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Los ribereños planean “abrazar” los pantanos del Tajo una vez al mes

Rodear los pantanos de Entrepeñas y Buendía con una marcha cada mes hasta el verano. Ése es el plan que tiene previsto la Asociación de Municipios de Entrepeñas y Buendía, en coordinación con el resto de plataformas afectadas por el trasvase, para exigir al Gobierno el cierre del acueducto Tajo-Segura. Una obra hidráulica que, desde hace 38 años, mina las oportunidades de desarrollo en esta comarca, que un día llegó a ser conocida como Mar de Castilla. “Se trata de simbolizar con un ‘abrazo’ a los embalses la unión de los vecinos en torno al problema y concienciarles de la situación catastrófica que sufriremos en verano”, advierte a eldiarioclm.es Francisco Pérez Torrecilla, presidente de la mencionada asociación y alcalde de Sacedón.

El panorama del que trata de llamar la atención Pérez Torrecilla de cara a la época estival es de sobra conocido: cortes en el suministro por la escasez de agua en los pantanos y necesidad de utilizar cisternas para garantizar el consumo de agua a la población durante los meses de julio y agosto. En 2012, por ejemplo, según denunciaba por entonces el Partido Socialista en Castilla-La Mancha, alrededor de 15 municipios de la cabecera del Tajo en Guadalajara y Cuenca padecieron cortes de suministro de hasta 9 horas diarias e incluso algunos de ellos fueron abastecidos mediante cisternas proporcionadas por la Diputación de Guadalajara.

Además, en aras de buscar soluciones a la política trasvasista del Gobierno, la asociación pretende “potenciar el diálogo” con todas las administraciones. De este modo, solicitará una reunión con los representantes de las distintas administraciones implicadas, entre ellas la Junta de Comunidades y el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, además de con los portavoces de los diferentes grupos políticos en el Congreso y en el Senado. “Después de casi cuatro décadas de funcionamiento del trasvase, creemos que es tiempo de que alguien trabaje por las necesidades de la cuenca cedente y no sólo a favor de la cuenca receptora, como ocurre ahora”, subraya el presidente de los ribereños.

Dos trasvases en 2017

La intensificación de la actividad de este movimiento de oposición al trasvase se produce después de que el Gobierno central haya aprobado en lo que va de año dos nuevas derivaciones al Segura, de 20 hectómetros cúbicos (hm³) cada una, en enero y marzo de este año. Una cantidad que permitiría llenar 40 veces el estadio Santiago Bernabéu. Estas derivaciones ha colocado a los pantanos de la cabecera, Entrepeñas (Guadalajara) y Buendía (Cuenca), con un caudal que actualmente se encuentra al 17% de su capacidad total.

La consejera de Fomento, Elena De La Cruz, calificó de “sangrante” la política desarrollada por el Ejecutivo de Rajoy y tachó de “indiscriminados” los trasvases aprobados por Medio Ambiente. Es más, la Junta ha recurrido los dos trasvases aprobados en 2017, tal como viene haciendo desde el vuelco electoral en el Gobierno regional en mayo de 2015. De la Cruz ya había advertido en enero de que, debido a que había un total de 408 hm3 en los pantanos de la cabecera, sólo se podía aprobar un desembolso de 8 hm3, en lugar de los 20 que finalmente se autorizaron. Así queda recogido en el Memorándum del Tajo, según el cual los trasvases quedan restringidos cuando las reservas de los pantanos sean inferiores a 400 hm3. En la actualidad, el caudal conjunto de Entrepeñas y Buendía es de 445 hm3, de los que entre uno y dos hm³ se destinan diariamente a esta obra hidráulica.

Marcha a Pareja

Con independencia de las reacciones políticas, lo cierto es que los trasvases que hasta ahora han recibido luz verde por parte del Gobierno en lo que va de año han hecho mella en la cabecera del Tajo, cuyo enojo por esta infraestructura viene acentuándose a lo largo de los últimos años.

Esta protesta cristalizó el pasado domingo en una jornada reivindicativa organizada a caballo entre Sacedón y Pareja, en Guadalajara, y a la que asistió alrededor de un millar de personas. Unidos bajo el lema “No al trasvase, ni una gota más”, la Asociación de Municipios de Entrepeñas y Buendía y la Plataforma de Afectados por el Trasvase convocaron una caravana de vehículos entre ambos municipios. En esta cita estuvieron representados todos los pueblos ribereños, asociaciones, plataformas ciudadanas, sindicatos y partidos políticos de la región. Pérez Torrecilla destacó “la unidad de todas las plataformas implicadas en la defensa del Tajo”, como la de Talavera, la del Alberche, la de Toledo y la Asociación Por Talavera, que no faltaron a la marcha.

