Revisión: Bruce Springsteen y High Hopes
A mediados de diciembre saltó la sorpresa a través de las redes sociales con una fotografía. Nuevo sencillo de Bruce Springsteen que a su vez anunciaba próximo disco durante el primer mes de 2014. Sin mucha premeditación ni ecos grandilocuentes habituales en lanzamientos de este tipo. Mucho mejor, se agradece y quedan demostradas las ganas de seguir grabando y actuando del de Nueva Jersey. Pero aclaremos un punto importante que detallaré en los siguientes párrafos. Presentado como el decimoctavo disco de estudio, en esta ocasión nos encontramos con temas ya conocidos. Eso sí, todo grabado de nuevo aprovechando los descansos de su gira del pasado año, en diversos lugares (Australia, Los Angeles o Nueva York), bajo la atenta producción del habitual Brendan O’Brien y de Ron Aniello que se sumó al equipo con “Wrecking Ball” (2012), su anterior referencia.
Lo primero que llama la atención es la presencia de Tom Morello en multitud de temas. Si sus colaboraciones en directo se han multiplicado durante el último lustro, en los discos de estudio con la E Street Band pocas veces un músico ajeno al grupo había aportado tanto. Siete canciones tienen impresa su característico sonido de guitarra. Desde la que da título al álbum, versión de The Havalinas que Springsteen interpretó por primera vez a mediados de los ’90 hasta la reinvención de su propio clásico “The Ghost of Tom Joad”, donde el componente de RATM también canta. Quizás éste sea el punto álgido del trabajo, pero ya se contaba como una composición sobresaliente que vemos en esta ocasión vestida de otro modo, con las mismas intenciones.
Y es en el sonido donde se encuentra uno de los puntos débiles y una de las fortalezas del álbum. Suena poderoso, perfecto y a la vez tiene un punto sintético que resta vitalidad y gancho a un cancionero que nunca ha necesitado determinados aditivos. Sin embargo, ese mismo sonido da coherencia al conjunto que podía haber quedado en una colección de retazos. También existe un interesante acercamiento al pop-rock en “Frankie Fell in Love” o “Down in the Hole” en la que tenemos la suerte del rescate de una pista de saxo grabado por Clarence Clemons más una de órgano de Danny Federici y la curiosidad en los coros con los hijos de Bruce.
“High Hopes” es un disco interesante en el que se reinterpretan temas que Springsteen ha decidido renovar e integrar en su presente. La pasada década publicó tres obras más que notables: “Devils & Dust” (2005), “We Shall Overcome” (2006) y “Magic” (2007). No dudo que antes o después nos entregará de nuevo algo de tal calibre. Mientras tanto, disfrutaremos de sus discos de entretiempo.