Las personas más jóvenes, principalmente niños, niñas y adolescentes, no son inmunes a lo que sucede en su entorno, en su familia, en su centro educativo y en su comunidad. A los problemas inherentes de su edad, muchas veces estereotipados, se une un “sufrimiento emocional” que genera problemas de salud mental “a nivel psicosocial”.
Esto puede derivar en enfermedades con diagnóstico o no, pero de cualquier forma es un factor determinante del análisis de la eficiencia asistencial porque es lo que está provocando un aumento de las consultas de salud mental entre los jóvenes.
Así lo detalla a elDiarioclm.es la coordinadora de Salud Mental del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), Teresa Rodríguez, a la luz del incremento de estas consultas. “Que eso tenga que ver con un aumento de los trastornos lo tendría que determinar un estudio epidemiológico muy preciso”, explica, pero se trata de un dato relevante “con el que ya llevamos mucho tiempo trabajando”.
“Ahora se diagnostica más pero también antes, porque se ha hecho un gran trabajo de sensibilización en la lucha contra el estigma. A los jóvenes antes les costaba más hablar de los problemas de salud mental, y ahora ya no tanto, por lo que hemos mejorado mucho en la capacidad de detección”.
No obstante, es en este punto donde la experta señala que el aumento de las consultas está relacionado “con el malestar general o el sufrimiento emocional a nivel psicosocial”, es decir, no siempre va acompañado con “criterios de enfermedad”, sino que se asocian al entorno d los menores o de los más jóvenes.
La prevención del suicidio debe acordarse con medidas de intervención en todos los ámbitos para que como sociedad formemos factores de protección que previenen o minimizan el riesgo
Por ello defiende que el enfoque tiene que ser más amplio cuando hablamos de salud mental, con medidas de intervención en todos los ámbitos, sobre todo en el caso del suicidio: familia, centros escolares o espacios educativos no formales, para que “como sociedad formemos factores de protección que previenen o minimizan el riesgo”.
“Percibo que hay un trabajo colaborativo muy importante a nivel colectivo. Por ejemplo, la Consejería de Educación trabaja con sus planes específicos de formación del profesorado, y en la de Bienestar Social hay una red muy importante de equipos de intervención psicosocial”, resalta.
Actualmente, en Castilla-La Mancha está vigente un Plan de Salud Mental con horizonte hasta 2025 y en el mismo ya se recoge ese enfoque “intercomunitario e intersectorial”, también en la prevención del suicidio.
“Para prevenirlo son muy importantes los recursos asistenciales, pero también hacerlo a todos los niveles, con prioridad a la infancia y a la adolescencia porque la mayor parte de los trastornos se inician a corta edad y cuanro más precoz sea la intervención menor será el riesgo y la gravedad”. No obstante, deja claro que estas prioridades no dejan de lado a la población adulta, sobre todo con una sociedad envejecida como es el caso de Castilla-La Mancha
“El enfoque tiene que ser con amplitud de miras, transversal y atendiendo a las necesidades específicas de todas las etapas. Pero la intervención temprana en la adolescencia es de las más importantes”.
Bajo este contexto, considera Teresa Rodríguez que las futuras planificaciones dentro del Plan de Salud Mental deben seguir avanzando en el trabajo comunitario, “reforzando todos los servicios de atención social en el entorno y en la atención primaria y temprana”, y “siendo capaces de adecuar las intervenciones la intensidad de la patología”. “Hemos avanzado en la participación de la sociedad civil y de la toma de decisiones en primera persona. Antes eran los familiares los que hablaban, ahora son las personas afectadas. Debemos seguir avanzando por ese camino”.
En cuanto al aumento de listas de espera detectadas sobre todo en atención especializada, en esta comunidad autónoma, precisa Rodríguez, hay un seguimiento “continuo y específico” por parte de las jefaturas de servicio de este tipo de evolución. Recalca que hay servicios de urgencias 24 horas que atienden de manera inmediata en todas las áreas sanitarias y que en otros casos de atención continuada, las esperas no sobrepasan una o dos semanas. Pero admite que también se dan otros casos que “pueden no requerir una atención tan preferente” y que son más “demorables”, siempre “procurando que la atención no se distancie mucho”.
La condena al SESCAM por un caso de anorexia de una menor
Por otra parte, la coordinadora de Salud Mental se ha referido al caso concreto de la condena que sentencia al SESCAM a pagar a unos padres por los gastos derivados de la anorexia grave de su hija, tras acudir a la sanidad privada por “falta de recursos” en la pública.
Teresa Rodríguez no ha querido entrar en el fondo de la sentencia, pero afirma que Castilla-La Mancha ha sido “pionera” en el modelo de atención específica a los trastornos alimentarios, con una unidad especializada en Ciudad Real donde los ingresos “no estás limitados” y otra área de hospitalización en Albacete.
“El abordaje de la salud mental debe ser integral y estos trastornos tienen un componente multidimensional. Por una parte, hay que tener en cuenta que los profesionales de atención primaria son muy importantes, y luego se trabaja de manera multidisciplinar también con endocrinos, profesionales de medicina interna y trabajadores sociales”.
En el caso concreto de los menores de 18 años, la red de atención se hace con las unidades de salud mental infanto-juvenil desde diferentes niveles y con “seguimiento y evaluación continuas”, tanto ambulatorias, que suele ser preferente porque la “recuperación es mejor en el entorno y con la familia”, como hospitalarias.
De cara al futuro, la previsión es reforzar los recursos de atención a la salud mental infanto-juvenil, de atención terapéutica y sobre todo la detección temprana y la prevención, “atendiendo siempre a factores de protección en el ámbito social y educativo”.