Uno de los antecedentes del prerrománico. El yacimiento de Los Hitos es una relectura de la historia de España que coloca a Toledo en un lugar privilegiado. A Tomás Villarrubia, el alcalde de Orgaz, localidad donde se ubica la excavación, se le iluminan los ojos cuando le preguntan por Los Hitos.
Este viernes se han dado a conocer los últimos hallazgos de los trabajos arqueológicos que dirige Jorge Marín. Dos meses y medio se ha tardado en la excavación de un edificio “importantísimo”, que llego a tener unos 14 metros de altura y sirvió de cripta funeraria. Es el primero que se ha encontrado en la Península Ibérica de este tipo. Está situado en Arisgotas, pedanía de Orgaz. El yacimiento de Los Hitos “no es una ocurrencia”, dice el alcalde, porque sus restos están allí desde el siglo VI aunque se tiene constancia desde el siglo XVI. Con este yacimiento, Villarrubia explica que se presenta la oportunidad de “situar en la historia unos pueblos cuyo origen es antiguo”. Se trata de un descubrimiento anterior y más grande que el conocido de Santa María del Naranco del siglo VIII, lo que le sitúa como el primer edificio prerrománico de España.
Luis Balmaseda, arqueólogo de los años 70, ya estuvo allí excavando y sacando sus “peculiares” conclusiones, pero ya en los años 90 se empezó hacer un trabajo “callado”, creyendo en el proyecto arqueológico e implicando a los ciudadanos de Arisgotas que tenían en sus casas una serie de piedras labradas. Piezas que no se sabía muy bien de las que se desconocía su procedencia pero que resultaban interesantes y antiguas. “Implicamos al pueblo para que esas piedras pasasen a formar parte de un pequeño museo” comenta el alcalde.
Desde el 2001 estas pequeñas piezas se pueden ver en un museo. “En ningún momento adivinamos la importancia de ese yacimiento, y no lo hemos visto hasta casi ahora”, comenta Villarrubia. Queda por descubrir la iglesia que está sin excavar y puede aportar nuevos datos, y según afirma el arqueólogo Jorge Marín, el objetivo “es la conservación, educación y sostenibilidad” tanto de la zona como de las piezas halladas.
Después del descubrimiento del palacio aristócrata visigodo de dos pisos en 2014, este verano se reanudaron los trabajos de excavación. La gran novedad, es una iglesia de una sola nave, abovedada como el edificio, y donde se ven todavía los fajones de las ruedas de cañón. “Aquí no sabemos si nos encontramos frente a una comunidad dinástica o ante una villa”, comenta Marín. No solo han aparecido algunos materiales, sino que han salido tumbas, la mayoría expoliadas, pero algunas se han encontrado intactas y llegan a contener hasta siete individuos, es decir, funcionaban como panteones familiares. En una de ellas había una niña de unos 12 años. En el enterramiento se ha encontrado una pequeña pieza de bronce, que podría ser una especie de pendiente de la época, pieza que aporta datos cronológicos y permite hacer lectura del conjunto.
Y otra novedad es la aparición de un pórtico al norte del edificio, “una cosa lógica porque los pórticos lo que están haciendo es proteger la puerta principal del edificio de las lluvias y de las inclemencias, y a la vez monumentaliza los accesos”, explica el arqueólogo.
En la excavación del palacio han encontrado también unas piezas llamadas ‘friezes’, típicas de la arquitectura de finales del siglo VI. Jorge Marín ha comentado que la mayoría de las piezas del exterior son de granito y las del interior caliza marmolizadas. Todo este conjunto se resume en un edificio que ya se puede visitar. A través de un convenio entre Diputación y Ayuntamiento está previsto realizar rutas. El proyecto será también presentado en con Congreso sobre Arqueología Medieval más importante del mundo y que se celebra en Estados Unidos.