Se cree que el azafrán llegó con los fenicios, griegos y romanos, aunque fueron los árabes los principales responsables de su extensión por toda la Península Ibérica. Y sin embargo fue en La Mancha donde las condiciones de suelo, clima y la propia mano del hombre lo han convertido en un referente de calidad internacional.
Las condiciones climáticas de la zona de producción del azafrán con DOP Azafrán de La Mancha, provocan que la aparición de las flores tenga lugar entre la segunda quincena de octubre y la primera de noviembre. Las flores recolectadas se someten de forma inmediata al proceso de desbriznado o monda y después vendrá el tostado y envasado de la especia.
Castilla–La Mancha propone desde este año conocer mejor aquellos lugares en los que este cultivo forma parte de su identidad cultural. ¿Cómo? A través de ‘Los Caminos del Azafrán de La Mancha’ o lo que es lo mismo, siete rutas que permiten al viajero explorar aquellos lugares donde se produce el ‘oro rojo’.
El azafrán es la única especia de esta naturaleza en España que cuenta con el reconocimiento de calidad, la Denominación de Origen Protegida. Así que dedicar unas rutas para que el turista pueda adentrarse en sus secretos era casi obligado. Ayuntamientos y empresas envasadoras ofrecen experiencias en torno a la especia manchega que, a lo largo de los siglos, ha dejado allá donde se cultiva un amplio legado cultural y etnográfico en forma recetas, pero también de museos o tradiciones.
La única provincia de Castilla–La Mancha en la que no se cultiva el azafrán es Guadalajara, aunque sí lo hiciera con pequeñas producciones en siglos anteriores. En el resto del territorio de esta región no es difícil encontrar actividades o espacios culturales dedicados al azafrán. Y además pueden combinarse con la posibilidad de disfrutar de un rico patrimonio distribuido en los siete caminos del Azafrán de La Mancha.
Camino 1, entre Albacete, Balazote y Lezuza
Albacete es la capital y la ciudad más poblada de toda la provincia que en septiembre celebra su Feria declarada de Interés Turístico Internacional, así que puede ser un buen momento para adentrarse en sus lugares más azafraneros.
Se puede partir de la ciudad para llegar hasta Balazote, población de antiguos orígenes en la que se encontró una curiosa escultura ibérica de marcado carácter oriental que ha dado nombre y fama a esta villa: la Bicha de Balazote. También se ha encontrado una villa romana adornada con preciosos mosaicos. Por cierto que la Vía Verde de la Sierra de Alcaraz atraviesa su término municipal a lo largo de varios kilómetros.
Después, se puede seguir la ruta hacia Lezuza, donde se encuentra el yacimiento de Libisosa. En la pedanía de Tiriez puede encontrarse un magnífico Ecomuseo Etnográfico. Muy cerca de ambas poblaciones, en Santa Ana, cada mes de noviembre se celebra el Festival de la Rosa del Azafrán.
Camino 2, entre Alcalá del Júcar y Jorquera
Sin dejar la provincia de Albacete, en Alcalá del Júcar encontrarás azafrán, pero también un pueblo de cuento; uno de los más espectaculares de Castilla–La Mancha –forma parte de la Red de Pueblos Más Bonitos de España– con sus casitas blancas construidas en estrechas y empinadas calles. Y después se puede visitar Jorquera desde cuyo mirador se puede disfrutar de una privilegiada panorámica del Júcar.
Es recomendable una ruta por los castillos de la comarca, incluidos los de ambos municipios.
Camino 3 en Motilla del Palancar
El azafrán también se cultiva en la Manchuela Conquense en un paisaje de contrastes que combina llanuras con las profundas hoces de los ríos Júcar y Cabriel y espectaculares zonas de baño como las Chorreras, en Enguídanos.
El azafrán crece allí entre castillos, palacios e iglesias y convive con el champiñón. En la zona, la localidad de Villanueva de la Jara es la primera productora de España.
Camino 4 entre Villarrobledo y Minaya
Y de nuevo en Albacete, Minaya es un pequeño pueblo de origen árabe en pleno corazón de La Mancha dedicado al cultivo de e cereales, vid y azafrán.
Viajar desde allí hasta Villarrobledo permitirá disfrutar también de sus bodegas e incluso de sus Carnavales si se viaja en el mes de febrero. Están declarados de Interés Turístico Nacional. En este municipio, el azafrán ha dado nombre a uno de los más prestigiosos restaurantes de Castilla–La Mancha que regenta la chef Teresa Gutiérrez. Hace maravillas con la especia.
En esta parte de la región se puede conocer la arquitectura popular a base de cubillos, chozas, abrigos y majanos que daban cobijo a pastores y labradores y también a los animales.
