciones procesionales es el componente festivo y antropológico, aunque cada vez cuenta más su utilización como espectáculo turístico y el provecho económico que ello conlleva para las localidades en donde se desarrollan las fiestas más llamativas. 

De ahí que sea la Dirección General de Turismo, Comercio y Artesanía la que se encargue de catalogar las celebraciones según una jerarquía en cuyo vértice está la de interés “internacional”, nacional o regional. Pero también la Consejería de Educación, Cultura y Deporte ha entendido que hay Corpus que tienen un claro valor como manifestación de cultura en su vertiente material e inmaterial. De ahí que haya declarado cinco Corpus Bien de Interés Cultural Inmaterial como los de Elche de la Sierra y el de Porzuna, el de Camuñas con sus 'Pecados y Danzantes', el de Lagartera o la Octava de Corpus de Valverde de los Arroyos.

Nos preguntamos como la Fiesta del Corpus de Toledo, declarada de Interés Turístico Internacional no es declarado también Bien de Interés Cultural con la categoría de Inmaterial. El Corpus de Toledo es poliédrico y, al contrario que otras muchas celebraciones litúrgicas, ha ido adaptándose a los tiempos manteniendo e incluso mejorando alguna de sus señas de identidad.

Una custodia procesional que es, quizá, la más valiosa por sus valores históricos y artísticos del mundo

A sus siglos de historia se añade la utilización de los altos toldos -imitado ahora en cientos de localidades-, la presencia de tapices y reposteros centenarios, el uso de adornos florales y arcos de triunfo y la concurrencia en su procesión de cofradías, hermandades y capítulos que con gran vistosidad dan color y solemnidad a la fiesta. Por último, la presencia de una custodia procesional que es, quizá, la más valiosa por sus valores históricos y artísticos del mundo.

Acompañan a la solemnidad eucarística la presencia de múltiples manifestaciones festivas alrededor de ese día: Los gigantones, cabezudos y la tarasca, el “canto de la Sibila”, la “carrera procesional” de la víspera, la música, el teatro o las corridas de toros, la apertura de patios, las recepciones de entidades e instituciones. La celebración ha perdido algunas de sus características, pero ha ido adquiriendo otras muestras festivas, mostrando así que, más allá del espectáculo turístico, tiene una vitalidad que transciende lo puramente religioso.

El Cabildo de la catedral primada tiene ante sí la obligación de cuidar las manifestaciones inmateriales que genera su ámbito, promoviendo la declaración de la Fiesta del Corpus y de la liturgia mozárabe -perdido ya el rito mixto o toledano-. La Consejería de Educación, Cultura y Deporte recoger la petición y tratarla adecuadamente para conseguir que así cuidemos y mantengamos aquello, único, que atesoramos y tenemos que legar a futuras generaciones como señas de identidad que compartimos y que nos identifica culturalmente.

Aunque tengamos la fortuna de contar en la región con celebraciones del Corpus interesantes desde el punto de vista plástico o antropológico, es el de Toledo el que concita todo tipo de atención mediática y festiva.

El Corpus tiene, efectivamente, varios componentes dignos de tenerse en cuenta: en primer lugar, su sentido litúrgico y pastoral, sin cuya esencia no existiría esta manifestación de fe y de cultura. Pero lo que individualiza a cada una de las celebraciones procesionales es el componente festivo y antropológico, aunque cada vez cuenta más su utilización como espectáculo turístico y el provecho económico que ello conlleva para las localidades en donde se desarrollan las fiestas más llamativas.