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La “grave” situación de las bibliotecas municipales necesita más ayudas

Sin las bibliotecas, los pueblos embrutecen. Cartel en Toledo.

Francisca Bravo Miranda

La Junta de Comunidades ha 'desbloqueado' las ayudas regionales para la contratación de bibliotecarios municipales. Con un montante total de 600.000 euros, las subvenciones se destinarán a unos 120 municipios en la región, la Junta pretende eliminar una suerte de “brecha cultural” que se creó entre las zonas más rurales y las ciudades, tras la falta de presupuesto dedicado a las bibliotecas, en general.

La situación de las bibliotecas fue denunciada a través de un movimiento llamado 'Biblioresistencia' y que también se ha denominado como el 'equipo B' de las asociaciones de bibliotecarios a lo largo de la legislatura de María Dolores de Cospedal, especialmente entre 2012 y 2015. Las ayudas para la contratación de bibliotecarios municipales, de hecho, se bloquearon en 2012. “El movimiento se inició por pura necesidad”, explica Francisco Alfaro García, bibliotecario de Ossa de Montiel y el presidente de la Asociación de Bibliotecarios de Albacete.

Alfaro explica que las bibliotecas municipales dependen “en gran parte” de la Junta de Comunidades, a pesar de depender de los Ayuntamientos. “Teníamos siete líneas de subvenciones, que empiezan a quebrarse en 2008. Los primeros años se mantienen las subvenciones pero después no llegaba el dinero y directamente con la entrada de Cospedal, desaparecen”, explica el bibliotecario. Entonces, la situación de los centros ha pasado a depender de los ayuntamientos, con resultados diversos: algunos se han volcado y otros han decidido “dejar caer” a las bibliotecas.

Único punto cultural de muchas localidades

“Muchas están en una situación bastante grave”, lamenta Alfaro. Entre estas condiciones, se cuenta que el bibliotecario se ve su jornada muy reducida y en los casos “extremos”, los centros han tenido que cerrar. Por otro lado, en “muchas localidades”, las ayudas para nuevas adquisiciones han “prácticamente desaparecido”, lo que ha llevado a que los fondos hayan pasado años sin renovarse.

Las explicaciones para cortar las ayudas fueron, en resumen, “los problemas de liquidez”. “El problema que vemos es que a veces hay dinero para determinadas cosas, pero no para las bibliotecas que son el único punto de referencia cultural para muchos pueblos, especialmente los pequeños”, explica Alfaro, quien concede que “comparar está mal” pero que la situación llega a ser muy problemática. En este sentido, el bibliotecario especifica que no sólo se trata de la colección de libros o el acceso a internet, sino de todas las actividades que se desarrollan de difusión cultural.

¿Existe realmente esta brecha cultural entre los pueblos y las ciudades? “Sí, claro que existe. El no ayudar a la biblioteca, el único punto de acceso cultural fuera del colegio nos aleja completamente de los sitios en los que sí se puede acceder a este tipo de servicios”, asegura Alfaro. Y, ¿Son las ayudas suficientes? “Se han reducido a la mitad, y las hemos tenido que sacar un poco con sacacorcho, y muchas presiones”, recalca el bibliotecario. Sin embargo, puntualiza, el “mínimo” para rescatar el sector sería el doble de dinero y también más tiempo. “Piden una serie de requisitos que no podrán cumplir algunos pueblos”, concluye.

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