Camino 5 entre Carrión de Calatrava, Manzanares o La Solana
Carrión de Calatrava se encuentra en el Campo de Calatrava en la provincia de Ciudad Real, un importante enclave histórico que fue el origen de la primera orden militar hispana, la Orden de Calatrava.
Al norte del término municipal se encuentra el Castillo de Calatrava la Vieja, se trata de las imponentes ruinas de una ciudad fortificada. En origen, esta es una de las más antiguas ciudades islámicas de la Península. La Solana cuenta con un rico patrimonio histórico artístico y una situación privilegiada para planificar un viaje por La Mancha.
La Solana es famosa por su azafrán, pero también nos invita a conocer su plaza Mayor del siglo XV. La localidad tiene un museo dedicado a 'La Rosa del Azafrán.
En esta zona no hay que perderse el Mirador del Silo de Almagro, a casi 30 metros de alto para contemplar el paisaje volcánicos del futuro Geoparque Volcanes de Calatrava o Las Tablas de Daimiel, el Museo Comarcal del Queso Manchego en Manzanares y los parques arqueológicos de Alarcos y Calatrava la Vieja o el yacimiento visitable de la Motilla del Azuer.
Camino 6, entre Madridejos, Camuñas y Villafranca de los Caballeros
La toledana localidad de Madridejos es una de las más activas a la hora de promocionar su azafrán con actividades durante todo el año. Por ejemplo, se puede visitar el Museo del Azafrán y Etnográfico donde pueden degustarse varios productos.
La experiencia aquí comenzará en los Silos de Madridejos, las viviendas subterráneas del siglo XIX y principios del XX, construidos a partir de pequeños terrenos de tierra que la gente modesta, compraba al vender el azafrán. Los silos, son excelentes para resguardarse del frío del invierno y del calor del verano, ya que su construcción hace que guarde una temperatura constante a lo largo de todo el año.
Después se puede visitar el Museo del Azafrán, ubicado en el Antiguo Convento de San Francisco, para conocer más de cerca, todo el proceso completo de recolección de este producto, desde la monda, la plantación para llegar a la venta. Para finalizar podremos degustar de productos con azafrán a cargo de la empresa Hermanos Cabra–Carrasco: mermeladas, queso e infusiones, entre otros.
Dependiendo de la época del año en el que se realice la visita, en mayo y junio y bajo cita previa, también se pueden visitar los campos donde se puede conocer el sistema de extracción del bulbo y su limpieza, así como la plantación en septiembre.
Además, y para finales de octubre, esta localidad celebra sus Jornadas del Azafrán. Todos los días de celebración de las Jornadas se llevan a cabo visitas a los campos de azafrán, para conocer el proceso de recolección de la rosa del azafrán. Después se pueden disfrutar trabajos tradicionales en vivo de mondar y tostar azafrán en el patio del Convento de San Francisco.
Otro de los puntos de interés es Camuñas, un pueblo manchego en el que los vecinos parecen no querer olvidar la manera de construir sus casas: fachadas encaladas y portones para el almacenamiento de aperos agrícolas mantienen viva una tradición agraria que le caracteriza, tanto o más como su singular fiesta del Corpus Christi, declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional y Bien de Interés Cultural Inmaterial.
Después se puede viajar a Villafranca de los Caballeros, una población habitada desde la Edad de Hierro, en la que hoy un paseo por su callejas y plazas nos descubre un caserío de blanco luminoso salpicado del típico añil manchego. A pocos kilómetros de la población encontramos un complejo de lagunas declarado Reserva de la Biosfera.
En verano en la localidad toledana de Villafranca de los Caballeros, de miércoles a domingo durante julio y agosto, ofrece una actividad gratuita, pensada para los más pequeños. También hay rutas guiadas por la Laguna Grande del municipio, los miércoles y viernes a las 10 horas. Y los jueves a las 19 horas, se puede visitar con guía la ermita Santísimo Cristo de Santa Ana que alberga la 'Capilla Sixtina de la Mancha'.
Camino 7 en Novelda
El último de los caminos del azafrán traspasa las fronteras de Castilla–La Mancha y nos lleva hasta Novelda (Alicante) que entre finales del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX vivió un importante auge económico basado en la producción y comercialización de los productos agrícolas y la exportación del azafrán. Esta población forma parte de la Ruta Europea Modernista.
Sobre ‘Los Caminos del Azafrán de La Mancha’ y las experiencias que ofrecen a lo largo de todo el año se puede consultar en una página web. Es un proyecto turístico gestionado por una asociación integrada por instituciones, organismos y empresas envasadoras de azafrán con Denominación de Origen e impulsado por la Denominación de Origen Azafrán de La Mancha con el apoyo de la Dirección General de Turismo de Castilla–La Mancha.