El manifiesto leído al término de la marcha clamaba por la actual política hidrológica, que “está matando literalmente los embalses de Entrepeñas y Buendía convirtiendo en un desierto todo su entorno y arruinando la economía y la vida de sus pueblos ribereños”. Los ribereños calificaron de “arbitrarios” los dos últimos trasvases, de cuya ejecución no informó el Gobierno por los cauces habituales.

La sangría de los trasvases, el anuncio de sequías y la falta de diálogo por parte del Ejecutivo central han sido las mechas que han prendido de nuevo la indignación de los pueblos ribereños, cansados de no poder disfrutar del agua que se escapa de sus embalses y de ver como se degrada cada vez más su entorno más cercano.

En el manifiesto hecho público en la localidad de Pareja, los organizadores alzaron su voz contra la “injusticia” que supone, a su juicio, la gestión que se hace de Entrepeñas y Buendía: “Esto es una auténtica barbaridad que no podemos seguir permitiendo. Nos piden solidaridad y hoy nos llamarán insolidarios por manifestarnos y defender nuestros derechos, cuando llevamos más de treinta años trasvasando más de la mitad de nuestra agua, ¿para cuándo la solidaridad con los ribereños”.

El siguiente paso de la Asociación va a ser remitir este documento reivindicativo a las administraciones regional y estatal y a los grupos políticos con representación en el Congreso y el Senado, con el fin de buscar cauces de entendimiento que sirvan para revertir “la situación de discriminación que sufre la comarca ribereña”, sin inversiones ni medidas que favorezcan su desarrollo económico, tal como puntualiza Pérez Torrecilla.

La eficiencia del trasvase, cuestionada

Lo cierto es que, 38 años después de su puesta en marcha, cada vez son más los estudios que cuestionan la rentabilidad del trasvase Tajo-Segura, a lo que habría que sumar los efectos devastadores que esta obra está causando sobre el ecosistema del río, especialmente, en sus aportes naturales, que se han reducido prácticamente a la mitad desde la inauguración de esta obra faraónica. De hecho, el informe elaborado por la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo ya incluyó, en abril del año pasado, la recomendación de revisar el caudal ecológico del Tajo y el uso de desaladoras.

Enrique San Martín, catedrático de Economía Aplicada de la UNED, ponía en cuestión la rentabilidad del trasvase en una reciente conferencia en la Biblioteca Pública de Guadalajara. “Se ha dicho que los trasvases generan tantos beneficios económicos, tan cuantiosos, que a menudo no se chequean, no se comprueban. En el del Tajo-Segura no está verificada con datos esa rentabilidad económica”. En relación a los mitos sobre la gestión del agua, San Martín destacó la necesidad “de reequilibrio entre la España seca y húmeda, que afecta al trasvase del Tajo”, al tiempo que añadió que “la solidaridad debería ser no en agua sino en renta”.

Con respecto al precio que los regantes de Murcia pagan por utilizar el agua del trasvase sostiene que es inferior al de las desaladoras: “sale más barata el agua del trasvase por un factor decisivo: la obra la pagamos entre todos y no sólo los receptores. Las desaladoras no las pagamos entre todos”.

Precisamente, la puesta en funcionamiento de estas desalinizadoras en Levante es justamente una de las pretensiones de la Asociación de Pueblos Ribereños. “Para el Gobierno es mucho más rentable arruinar a los pantanos que poner en marcha las desaladoras, una medida con la que se pondría fin a esta injusticia”, según Pérez Torrecilla.

Mientras tanto, la ejecución del ‘Plan de Desarrollo de los Pueblos Ribereños’, aprobado en 2007, es la única vía de compensación para la comarca alcarreña por los perjuicios causados por el trasvase. Dotado con 180 millones de euros, una década después todavía no se ha completado la infraestructura que garantizará el abastecimiento de los municipios de esta zona. Se trata de una obra de envergadura que, según publicó en enero pasado el Boletín Oficial de las Cortes Generales, se encuentra al 82% de su ejecución y prestará servicio a 40 pueblos de Entrepeñas y Buendía.

El eje central de esta actuación se centra en la tubería de Morillejo (Guadalajara), que consiste en una toma de agua en el Alto Tajo y en una conducción de 215 metros de longitud hasta una estación de bombeo que elevará el agua hasta una balsa de 10.000 metros cúbicos. La longitud de la conducción será de 9 kilómetros y el depósito principal de esta obra tendrá una capacidad para 21.000 metros cúbicos. La ejecución de todos estos proyectos, largamente esperados en la cabecera del Tajo, ayudaría a calmar el profundo enfado de los ribereños.