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CIUDAD REAL

La paradoja de las Tablas de Daimiel: desecar el corazón del Parque Nacional para poder salvarlo

Dentro de la treintena de espacios que están diferenciados en el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel (Ciudad Real), la isla del Pan ha sido siempre la joya más visitada. La conforma un circuito que recorre varias zonas en la orilla más oriental de las Tablas y es la isla más grande de todo el itinerario que es de acceso público. La senda que parte del observatorio conduce hasta un bosque de tarayes, donde anidan el pito real, la abubilla, el búho chico, el jilguero, el pinzón vulgar, el carbonero común y el herrerillo común. Pero hoy en día este itinerario está muy deteriorado, debido a la acumulación de sedimentos que ha colmado de algas y carrizos buena parte de su recorrido y que además ha generado malos olores. Se trata de un problema que arrastran las Tablas desde hace 25 años.

La situación en la isla del Pan ha pasado prácticamente desapercibida debido a que el debate sobre las Tablas de Daimiel se ha centrado principalmente en la necesidad de su encharcamiento y conservación general debido a su deterioro. Pero el estado actual de esta isla ha provocado que la Comisión Mixta de Gestión de los Parques Nacionales de Castilla-La Mancha, formada el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y la Dirección General de Medio Natural y Biodiversidad de Castilla-La Mancha, haya acordado la restauración ambiental de su itinerario.

Y ahí ha llegado la paradoja: uno de los datos más destacados del estudio de impacto ambiental que avala esta medida es que se incluye la suspensión del bombeo que mantiene la lámina de agua en el itinerario de la isla del Pan para proceder a su desecación. Se trata por tanto de frenar parcialmente una de las medidas puestas en marcha para mejorar la deteriorada situación del Parque Nacional y que se puso en marcha el otoño pasado para conseguir una lámina de agua que favoreciera la invernada de las aves acuáticas.

Ahora, el objetivo de este proyecto de restauración es recuperar el tramo ante el proceso de colmatación de sedimentos y vegetación en el que se encuentra y que está provocando la “desaparición de sus valores naturales”. Actualmente, la superficie inundable del itinerario se encuentra en regresión debido a la acumulación de materia orgánica producida por las especies vegetales que habitan en el espacio, principalmente carrizo, soterrando su cubeta.

Esto ha provocado un incremento del espesor del sedimento orgánico, dando lugar a una importante eutrofización (concentración de nitratos y fosfatos) del entorno, con proliferación de algas filamentosas y presencia de malos olores. Todo ello ha supuesto “una marcada pérdida de biodiversidad y de la calidad de la visita” a este itinerario de uso público. 

Las actuaciones se ejecutarán en distintas fases. Inicialmente se procederá al desbroce mecánico y manual del carrizo y enea trasladándose todo el material segado junto con los cúmulos de biomasa vegetal muerta acumulada fuera de la cubeta del humedal, a parcelas propiedad del Organismo Autónomo Parques Nacionales. Posteriormente, se proseguirá con decapado superficial mecánico de 30 centímetros de los sedimentos acumulados. Estas actuaciones se completarán en años posteriores con plantaciones de masiega (Cladium mariscus) buscando la recuperación del masegar, la flora original de la zona. 

De manera auxiliar se llevarán a cabo trabajos de mejora de las infraestructuras del itinerario mediante la sustitución de un tramo de pasarela y un observatorio de fauna por otros de nueva construcción o se reforzarán otros tramos de pasarelas existentes.

Suspensión del acceso público                       

Para todo este proceso, la Consejería de Desarrollo Sostenible de Castilla-La Mancha ha llevado a cabo la correspondiente declaración de impacto ambiental donde se considera viable el proyecto y donde detallan muchas de estas actuaciones, que supondrán la suspensión del acceso público de visitantes y de todo el personal externo al Parque nacional o no relacionado con los trabajos a realizar.

De igual forma, se procederá a la captura y traslado de reptiles y anfibios de la zona para reubicarlos en otras zonas encharcadas del río Guadiana; se instalarán anillos metálicos perforados donde, mediante equipos portátiles de bombeo, se succione el agua del sedimento acelerando el proceso de desecación del mismo; y se desmontarán las pasarelas comprendidas entre la isla Tayares y el Maturro, así como del observatorio de aves.

El proyecto, basado en un estudio elaborado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el año 2021 e informado favorablemente en el Pleno del Patronato del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel el pasado 14 de diciembre de 2021, se encuentra recogido en el Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional.

No obstante, ha recibido varias críticas durante su proceso de información pública. Entre ellas las de Ecologistas en Acción, que denunció que el estudio de impacto ambiental no ha tenido en cuenta la “removilización” de materia orgánica, nutrientes, metales pesados y metaloides presente en el sedimento del Parque Nacional.

Argumentaba en este sentido que hay trabajos desde 2015 que demuestran que la presencia de carpas removiliza materia orgánica y nutrientes de los sedimentos, que estos sedimentos son muy heterogéneos a lo largo y ancho del Parque y en profundidad, y que aparecen “desagradables sorpresas” en cuanto a contenido en metales pesados y metaloides que “ninguna máquina de decapar va a impedir”. “Decapar un humedal no es una técnica selectiva. Por mucho que retiren, va a movilizar del sedimento al agua más contaminación de la que hay, mineralizando la orgánica y oxidando metales y metaloides que ahora están complejados con materia orgánica o sales en su fase reducida”, argumentó.

El Organismo Autónomo de Parques Nacionales responde que la Consejería de Desarrollo Sostenible analizó en su momento los sedimentos superficiales del itinerario de su contenido de metales pesados constatándose que “está muy por debajo de los que marca la normativa”.

Precisamente, en cuanto a posible contaminación de los trabajos, la declaración de impacto ambiental detalla que como consecuencia del proyecto se prevé generar una serie de contaminantes relacionados con la emisión de partículas resultas del movimiento de tierras, el tránsito de vehículos y el desbroce del material vegetal y, en menor medida, con emisiones de gases debidas a la combustión de motores de la maquinaria de obra. Pero precisa que estas emisiones serán temporales, desapareciendo cuando finalicen las obras. Además, explicó que la distancia, de 10 kilómetros al núcleo urbano más cercano, que es Daimiel, hace que las molestias sobre la población “no vayan a ser previsiblemente significativas”.